Sordera de Ludwig Van Beethoven

Anécdotas al final de su vida apuntan a que aún podía captar sonidos, aunque fuera de forma tenue, como cuando se sorprendió por escuchar un grito agudo.

LUDWIG VAN BEETHOVEN

El sordo que revolucionó la música

Ludwig van Beethoven (Bonn, Alemania 1770) es uno de los compositores y músicos más conocidos del mundo y uno de los más importantes de la historia. Su obra influyó profundamente en la música y el arte posteriores. Por ello, 250 años después de su nacimiento, Música en México generó una de las más extensas y ambiciosas series online en español de contenidos relacionados con el genio de Bonn.

¿Cómo perdió la audición?

Lo que sí es definitivo es que su aparato auditivo quedó profundamente afectado, según lo observó en la autopsia el doctor Wagner.

El investigador Meredith le dijo a la BBC que la sordera pudo tener relación con sus males abdominales, ya que ambos se presentaron más o menos al mismo tiempo.

Además, Beethoven se quejaba constantemente de fiebres y jaquecas, que padeció por el resto de su vida.

Otra teoría es la del doctor Philip Mackowiak, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, quien apunta a a la sífilis congénita como posible afección.

Como enfermedad importada del continente americano, la sífilis arrasó en Europa, causando graves problemas en una población indefensa. En esa época estaba desbocada.

Pero el neurocirujano Henry March cree que no hay pruebas contundentes de ello, al no existir un diagnóstico moderno de su salud. Según él, todo lo que se puede hacer es especular.

El trauma de la sordera

Sea como fuere, lo que se ha podido establecer es que los problemas de audición le empezaron entre 1797 y 1798.

Y fue posible gracias a una carta que se encontró después de su muerte y que se conoce como el Testamento de Heiligenstadt.

Es un documento dirigido a sus dos hermanos, que Beethoven escribió en 1802 en la localidad de Heiligenstadt, donde había ido para recuperar la salud.

En él expuso toda su alma y sus pensamientos más profundos, abordando cómo lo asediaba la sordera y cómo eso explicaba su comportamiento errático.

... hace casi seis años he sido golpeado por un mal pernicioso que médicos incapaces han agravado escribió, detallando como se ha visto obligado a aislarse, a vivir lejos del mundo, en solitario.

Debo vivir como un proscrito. Si me acerco a la gente, me atenaza en seguida una angustia terrible: la de exponerme a que adviertan mi estado.

El doctor Mackowiak le describió a la BBC la condición como una sordera rara, en términos de hoy en día, pues empezó lentamente y progresó a lo largo de unos 25 a 30 años.

Al comienzo fue perdiendo la capacidad de oír ciertas frecuencias, y con el tiempo se sumaron más y más.

Es muy difícil saberlo, explica la profesora Tunbridge. Hay reportes que lo describen sordo y hablando alto, pero no se sabe exactamente cuál era la situación.

Para 1818 ya le costaba entender lo que la gente decía, por lo que le pedía escribir sus preguntas y comentarios.

Aunque algunas anécdotas registradas al final de su vida apuntan a que aún podía captar ciertos sonidos, aunque fuera de forma tenue, como cuando se sorprendió por haber escuchado un grito agudo.

La vibración de la música

A pesar del trauma de su sordera, combinado con la frustración de no haber podido casarse, siguió componiendo y creando las que fueron quizá sus piezas más expresivas, conmovedoras y experimentales.

Lo interesante del Testamento de Heligenstadt es que nunca envió la carta a sus hermanos, dijo la profesora.

(En ella) decide que la vida sigue teniendo valor y que continuará componiendo y que su música lo salvará.

El instrumento de Beethoven por excelencia era el piano, así que siguió componiendo con él, con ayuda de varios dispositivos añadidos para amplificar el sonido.

Pero eso no era lo esencial.

Hay que tener en cuenta que los músicos dependen mucho de su imaginación, que puden escuchar los sonidos en su cabeza, y Beethoven creaba música desde la niñez, explicó Tunbridge.

Así que tal vez no podía escuchar el mundo exterior, pero no hay motivos para pensar que la habilidad de escuchar la música en su mente se hubiese deteriorado, ni que hubiese disminuido su creatividad musical.