La iluminación espiritual

Zorra con rabo cortado

Esopo

Un pozo de sabiduría son las fábulas de Esopo, cortas narraciones con moraleja generalmente protagonizadas por animales. Muestra en sus textos un recorrido por los diferentes comportamientos, actitudes o sentimientos del hombre, valorados por la ética y moralidad de la época, en muchos aspectos asimilable a tiempos más contemporáneos.

Leamos algunas de sus conocidas fábulas:

LA COLA DE LA ZORRA

Una zorra a la cual un cepo le había cortado la cola, estaba tan avergonzada, que consideraba su vida horrorosa y humillante, por lo cual decidió que la solución sería aconsejar a las demás hermanas cortarse también la cola, para así disimular con la igualdad general, su defecto personal.

Reunió entonces a todas sus compañeras, diciéndoles que la cola no solo era un feo agregado, sino además una carga sin razón.

Pero una de ellas tomó la palabra y dijo:

  • Oye hermana, si no fuera por tu conveniencia de ahora, ¿Nos darías en realidad este consejo?

Moraleja: Cuídate de los que dan consejo en busca de su propio beneficio, y no por hacer realmente un bien.

LA CIGARRA Y LA HORMIGA

Sacaba la hormiga al sol en invierno todo el trigo que había recolectado en el verano. Una cigarra hambrienta que pasaba por allí y contempló todas sus provisiones, le pidió que le diese un poco, a lo cual le respondió la hormiga:

  • Amiga mía, ¿qué hiciste tú en el estío mientras yo estaba trabajando?.
  • Estaba cantando por los sotos -contestó la cigarra-, por lo que no tenía tiempo para recoger provisiones.
  • Pues si cantabas en verano -dijo la hormiga-, baila ahora en el invierno -y recogiendo su trigo, se rió de la holgazanería y poca previsión de la cigarra.

Moraleja: Debemos trabajar a tiempo para que no nos falte lo necesario después. El holgazán y el descuidado siempre se halla necesitado y escaso.

LA ZORRA Y EL BUSTO

Encontró un buen día una zorra un busto en mitad del campo y después de haberlo registrado y olido, y viendo que no tenía sentido, dijo:

  • Tu cabeza es bien hermosa, pero ¡qué pena que no tengas seso!.

Moraleja: Esto mismo sucede entre muchos hombres. La apariencia sin cerebro es como un busto sin entendimiento.

LA CORNEJA SEDIENTA

Una corneja deseaba beber en un cubo que encontró cerca de un pozo, pero tenía tan poca agua que apenas alcanzaba a ella con su pico.

La corneja ideó un medio que consistía en ir arrojando piedrecitas dentro del cubo, echándolas con el pico, y así el agua subió más arriba hasta que pudo beber sin ninguna dificultad.

Moraleja: Más vale maña que fuerza.

LA ZORRA, EL OSO Y EL LEÓN

Habiendo encontrado un león y un oso al mismo tiempo a un cervatillo, se retaron en combate a ver cual de los dos se quedaba con la presa.

Una zorra que por allí pasaba, viéndolos extenuados por la lucha y con el cervatillo al medio, se apoderó de éste y corrió pasando tranquilamente entre ellos.

Y tanto el oso como el león, agotados y sin fuerzas para levantarse, murmuraron:

  • ¡Desdichados nosotros! ¡Tanto esfuerzo y tanta lucha hicimos para que todo quedara para la zorra!

Por empeñarnos en no querer compartir, podemos perderlo todo.

Este fin de semana, podríamos decir, que la soberbia y chulería han perdido contra el trabajo y la tenacidad.

Este ejemplo lo podríamos trasladar a muchos aspectos de nuestra realidad más cotidiana. Prefiero no dar ejemplos.

Moraleja: Siempre es preferible compartir, trabajar en equipo, sin menospreciar al contrincante, manteniéndose firme en los objetivos. El resultado es proporcional al esfuerzo ejercido.