La iluminación espiritual

Ultimo amanecer

POR: PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Ultimo amanecer; Patrocinio Navarro

SI SE PUDIERA DESTEJER EL TIEMPO

-Escribía el viajero en su diario-

Si uno pudiera
Sumergirse en la llama
Para encontrar el fuego,
-llovía en los cristales, los leños crepitaban-

Si pudiera
Sumergirse en la lluvia hasta ser venero,
Descorrer noches hasta el día primero
y ser alba en el alba de todos los cielos,
Tal vez hallaría las fuentes del silencio.

Si uno pudiera
sentirse luz de la misma
Que manan los soles de los cielos
Y parte de esa vida
Que va trazando universos…

Si uno pudiera deshilar las penas
Deshacer sus nudos y alisar los surcos
Que dejan en el alma en torrentera,
Tal vez hallaría la secreta senda
Que conduce a la alegría.

Si al desandar el camino
Se encontrase cualquiera
Con la gente que quiso
Antes de olvidar su nombre,
Y saber de su partida,
Dejaría de ser el que inventó su sueño
Y amaneció con llanto un día
Desde un vientre materno.
Abrió la puerta el viajero

Y se fundió en silencio con el día
Dejando casa y tiempo,
Cuaderno y poesía,
Y un reloj sin horas en su abrigo
Colgado de un perchero.
Cesó la lluvia en la ventana,
Apagóse el fuego del hogar que ardía.

LA MADRE TIERRA

Es el tiempo de actura.

Mas la madre Tierra es un ser vivo mucho más fuerte que cualquiera de sus peligrosos huéspedes y se revuelve en un claro proceso de auto- regeneración, poniendo en marcha sus inmensas energías para sacudirse el daño producido por los inconscientes hombres y así purificarse. La Tierra se rebela: las catástrofes naturales se suceden. La Tierra se sacudirá de encima esta civilización y toda su chatarrería y cada uno cosechará lo que le corresponda según la ley universal de siembra y cosecha.

Se desconoce el tiempo exacto que nos permitirá salir a una nueva Tierra, a una Tierra regenerada donde solo podrán habitar seres esta vez más respetuosos con su Planeta y con las leyes de Dios. Desde luego no podrán tener cabida en él, por la ley de Causa y Efecto, los que dañan al Planeta en esta existencia. Lo que sí se sabe por lógica es que en esa nueva Tierra no tendrán cabida gentes con viejas vibraciones mentales, como los partidarios de la espada, los contaminadores, o los ricos y explotadores, sino los que trabajan por la igualdad, la libertad, la justicia, la hermandad, la unidad y la paz. Este es el mensaje de Cristo para Su Nueva Era y que acogerán sin duda los partidarios de la verdad, los que se reconocen en el Hijo Pródigo de la parábola y dan la vuelta, los que se saben hijos de Dios y se esfuerzan en vivir según Sus leyes.

Siempre se dijo que el mensaje de Cristo era revolucionario, pero observando cómo piensan, viven y actúan las iglesias oficiales que se dicen cristianas, es imposible hallar rastro alguno de revolución espiritual ni de ninguna clase, sino de todo lo contrario: de involución doctrinal, de satanismo activo y de burla a Cristo. Tampoco ellos tienen la solución. La tenemos cada uno de nosotros. Un grano sí que hace granero.


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