La iluminación espiritual

La verdadera faceta de la humildad

LA HUMILDAD CON LUPA

En la espiritualidad no es difícil dejar de escuchar la palabra humildad, el religioso, es lo que más reclama a quien se atreve a abatirse por encima de las doctrinas humanas, es como una especie de envidia solapada, atrapados, anhelan volar con libertad, pero en su corto vuelo comúnmente insultan etiquetando al espiritual diciendo: A ti te falta mucha humildad pero tranquilos, seguramente ellos que son esclavos, desean ver a sus semejantes someterse al miedo que infunden las religiones con su famoso infierno.

La esencia de la humildad está manifestada de manera sabia y certera, pero no bajos los conceptos religiosos que pregonan que la humildad es cuando una persona ha de ser modesta y vivir sin mayores pretensiones, es más, para el catolicismo la mayor persona humilde fue Jesús que siendo el más rico de todos se hizo pobre y nació en un pesebre y siendo el más importante murió en una cruz. Señores, cuando será que estos rezanderos paran de tergiversar el verdadero sentido de las cosas, la verdadera humildad de Jesús radica en su entrega al amor y a la verdad, el Nazareno nunca se doblego a las doctrinas de los humanos de la época, siempre fue fiel a la verdad manifestada, entiendan que con la autoridad de la verdad no se puede negociar aunque su destino sea la cruz.

La humildad brota cuando la verdad se manifiesta, ella, debe ser sumisa cuando la razón es contundente. El espiritual que lo cuestiona todo no tarda en cambiar su percepción cuando la luz de la verdad hace su aparición, en cambio, el religioso que no indaga ni cuestiona tragando entero, deja por asentado que el saber de su líder místico es la verdad salvadora, estos, no tienen la simple curiosidad de comprobar e indagar los dogmas culturales esparcidos como cizaña de generación en generación.

Conclusión: Los religiosos que viven en el pasado y en el futuro no tienen la humildad para aceptar que la espiritualidad vive en el presente, en el aquí y ahora. Los espirituales que queremos alcanzar la luz de la verdad sin dogmas, no dejamos de ser humildes por pregonar que la religión es para los que quieren seguir los rituales y la formalidad. Piensen en lo siguiente… cuando un hombre reclama humildad, en el fondo te está pidiendo a gritos que te le arrodilles y te sometas a su arrogante actitud. Miremos el estilo Cristo… corazón humilde con la verdad, mano dura con los idolatras, rejo en el templo, humildad en su misión. El estilo Gandhi… corazón humilde con la rectitud, mano dura con el injusto, una decidida actitud al dominio y a las condiciones impuestas por los británicos, una humilde actitud a la no violencia. Dos tremendos ejemplos de verdadera humildad al servicio de Dios Todo y Eterno, a la vida y al amor.

Procura ser tan grande que todos quieran alcanzarte
y tan humilde que todos quieran estar contigo.
Gandhi