La iluminación espiritual

La relatividad del tiempo

POR: JBN LIE

Imagen; La relatividad del tiempo; Jbn Lie

TIEMPO RELATIVO

Pensemos en una persona alegre y en otra que esté sufriendo; aunque ambas se encuentren en un mismo presente, estarán percibiendo el fluir de lo que llaman tiempo en forma muy diferente: para la primera su reloj biológico se atrasará, para la segunda se dilatará.

Podríamos ajustar un reloj que se atrase para la alegre y otro que se adelante para la triste; y eso no les servirá de nada porque el presente continuo se mantiene imperturbable, sin hacer caso al mecanismo de los relojes ni al estado anímico de las personas.

El tiempo varía según el marco de referencia: un Año - Tierra no es lo mismo que un Año-Júpiter. Tampoco el tiempo es el mismo para un ser humano que vive décadas de años, o para un mosquito que vive días, o para una bacteria que puede durar minutos. Todos los seres sienten que vivieron una larga vida entera en el lapso normal que duraron sus vidas.

Vemos que tiempo es diferente en cada uno de nosotros y en cada situación en la que nos encontremos; cada quien lleva su propio tiempo en su mente y cuando muere ese fantasma ilusorio del tiempo también muere con él. De esto deducimos fácilmente que el tiempo es algo puramente subjetivo.

En una ciudad pueden ser las cinco de la tarde y en otra las diez de la noche; sin embargo, si dos personas se comunican por teléfono desde esas ciudades se están escuchando en un mismo presente continuo.

No puede verse más claro que el tiempo que marcan los relojes es ilusorio y el que indican los calendarios es aún más: únicamente existe el presente continuo el único que tiene valor.

Nos queda muy claro que el tiempo es relativo y todo lo relativo no tiene existencia propia porque depende de otra cosa para poder existir, y si esa cosa falta deja de existir. Aquello que es real no necesita de otra cosa para poder existir… ni tiene tiempo.

El presente, el espacio y la velocidad de la luz son cosas reales, no relativas. Para poder explicarnos algunos fenómenos tenemos que inventar tiempos que se acomoden a esos fenómenos: una millonésima de segundo puede parecernos una cantidad de tiempo muy corta; pero a nivel subatómico es extremadamente larga.

La medición del tiempo no se puede aplicar a la medición en la vida de las partículas subatómicas y por tal razón se crean diferentes estándares para medir el tiempo geológico.

Al otro extremo, un millón de años puede parecernos un largo período aunque astronómicamente es un lapso muy corto. Nuestro entendimiento es el que acepta el fluir del tiempo y lo necesita. Vivimos el ahora y podemos recordar el pasado aunque ya no existe; programamos el futuro, que tampoco existe.

La mayoría de los filósofos ponen en duda el tiempo, lo consideran como un producto de la mente, una ilusión. El tiempo no es una característica objetiva del Universo, es algo subjetivo, una ilusión de la mente.

EL PASADO Y EL FUTURO DEL UNIVERSO

El pasado ya pasó y el futuro no ha venido. Solo existe el momento presente. El futuro no existe hasta que no se hace presente y cuando se hace presente deja de existir sin haber nacido... el presente no lo dejó nacer.

En cuanto al pasado tampoco existe: solo existe en libros viejos y en nuestro recuerdo: eso no es tiempo, solo letras y recuerdos. Cuando esas cosas existieron lo fueron en un presente.

Al dirigir nuestra vista hacia el espacio infinito decimos que estamos viendo el pasado del Universo; parece verdad: lo que vemos pudo haber ocurrido cientos o millones de años antes; se puede observar estrellas que ya no existen.

Lo anterior no quiere decir que exista el pasado: simplemente estamos viendo en el presente una proyección de lo que fue, y ya no es más que una proyección. Según nuestra teoría todo lo que está ocurriendo en el Universo está ocurriendo ya, en este presente absoluto que estamos percibiendo.

Todo lo que ocurre a nuestro alrededor vemos que ocurre en este preciso momento; y lo que ocurre en el lejano espacio también está ocurriendo en este preciso momento, no importa que no lo veamos o que lo observemos después. Tampoco importa la posición ni la velocidad a que se encuentre un observador, o si el observador existe o no.

Lo que ocurre es que la información se demora en llegar y cada quien la ve a destiempo según el sitio en que se encuentre. No vemos el pasado del Universo, sino una información que ocurrió en un presente lejano y se demoró en llegar.

El Cosmos existe en un presente continuo y no es necesario decir que fluye del pasado hacia futuro.

Es difícil explicar porqué va en contravía de un proceso psicológico que tenemos metido hasta en nuestras entrañas: un arquetipo.

Y como dijimos, el pasado y el futuro los inventamos para poder desenvolvernos en el mundo relativo en que vivimos. Más téngase presente siempre que según la teoría "todo lo relativo no tiene existencia propia".

Podrá haber aparentes contradicciones en cuanto a palabras, las cuales son el único medio con que contamos para comunicarnos.

Aclaramos que tenemos que seguir manejando el tiempo relativo, que no existe realidad, por ser la única forma de expresarnos y situar los hechos en el marco de alguna referencia.

El lector inteligente, mediante un esfuerzo generoso logrará diferenciar entre las palabras limitadas y lo que se pretende expresar.

Es natural que encontremos inconsistencias en las explicaciones porque cada persona mentaliza en forma diferente las palabras. Es la causa de nuestros malos entendidos cotidianos. Si buscamos contradicciones las encontraremos y si buscamos redondear conocimientos lo lograremos. Nadie puede enseñar a otro aunque si puede estimularlo para que aprenda por él mismo.

EL TIEMPO

El tiempo no consta de partes reales, no está formado por átomos ni partículas, no se trata de ondas, no son campos magnéticos ni electromagnéticos no es nada conocido.

El presente ocurre en forma simultánea y pareja en cualquier parte del Universo. Nos aseguran que el tiempo se detiene a la velocidad de la luz, es verdad: Mas no porque se detenga sino porque, de hecho, no fluye ni corre.

La cuestión es que a la velocidad de la luz se llega a una realidad temporal o sea al presente continuo; allí se llega a un absoluto donde se pierde toda ilusión y toda relatividad.

Newton afirmó que el tiempo es absoluto, fluye ajeno a todo influjo externo y es universal, es decir, que no depende del estado de movimiento de un observador. En cuanto a que el tiempo es absoluto y no relativo, nuestra teoría está de acuerdo con Newton.

No lo está en cuanto a que el tiempo fluye. Quien cree que fluye es nuestra mente que fabrica la ilusión del fluir o correr del tiempo. ¿Quién ha recogido algo de ese fluir? ¿A qué velocidad corre el tiempo si no a la velocidad que nuestra mente lo esté fabricando en ese momento?

Adelantando algo sobre el misterio del tiempo, la teoría presente descubre el Cronino, que de ninguna manera es una partícula subatómica que produce el tiempo sino la unidad cuántica del presente continuo, y es precisamente la que produce el salto cuántico tan discutido; además interviene en la resonancia armónica de las ondas hertzianas.

El tiempo es el reflejo de una realidad concreta; más como reflejo no tiene existencia propia. La realidad concreta es la sucesión de acontecimientos en un presente continuo. Y éste es el único momento y la única riqueza que realmente tenemos.


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