La iluminación espiritual

La reverencia a la vida es tu templo y religión

POR: OSHO

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REVERENCIA A LA VIDA

Si eres reverente hacia la vida, se convierte en un culto.

Hay muchas personas que se dan cuenta de que están vivas solo cuando mueren. Cuando estaban vivas estaban tan ocupadas en tantas cosas que se olvidaron de la vida por completo. Se acordaron de ella solo cuando supieron que únicamente les quedaban unas cuantas respiraciones y el corazón se está hundiendo, solo quedan unos cuantos latidos más, es en ese momento cuando comprenden: Qué estúpido he sido. Toda la vida sencillamente ha pasado por mi lado. No he bebido de su vino, no he comido sus frutos, ni siquiera estoy familiarizado con su fragancia. ¿Cómo ha sido? Y ahora es demasiado tarde.

¿Alguna vez le has dedicado un solo pensamiento? a que la misma idea de Dios como persona es una estupidez. En ninguna parte existe ningún Dios como persona, y todos esos templos, todas esas mezquitas, sinagogas e iglesias están vacías. Fabricadas por hábiles sacerdotes; no tienen nada que ver con la religión.

Jalil Gibran está en lo cierto cuando dice que tu vida cotidiana es tu templo. Aceptar este simple hecho de que tu vida diaria es tu templo y tu religión, solamente comprender este simple hecho, va a ser una gran transformación. Entonces no puedes hacer muchas de las cosas que siempre has estado haciendo, porque la tierra sagrada está en todas partes y estás tratando con Dios en cada momento.

No puedes engañar a tus clientes; no puedes ser posesivo con tus hijos, porque están más cerca de Dios que tú. Su inocencia es un puente, tu conocimiento es un muro, una muralla china; solamente puedes ser respetuoso con los niños. No puedes actuar de la vieja manera porque siempre estás actuando dentro del templo, y cada uno de tus actos es una oración. En cada momento estás rodeado por Dios. Sentirás su presencia incluso en tu esposa, en tu marido, en tu amigo, en tu enemigo, porque excepto Él, nadie más existe.

Hacer de toda la vida un templo, y de toda la vida una religión, una experiencia espiritual, es el único camino del auténtico buscador. Osho

Él no va a mirar en los libros sagrados. Los libros son libros; ningún libro es sagrado ni tampoco profano. Léelos si disfrutas con la poesía; léelos si te gusta la prosa; léelos si te agradan sus mitologías, pero recuerda, ningún libro puede darte el sabor de la religión.

Sí, es posible que una flor pueda dártelo; un pájaro en vuelo; un árbol que se eleva en las alturas danzando al sol. Toda la existencia se convierte en tu libro sagrado: léelo, escúchalo, y poco a poco e darás cuenta de que estás rodeado por una energía de la que eras totalmente inconsciente.

Es casi como el pez que no sabe nada sobre el océano, porque nace en él. Era parte del océano, exactamente como una ola; no sabe nada del océano. El pez solo llega a conocer el océano cuando el pescador lo saca de él y lo tira en la arena caliente de la playa. Entonces sabe que ha perdido su auténtica casa a la que nunca había prestado atención. Ahora está sediento, intentando por todos los medios posibles volver atrás y saltar al océano. Fuera de él ha tomado consciencia de lo que ha perdido.

La gente solo presta atención a lo que pierde en el momento de la muerte, porque la muerte llega como el pescador, sacándole del océano de la vida. Según eres sacado de la vida, de pronto comprendes: ¡Dios mío! He estado vivo y nunca me había dado cuenta de ello. Podría haber bailado, podría haber amado, podría haber cantado, pero ahora es demasiado tarde. La gente solamente lo aprecia en el momento en que están muriendo, que han estado continuamente rodeados por la energía eterna de la vida, pero que nunca han participado en ella. Tu vida cotidiana es tu templo y tu religión. Actúa con atención, actúa conscientemente, y muchas cosas empezarán a cambiar naturalmente.

Yo no tengo ninguna filosofía de no-violencia, pero sí un modo de vida que puedes llamar: Reverencia a la Vida. Lo cual es una perspectiva totalmente distinta. La no-violencia sencillamente dice no matar a otros. ¿Crees que eso es suficiente? Solo es una enunciación negativa: no matar a otros, no dañar a otros. ¿Es eso suficiente?

La reverencia a la vida dice compartir, ofrece tu alegría, tu amor, tu paz, tu dicha. Lo que quiera que puedas compartir, compártelo. Si eres reverente hacia la vida, se convierte en un culto. Entonces sientes que Dios está vivo en todas partes. Observar un árbol se convierte en culto. Dar de comer a un invitado se vuelve un culto. Y no estás complaciendo a nadie, no estás haciendo un servicio; simplemente estás disfrutando.

Todo niño nace bello, pero según va creciendo comienza a aprender formas de cómo ser feo, cómo ser competitivo, celoso, violento, destructivo, agresivo. Poco a poco pierde todo contacto con la vida porque ha perdido su reverencia hacia ella.

Si me preguntas, diré que la religión es reverencia a la vida. Y si no tienes reverencia a la vida, no puedes concebir nada de la existencia, los árboles, los pájaros y los animales, como distintas expresiones de la misma energía. En el origen somos hermanos y hermanas de los animales, de los pájaros y de los árboles; y si empiezas a sentir esta hermandad, descubrirás el primer sabor de lo que la religión es.

Ningún hombre es una isla, todos somos parte de un vasto continente. Existe variedad, pero eso no nos hace separados. La variedad hace más rica la vida, parte de nosotros está en los Himalayas, parte de nosotros en las estrellas, parte de nosotros en las rosas. Una parte de nosotros en el pájaro en vuelo, una parte de nosotros en el verde de los árboles. Nos extendemos por todas partes. Experimentarlo como una realidad transformará todo tu planteamiento sobre la vida, transformará cada uno de tus actos, tu propio ser.

Estarás lleno de amor; lleno de reverencia a la vida. Por primera vez, según mi opinión, serás verdaderamente religioso, serás verdaderamente espiritual, no un cristiano, no un hindú, no un musulmán, sino verdaderamente, puramente religioso.

La palabra religión es hermosa. Viene de una raíz que significa unir a aquellos que por ignorancia se han separado; juntarlos, despertarlos para que puedan ver que no están separados. Entonces no puedes herir ni siquiera a un árbol. Tu compasión y tu amor serán exactamente espontáneos, no cultivados, no parte de una disciplina. Si el amor es una disciplina, es falso, si la no-violencia es cultivada, es falsa. Si la compasión es alimentada, es falsa. Pero si llegan espontáneamente sin ningún esfuerzo por tu parte, entonces tienen una realidad tan profunda, tan exquisita.

En nombre de la religión se han cometido muchos crímenes en el pasado. Muchas más personas han sido asesinadas por la gente religiosa que por nadie más. Ciertamente todas esas religiones han sido falsificaciones. La auténtica religión tiene que nacer.

¿Nunca has experimentado un momento de amor, de oración, de beatitud? Jamás me he cruzado con un ser humano que sea tan pobre. ¿Nunca has escuchado el silencio de la noche? ¿Nunca te has estremecido con él? ¿Nunca has visto salir el sol en el horizonte? ¿Nunca has sentido algo así como una profunda interrelación con la salida del sol? ¿Nunca has sentido más vida dentro de ti, derramándose a raudales por todas partes? Quizá por un momento… ¿Nunca has tomado la mano de un ser humano y algo ha empezado a fluir de ti hacia él y de él hacia ti? ¿Nunca has experimentado cuando dos espacios humanos se superponen y fluyen el uno en el otro? ¿Nunca has visto una rosa y olido su fragancia y de repente eres transportado a otro mundo?

Estos son momentos de oración.

Y cuando desde el mismísimo principio cada niño es educado con reverencia a la vida, reverencia hacia los árboles porque están vivos, reverencia hacia los animales, hacia los pájaros, ¿crees que semejante niño pueda ser un día un asesino? Será casi inconcebible.

Y si la vida es alegre, llena de canciones y danzas, ¿crees que alguien deseará suicidarse? El noventa por ciento de los crímenes desaparecerán automáticamente; solo el diez por ciento puede que permanezcan, los que son genéticos, los que necesitan hospitalización, pero no cárceles, ni prisiones, no personas para ser sentenciadas a muerte. Eso es todo tan feo, tan inhumano, tan demencial.

Reverencia a la vida no significa únicamente reverencia a la vida de los demás. También incluye, además, reverencia hacia tu propia vida. La vida debería alcanzar profundidad, y la reverencia a la vida debería ser la única religión en el mundo. No existe división entonces y el hombre puede ser sanado. Es un gran reto para la humanidad futura.

Por eso sigo insistiendo en que deberíamos cortar con el pasado, un pasado totalmente enfermo. El hombre ha vivido una vida muy enferma porque ha creado una filosofía muy enferma, y la ha seguido muy en serio. Deberíamos romper con esa enfermedad, por muy respetable y antigua que sea, y redescubrir la totalidad del hombre. Y eso solamente puede hacerse cuando nos sumemos a la alegría con reverencia, cuando la festividad se convierta en una profunda reverencia; y cuando la reverencia no te conduzca hacia la muerte, hacia la renuncia, sino hacia el regocijo, la danza, la celebración.

FRAGANCIA DE LA GRATITUD

La auténtica gratitud no encuentra palabras para expresarse a sí misma.

La gratitud que encuentra palabras para expresarse es solo una formalidad –porque todo aquello que es sentido con el corazón, inmediatamente va más allá de las palabras, de los conceptos, del lenguaje. Puedes vivirlo, puede brillar en tus ojos, puede emanar como una fragancia por todo tu ser. Puede ser la música de tu silencio, pero no puedes expresarlo. En el momento en que lo pronuncies, algo esencial muere inmediatamente,

Las palabras solamente pueden transportar cadáveres, no experiencias vivas.

La gratitud no tiene un objetivo externo ni tampoco interno. La gratitud es casi como la fragancia que desprende una flor. Es una experiencia que no está dirigida a nadie.

Cuando llegas hasta el mismo origen de tu ser donde te sientes completamente como en primavera y las flores llueven sobre ti, de pronto sientes una gratitud que no está dirigida a nadie, exactamente como una fragancia que sale de ti, justo como el incienso desprendido nubes de humo y fragancia hacia un cielo desconocido y desapareciendo después.

Para mí, la gratitud es la mayor experiencia que puedes tener –no hacia Dios, no hacia nadie en particular…, simple gratitud hacia toda esta existencia. Estos pájaros, estos bellos árboles, toda esta existencia es tan hermosa que no sentir gratitud hacia ella es permanecer ciego, ignorante, inconsciente.

Este universo es tu hogar. Procedes de este universo y regresas de vuelta a él. La plegaria carece de sentido. Únicamente la gratitud…, ni siquiera tienes que emplear la palabra, simplemente el sentimiento de gratitud.

Pero el sentimiento de gratitud solamente surgirá cuando hayas experimentado los misterios, el esplendor, el jardín completo de flores que te es dado. Y tú no lo has pedido; de ningún modo lo mereces, no te lo has ganado. Es un puro regalo de la abundancia de la existencia en sí.

La existencia es abundante, tan cargada de esplendor que quiere compartirlo. No puede compartirlo a menos que estés centrado en tu ser. Solamente puede compartir sus secretos con un Buda. Y tú tienes todas las oportunidades para llegar a ser un Buda.

El verdadero agradecimiento surge cuando las cosas no van bien, y es la prueba de fuego de tu gratitud. Osho


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