Creencias y programaciones que esclavizan

El programa está en el ADN no está en la mente pensante. Pero la mente elabora creencias y programaciones que esclavizan incesantemente a lo aparente.

MIGUEL RUIZ

ESTÁS PROGRAMADO PARA SER TÚ

Tú estás programado para ser tú, seas lo que seas, y lo que tu mente piense que eres no afecta en lo más mínimo al programa.

El programa no está en la mente pensante. Está en el cuerpo, en lo que denominamos el ADN, y al principio instintivamente sigues su sabiduría. Cuando eras un niño pequeño. Sigues lo que te gusta y tratas de evitar lo que no te gusta. Una vez que aprendemos a hablar, los seres humanos que se ocupan de cuidarnos nos enseñan lo que saben y esto significa que nos programan con conocimientos.

Aprendamos cómo ser un hombre o una mujer según la sociedad en la que nacemos. Aprendamos cómo comportarnos correctamente en nuestra sociedad, lo que significa cómo ser un buen ser humano. Por miedo a ser castigado o por miedo a no recibir una recompensa empezamos a tratar de complacer a otras personas. Intentamos ser buenos porque la gente mala no recibe recompensas y se la castiga. No tenemos la oportunidad de escoger nuestras creencias; se nos dice qué creer y qué no creer.

Todo el mundo tiene una opinión sobre nosotros y nos dice lo que somos. El único modo en el que podemos vernos a nosotros mismos es a través de un espejo, y la gente desempeña el papel de ese espejo. Vemos nuestra imagen en esos espejos, estamos de acuerdo en que eso es lo que somos, y tan pronto como estamos de acuerdo, esa opinión pasa a formar parte de nuestro sistema de creencias. Poco a poco todas esas opiniones modifican nuestro comportamiento, y en nuestra mente formamos una imagen de nosotros mismos según lo que otra gente dice que somos.

Y como no está bien para nosotros ser lo que somos empezamos a fingir que somos lo que no somos. Tras la documentación, intentamos ser suficientemente buenos para los demás, pero ya no somos lo bastante buenos para nosotros mismos, porque nunca podremos cumplir con nuestra imagen de perfección.

Los símbolos nos dicen lo que creemos sobre nosotros mismos; nos dicen lo que somos y lo que no somos, lo que es posible y lo que no lo es.

EL FINGIR

No finjas ser lo que no eres.

Eres lo que crees que eres. ¿Qué crees que eres?

Si utilizas tu conciencia, verás todo lo que crees y es así como vives tu vida. Tu vida está totalmente dominada por el sistema de creencias que aprendiste. Cualesquiera que sean tus creencias están creando la historia que estás experimentando. Lo que crees sobre ti mismo no es real y no es importante, a menos que quieras crear una historia mejor para ti.

La palabra constituye tu poder de creación y ese poder puede utilizarse en más de una dirección. Una dirección es la impecabilidad, en la que la palabra engendra una preciosa historia; tu cielo personal en el mundo. La otra dirección es la del uso erróneo de la palabra que destruye todo lo que te rodea y crea tu infierno personal. Nada puede existir sin la palabra, porque la palabra es lo que utilizamos para crear todo lo que conocemos.

No utilizarás tu conocimiento contra ti mismo, lo que significa que tu voz del conocimiento no utilizará la palabra para juzgarte, declararte culpable y castigarte. Tu mente es tan poderosa que percibe la historia que tú mismo creas. Si creas juzgándote a ti mismo, entonces creas un conflicto interior que no es más que una pesadilla. Ser impecable con tus palabras significa realmente no utilizar nunca el poder de las palabras contra ti mismo.

Cuando eres impecable con las palabras, nunca te traicionas a ti mismo. Nunca utilizas las palabras para chismorrear sobre ti mismo, ni para esparcir veneno emocional contando chismes sobre otras personas. El chismorreo es la forma principal en la que la sociedad se comunica, y aprendemos a chismorrear por acuerdo.

LA PERSONALIDAD

Lo que ves en el espejo es una copia de la realidad que creas con la capacidad de tus ojos y de tu cerebro.

Todo lo que percibes es un reflejo de lo que es real, igual que los reflejos en un espejo, salvo por una diferencia importante. Al otro lado del espejo no hay nada, pero detrás de tus ojos hay un cerebro que intenta darle un sentido a todo. Esto te proporciona la inmunidad en la interacción con los personajes secundarios de tu historia. No tienes que preocuparte por los puntos de vista de otras personas. Proporciona una gran entrada para alcanzar la libertad personal, porque ya no tienes que regir tu vida según la opinión de otras personas.

LAS SUPOSICIONES

Hacer suposiciones es sencillamente buscarse problemas.

Podríamos decir que todo conflicto es el resultado de las mentiras, porque la verdad carece de cualquier clase de conflicto. La verdad no necesita demostrarse a sí misma: existe, creamos en ella o no. Las mentiras solo existen si las creamos nosotros y solo sobreviven si creemos en ellas. Quienquiera que crea en la verdad, vive en el cielo. Quienquiera que crea en las mentiras, más tarde o más temprano, vivirá en el infierno.

Los seres humanos creamos las mentiras y después las mentiras nos controlan a nosotros. Pero, tarde o temprano, llega la verdad y las mentiras no pueden sobrevivir ante la presencia de la verdad. Solo vemos lo que queremos ver; solo oímos lo que queremos oír. Nuestro sistema de creencias es exactamente como un espejo que únicamente nos muestra lo que creemos.

Hacer suposiciones es sencillamente buscarse problemas, porque la mayoría de las suposiciones no son la verdad; son ficción. Una suposición conduce a otra suposición; sacamos precipitadamente una conclusión y nos tomamos nuestra historia muy personalmente. Entonces culpamos a otras personas. Las suposiciones no son más que mentiras que nos decimos a nosotros mismos. Hacer suposiciones no es otra cosa que buscar un drama cuando no existe ninguno.

Si no tomarte nada personalmente te proporciona inmunidad en la interacción con otras personas, no hacer suposiciones te proporciona inmunidad en la interacción contigo mismo, con tu voz del conocimiento, o con lo que llamamos pensar. Si no hacemos suposiciones podemos centrar nuestra atención en la verdad, no en lo que creemos que es la verdad. Entonces vemos la vida tal como es, no como queremos verla.

LAS CREENCIAS

El poder de creer.

Aprendemos cientos, incluso miles de símbolos, cuentos y supersticiones. El símbolo de Santa Claus demuestra de qué modo creer en una mentira, aunque sea inocente, puede hacer surgir emociones que sentimos como un fuego que quema en nuestro interior. Las emociones son reales; son parte de la verdad, pero la razón por la que las estamos sintiendo no lo es. No es verdad; es ficción. Si te preguntas por qué en ocasiones te sientes desdichado, es porque te estás contando una historia que no es verdad, pero tú te la crees.

El sistema de creencias gobierna la vida humana como un tirano. Nos despoja de nuestra libertad y nos convierte en sus esclavos. Se apodera de nuestro yo real, la vida humana, ¡y este sistema ni siquiera es real! Nuestro yo real permanece oculto en algún lugar de la mente y, cuando llegamos a ese punto, lo que controla la mente es todo lo que sabemos, todo lo que estuvimos de acuerdo en creer.

El sistema de creencias constituye el reino de la mente; no podemos verlo ni medirlo, pero sabemos que existe. Tal vez lo que no sabemos es que esta estructura solo existe porque la hemos creado nosotros.

LAS DUDAS

Sé escéptico, pero aprende a escuchar.

La verdad no necesita que tú creas en ella; la verdad sencillamente es y sobrevive tanto si crees en ella como si no. Las mentiras necesitan que creas en ellas. Si no te crees las mentiras, no sobreviven a tu escepticismo y simplemente desaparecen. Cuando aprendes a escuchar, eres respetuoso con los demás. Cuando aprendes a escuchar, sabes exactamente lo que quieren los demás.

Que otras personas quieren algo no significa que tú tengas que darles lo que quieren. La gente está siempre tratando de captar tu atención porque, a través de la atención, pueden descargar cualquier información. Si no aprendes a escuchar, nunca comprenderás lo que estoy compartiendo contigo ahora mismo. Sacarás precipitadamente una conclusión y reaccionarás como si se tratara de tu sueño cuando no lo es.

Por consiguiente, quizá lo que yo digo es la verdad o no lo es, pero tal vez lo que tú crees no es la verdad. Yo solo soy la mitad del mensaje; tú eres la otra mitad. Soy responsable de lo que digo, pero no soy responsable de lo que tú entiendas. Tú eres responsable de lo que tú entiendes; tú eres responsable de cualquier cosa que hagas con lo que oigas en tu cabeza, porque tú eres quien da significado a cada palabra que oyes.

Si comprendes, verás la razón por la que no necesitas creer lo que puedes ver, lo que ya sabes sin palabras. La verdad no viene con las palabras. La verdad es silenciosa. Es algo que simplemente sabes; es algo que puedes sentir sin palabras y esto se llama conocimiento silencioso. Sé escéptico, pero aprende a escuchar y entonces elige. Sé responsable de todas las elecciones que hagas en tu vida. Ésta es tu vida; no es la vida de nadie más y descubrirás que lo que tú haces con tu vida no es asunto de nadie más.

Somos víctimas de todos los símbolos que creamos, somos víctimas de todas las voces en nuestra cabeza, somos víctimas de todas las supersticiones y distorsiones de nuestro conocimiento.

LA CULPABILIDAD

Quizá todo lo que he aprendido no es la verdad.

En el sueño de la segunda atención empezamos a dudar: Quizá todo lo que he aprendido no es la verdad. Empezamos a desafiar lo que creemos; empezamos a cuestionarnos todas las opiniones que aprendimos. Sabemos que hay algo en nuestra cabeza que nos lleva a hacer muchas cosas que tal vez no queremos hacer –algo que tiene el control total de nuestra mente– y no nos gusta. Y como no nos gusta, en un momento determinado empezamos a rebelarnos.

Los seres humanos cargamos con nuestro pasado, con nuestra historia, y es exactamente como si cargáramos con un pesado cadáver. Para algunos no es tan pesado, pero para la mayoría de la gente ese cadáver es muy pesado. Y no solo es pesado; huele muy mal. Lo que muchos de nosotros hacemos es quedarnos con nuestro cadáver y compartirlo con las personas que amamos.

Digamos que estás viviendo con culpabilidad y vergüenza por un error que cometiste hace diez años. La excusa para tu sufrimiento es: Cometí un terrible error. Y piensas que todavía estás sufriendo por algo que ocurrió hace diez años, pero la verdad es que estás sufriendo por algo que ha sucedido hace diez segundos. Cuando eres completamente auténtico, te dices la verdad a ti mismo, sin dudas: Me gusta; no me gusta. Lo quiero; no lo quiero. No tienes que hacer lo que no te gusta hacer. Disfruta tu vida haciendo exactamente lo que te gusta hacer.

Nos hacemos la vida difícil cuando tratamos de sacrificarnos por alguien más. Indudablemente, no estás aquí para sacrificarte a ti mismo por otra persona. En ese momento descubres que te resulta mucho más fácil ser tú mismo que tratar de ser lo que no eres.

No necesitas competir con nadie; no necesitas compararte con nadie.

EL RESPETO

Convertirse en el que ve un nuevo punto de vista.

El respeto, empieza por nosotros mismos y después se extiende a todas las personas y a todo lo que nos rodea. Si no nos respetamos a nosotros mismos, ¿cómo podemos respetar a los demás o a cualquier otra cosa? Cuando te respetas a ti mismo significa que te aceptas tal y como eres. Cuando respetas a otras personas, significa que las aceptas exactamente como son.

El respeto se basa en la aceptación completa de todo lo que existe tal y como es, no tal y como queremos que sea. Una vez que te aceptas a ti mismo exactamente cómo eres, dejas de establecer juicios sobre ti mismo. Una vez que aceptas a todos los demás exactamente como son, dejas de establecer juicios sobre ellos. Entonces, algo increíble acontece en tu mundo: encuentra la paz.

Nunca seré yo quien escriba tu historia, del mismo modo que nunca permitiré que nadie escriba la mía. Respeto tu mente, tu sueño, tu creación. Respeto cualquier cosa en la que creas. Puedes culpar al mundo entero por lo que sea que te esté ocurriendo o puedes responsabilizarte de tu historia.

EL MAESTRO

Haz siempre lo máximo que puedas.

El cambio es el resultado de la acción; es el resultado de la práctica. La práctica hace al maestro. Todo lo que has aprendido, lo has aprendido mediante la repetición y la práctica. Si practicas ser impecable con tus palabras, si no te tomas nada personalmente, si no haces suposiciones, romperás miles de acuerdos que te mantienen atrapado en el sueño del infierno.

Haz siempre lo máximo que puedas es el acuerdo que todo el mundo puede llevar a cabo. Tu máximo es, de hecho, lo único que puedes hacer. Y lo máximo que puedes hacer no significa que en ocasiones das un 80% y en otras solo das el 20%. Siempre das el 100%.

Tu máximo dependerá de si te sientes físicamente cansado o renovado. Tu máximo dependerá de cómo te sientes emocionalmente.

LAS TRES LENGUAS

¿Qué tipo de mensajero eres?

Hay tres lenguas en el mundo de los seres humanos:

  • El lenguaje del chismorreo
  • El lenguaje del guerrero
  • El lenguaje de la verdad.

EL LENGUAJE DEL CHISMORREO

El lenguaje del chismorreo, cuando hablamos esta lengua, nuestro mensaje está distorsionado. El lenguaje del chismorreo es el lenguaje de la víctima; es el lenguaje de la injusticia y del castigo. Es el lenguaje del infierno, porque todo ese chismorreo está totalmente hecho de mentiras. Pero los seres humanos siempre chismorrearán porque estamos programados para chismorrear hasta que en nuestro interior cambia algo que también está en el programa.

EL LENGUAJE DEL GUERRERO

El segundo lenguaje es el del guerrero. Cuando hablamos esta lengua, a veces decimos la verdad y otras veces decimos mentiras, depende de nuestra conciencia.

EL LENGUAJE DE LA VERDAD

El tercer lenguaje es el lenguaje de la verdad y cuando hablamos esta lengua, apenas hablamos.

¿QUÉ TIPO DE MENSAJERO ERES?

¿Transmites la verdad o transmites mentiras? ¿Percibes la verdad o solo percibes las mentiras? Todo está entre la verdad y las mentiras. Siempre estás entregando un mensaje a todas las personas que te rodean, pero principalmente, siempre que te rodean, pero principalmente, siempre te estás entregando un mensaje a ti mismo. ¿Cuál es el mensaje? Ese mensaje es el más importante porque es un mensaje que afecta a tu vida entera.

¿Qué tipo de mensaje escoges entregar?

REFLEXIONES

¿QUIÉN SOY?

Don Miguel Ruiz, nos propone que para ver realmente quienes somos primero debemos saber quién no somos. De esta forma al final de este proceso de investigación quedará la verdad. Llega un momento en la mayoría de nuestras vidas, cuando estamos preparados, en la que podemos admitir que no somos quienes pensábamos que éramos. No debemos creernos más del personaje que nos hemos inventado, somos más de lo que creemos ser. Tú eres la vida, o la energía que te hizo un ser físico. La vida recorre tu cuerpo y la hace capaz de moverse, de amar, de sentir.

¿QUÉ ES REAL?

Funcionemos de la misma forma, primero veamos que no es real. Confiamos demasiado en la memoria para decirnos la verdad. Con frecuencia usamos la memoria contra nosotros mismos, pero tenemos el poder de usarla de manera diferente. En cambio, podemos dejar que la memoria nos ilumine. Sé consciente de ti mismo como energía y todo cambia. Ya no eres la víctima de tus creencias; Tú eres el creador. Tú eres el artista.

¿QUÉ ES EL AMOR?

Si he de quedarme con un aprendizaje en esta pregunta es el siguiente que nos da el propio autor: El único amor es el amor incondicional, no hay otro tipo de amor. Aprendemos a amar como la sociedad ama, y amamos con condiciones y todos nos aman con condiciones. Ese es el nicho de todos los conflictos que existen en la humanidad. Por lo tanto, el peor de los casos es que nosotros aprendemos a amarnos a nosotros mismos de la misma manera, con condiciones. eso en realidad no es amor.

Ama tu cuerpo, ama tu familia y ama tu trabajo, pero siempre en ese orden.