La iluminación espiritual

Comparaciones fisiológicas

HOMBRE - ANIMAL

La carne alimenta a unos pocos a expensas de muchos. Con el propósito de pro­ducir carne, los cereales que podrían alimentar a la gente se utilizan para alimentar el ganado. De acuerdo a la información compilada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, más del 90% de los cereales producidos en ese país se utilizan para alimentar el ganado -vacas, cerdos, corderos y gallinas-, que terminan servidos en la mesa. En Gran Bretaña el cálculo es del 85%.

El hecho de utilizar los cereales para producir carne es una gran pérdida de dinero. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos informó que obtenemos solo una libra de carne por cada 16 libras de cereales utilizadas para producirla. En la publicación "Dieta para un pequeño planeta", Francés Moore Lappé nos pide que nos imaginemos sentados ante un pedazo de carne de 8 onzas; luego, imaginemos el cuarto lleno con 45 a 50 personas con recipientes vacíos frente a ellos. "Por el mismo costo de su pedazo de carne, cada uno de los recipientes podría llenarse con una ración de cereales cocidos".

Las naciones ricas no solamente gas­tan sus propios cereales para alimentar el ganado, sino que también utilizan vegetales ricos en proteínas de las na­ciones pobres. El Dr. George Borgstrom, una autoridad en geografía de alimentos, estima que un tercio de la cosecha de maní en África (el maní tiene la misma cantidad de proteínas que la carne) termina en el estómago del ganado vacuno y de las aves de corral en Europa Occidental.

En los países subdesarrollados, una persona consume un promedio de 400 libras de cereales por año, la mayor parte de las cuales se consumen direc­tamente. En contraste a esto, Lester Brown, una autoridad mundial en ali­mentación, dice que el promedio europeo o americano llega a las dos mil libras anuales, debido a que primero alimenta en casi un 90% a los animales cuya carne va a ser utilizada para el consumo. Los consumidores de carne europeos o norteamericanos, según Brown, utilizan un promedio de cinco veces más recursos alimenticios que los peruanos, colombianos, hindúes o nigerianos.

Hechos como estos han llevado a los expertos en alimentación a reconocer que el problema del hambre en el mundo es artificial. Aún ahora estamos produciendo más que suficiente alimento para todos en el planeta, pero lamentablemente lo estamos desperdiciando.

Jean Mayer, un nutricionista de la Universidad de Harvard, estima que la re­ducción de tan solo el 10% de la producción de carne daría suficientes cereales como para alimentar a 60 millones de personas. Otro precio que pagamos por el consumo de carne es la contaminación del medio ambiente. Los desagües altamente contaminados de los mataderos son una de las principales fuentes de contaminación de los ríos.

Las fuentes de agua fresca de este planeta no solo se están contaminando, sino que también se están agotando, y la industria de la carne particularmente es una de las principales causas. La producción de ganado para consumo crea diez veces más contaminación que las áreas residenciales, y tres veces más que las industriales.

En el libro "Población, recursos y medio ambiente" se demuestra que la pro­ducción de una libra de trigo requiere solo 30 litros de agua, mientras que la pro­ducción de una libra de carne requiere de 2500 a 3000 litros de agua. Es bien claro, que una vaca viva produce más alimento para la sociedad que una vaca muerta, a través de una continua provisión de leche, queso, yogur, crema, mantequilla y otros alimentos ricos en proteínas.

En 1971, Stewart Odend'hal, de la Universidad de Missouri, llevó a cabo un estudio de vacas en Bengala, y descubrió que lejos de privar a los seres humanos de alimento, ellas comían solamente los remanentes inservibles de las cosechas de arroz, caña de azúcar y por supuesto pasto. "Básicamente -él dijo- el ganado con­vierte cosas de poco valor directo para el ser humano en productos de inmediata utilidad"; esto destruye el mito de que la gente en la India está muriéndose de hambre debido a que no matan sus vacas. Es interesante notar que la India recien­temente parece estar resolviendo sus problemas alimenticios, los cuales tuvieron mucho más que ver con severas sequías o problemas políticos que con vacas sagradas. Un panel de expertos de la Agencia para el Desarrollo Internacional, en una declaración citada en el informe del Congreso de diciembre de 1980, concluyó: "La India produce suficiente alimento como para alimentar a toda su población".

En América, la mitad de la tierra cultivable se utiliza para alimentar a los animales. Si esta tierra fuera utilizada por el mundo para producir primordialmente alimentos vegetarianos, tal producción podría fácilmente mantener a una población de más de 20 mil millones de personas. El problema del hambre en el mundo es ciertamente ilusorio, y el mito de la so­brepoblación no debería, por lo tanto, ser utilizado como excusa por los partidarios del aborto, quienes así justifican la matanza de más de 60 millones de niños no nacidos cada año.

CARNÍVORO

  • Tiene garras
  • Su piel no tiene poros, transpira por la lengua.
  • Dientes puntiagudos para desgarrar, sin molares planos para mascar.
  • Su intestino tiene tres veces el largo de su cuerpo, así la carne en putrefacción puede salir rápido del cuerpo.
  • Poderoso ácido clorhídrico en el estómago para digerir la carne.

HERBÍVORO

  • No tiene garras
  • Transpira por los poros de la piel.
  • No tiene dientes delanteros puntiagudos. Tiene molares planos posteriores.
  • El intestino es de 10 a 12 veces el largo de su cuerpo.
  • Ácidos estomacales 20 veces menos activos que en los carnívoros.

HOMBRE

  • No tiene garras
  • Transpira por los poros de la piel.
  • No tiene dientes delanteros puntiagudos. Tiene molares planos posteriores.
  • El intestino tiene 12 veces el largo de su cuerpo.
  • Ácidos estomacales 20 veces menos suaves que en los carnívoros