Beso o arrumaco - Cuento
Pido a todos aquellos que me escuchan puedan ver lo bien fundado de mis palabras, y, sobre todo, que no tengo ningún deseo de desmembrar las familias.
OMRAAM MIKHAEL
LA HISTORIA DEL BESO
John y Mary se dirigían a casa a altas horas de la noche.
- Tengo un miedo espantoso.
- ¿Y de qué tienes miedo?
- De que puedas intentar besarme.
- ¿Y cómo voy a besarte si llevo un cubo en cada mano?
- Tengo miedo de que puedas poner en el suelo cada cubo y luego me beses.
Con más frecuencia de lo que crees, lo que la gente te hace es lo que tú le has pedido.
AMOR
Si nuestro amor produjera buenos resultados, no habría necesidad de cambiar
Solo pido que todos aquellos que me escuchan puedan ver lo bien fundado de mis palabras, y, sobre todo, que no tengo ningún deseo de desmembrar las familias, sino únicamente de ensanchar cada vez más la conciencia de los hombres y de las mujeres. Si la concepción habitual que la gente se hace del amor diese tan buenos resultados, no habría nada que decir. Pero miren cómo suceden las cosas: todos estos dramas, estos suicidios, estos asesinatos, estos divorcios…
Y hasta cuando están ahí, juntos, a menudo están pensando el uno en la querida y la otra en el amante que tienen o que quisieran tener. En apariencia son fieles el uno para con el otro, pero en su fuero interno se están traicionando.
AMAR
Mejorando la forma en que amamos
Por eso, aunque no se sientan preparados para vivir los grados superiores del amor, deben tratar de mejorar algo en su manera de amar. Les daré una imagen: He ahí dos botellas. Supongamos que una representa a la mujer y la otra al hombre. Como cada una extrae sin cesar del contenido de la otra, muy pronto las dos botellas quedan vacías, y solo resta tirarlas para reemplazarlas.
Esto es lo que sucede en la concepción ordinaria del amor: beben de una botella que tiene un contenido limitado y, cuando está vacía, la tiran. ¿Qué hacer para que estas botellas no se vacíen nunca? Es preciso que cada una de ellas esté conectada a la Fuente infinita del amor: entonces, nada podrá agotarlas jamás, siempre estarán llenas, eternamente alimentadas por el agua de la Fuente.
AMAR EL ALMA
Amando el alma y el espíritu de nuestra pareja
Esto significa que si, en vez de fijarse en todo lo que es superficial en un hombre o en una mujer, aman su espíritu, su alma, se conectan con algo vivo que está ya unido a la Fuente, al Señor. Y su amor durará para siempre; aún cuando sean viejos y arrugados continuarán amándose, porque no era la carne lo que amaban sino un ser que es el reflejo de la Divinidad.
A través de la mujer, el hombre busca a la Madre Divina, se eleva hasta ella para recibir energías, luz y alegría. A través del hombre, la mujer se eleva hasta el Padre Celestial… y, de esta manera, su amor nunca se acabará. Pero si los hombres y las mujeres se contentan con buscarse en los planos inferiores, que no se extrañen de sentirse pronto decepcionados. Es normal. ¿Cómo puede durar el amor, cuando más allá del cuerpo no hay nada bueno y bello que amar?
Miren cómo suceden las cosas en la naturaleza: todo lo que es sucio e impuro tiene tendencia a acumularse abajo, y lo que es puro se eleva hacia arriba. Lo mismo sucede en el ser humano: también en él, todo lo que es grosero se amontona abajo, mientras que lo que es ligero, puro, luminoso, sube hacia la cabeza.
AMAR AL PRÓJIMO
Experimentar maravilla y felicidad al contemplarse uno al otro
De ahora en adelante procuren hacer esfuerzos para comprender esta filosofía sublime, porque es la única que enseña a los hombres y a las mujeres cómo utilizar todos estos impulsos que se dan mutuamente, toda esta maravilla, esta felicidad de contemplarse para estar siempre inspirados y convertirse en genios, en divinidades.
Pero todo esto no estará verdaderamente claro para ustedes hasta que lo hayan clarificado ustedes mismos a fuerza de meditaciones y de ajustes internos. Cuando lo logren, estarán en posesión de todas las riquezas que la naturaleza ha preparado para ustedes, y podrán servirse de ellas con tanta precisión como si estuvieran en un laboratorio: sabrán manipular los elementos y las fuerzas para su regeneración, su iluminación y la del mundo entero.