La iluminación espiritual

¿Qué es la trofología?

TROFOLOGÍA

El hombre se alimenta de lo que digiere y no de lo que come.

-Manuel Lezaeta-

La trofología es la ciencia que nos enseña a cultivar o restablecer la salud mediante una alimentación adecuada a las necesidades de nuestro cuerpo. Saber alimentarse es condición indispensable para conservar y también para recuperar la salud.

En efecto, como higiene la alimentación natural es medio seguro para evitar enfermarse, porque, dependiendo todas las funciones orgánicas de la calidad de la sangre y, siendo ésta producto de la nutrición general y especialmente de la digestión, los alimentos adecuados producen sangre pura con tejidos y órganos sanos, al paso que la alimentación inadecuada impurifica la sangre y altera las funciones orgánicas.

Nuestro cuerpo es de la calidad de los alimentos que lo forman y mantienen. Así, una sangre nutrida por frutas crudas será fluida, vitalizada y alcalina, exenta de materias ácidas, pues aun las frutas más ácidas tienen reacción alcalina en la sangre. Son los ácidos provenientes de las fermentaciones pútridas del intestino los que acidifican la sangre, irritan, inflaman y congestionan los tejidos y órganos nobles de nuestro cuerpo, produciendo los trastornos catalogados con los diversos nombres con que se clasifican los síntomas o manifestaciones diversas de la única enfermedad que existe: impurificación de la sangre por mala nutrición y deficientes eliminaciones.

Digerir alimentos es formar sangre, luego la digestión normal es fuente de sangre pura y la digestión anormal da origen a sangre impura. Toda dolencia tiene sus raíces en el vientre, porque no hay enfermo con buena digestión.

La digestión normal se manifiesta por buena elaboración, con excrementos abundantes, inodoros, cilíndricos y de color bronceado; además, el intestino se desocupa a lo menos, mañana y tarde. Una sola evacuación en el día es insuficiente, porque demuestra que los residuos de la digestión y también la bilis han sido retenidos más de veinte horas en el cuerpo, con lo que se impurifica la sangre. Lo normal es desocupar completamente el vientre cada ocho horas.

COMBINACIÓN DE LOS ALIMENTOS

LO QUE VA BIEN

  • Frutas desecadas y miel: Con frutas frescas dulces
  • Leche, queso y huevos: Con cereales, feculentos y legumbres
  • Cereales, trigo, maíz, arroz, avena, etc.: Con verduras, raíces o frutas dulces u oleaginosas
  • Feculentos o tubérculos farináceos: Con verduras y zumo de uvas
  • Legumbres: Con verduras y mantequilla
  • Pan, queso, yemas de huevo y nata: Con frutas frescas, dulces en compotas
  • Verduras, raíces y tomates: Con aceites, frutas óleas y huevos
  • Frutas dulces: Con yema de huevo y pan
  • Aceites y frutas oleaginosas: Con tomates, calabazas, berenjenas y ensaladas
  • Aceites, verduras y raíces: Con huevos, patatas, cereales o legumbres secas
  • Plátanos y frutas harináceas: Con leche, huevo y frutas dulces
  • Hortalizas (lechugas, apio, achicoria, etc): Con cereales o patatas
  • Ensaladas de hojas, tallos o raíces: Con aceite, cereales o patatas
  • Nueces y aceitunas: Con cereales, hortalizas
  • Queso, mejor fresco que seco : Con cereales, pan o patatas
  • Arvejas, frijoles, lentejas, garbanzos, etc: Con hortalizas
  • Cereales (trigo, maíz, arroz, avena, etc: Con frutas secas dulces
  • Huevos, mejor bien cocidos: Con toda clase de vegetales
  • Pan, mejor integral: Con frutas dulces, hortalizas, leche, miel, huevos, aceite

LO QUE VA MAL

  • Huevos, leche o queso : Con miel, frutas frescas o secas
  • Cereales y legumbres: Con castañas o plátanos
  • Cereales, trigo, maíz, arroz, avena, etc.: Con patatas, fideos, masas
  • Cereales y feculentos: Con frutas ácidas
  • Frutas oleaginosas y aceites: Con frutas dulces, miel y azúcares
  • Crustáceos, carnes, peces y aves: Con frutas frescas y dulces
  • Vinos y sal: Con sandía o leche
  • Limón, otras frutas ácidas y vinagres: Con tomates, leche, castañas, plátanos, cereales, feculentos y legumbres
  • Leche, queso y huevos: Con ensaladas crudas, hortalizas, tomates o frutas jugosas
  • Huevos: Con queso o leche
  • Frutas: Con hortalizas
  • Miel o azúcar: Con hortalizas
  • Aceitunas o nueces: Con miel, azúcar o frutas dulces

Para evitar los inconvenientes de las malas combinaciones, la mejor regla será simplificar cada comida a uno o dos productos, variando éstos en las distintas comidas del día o mejor cada día, para proporcionar al organismo los variados materiales que necesita y que son azúcares, albúminas (poca para los adultos), hidratos de carbono y sales minerales.

La cantidad es también otro factor que interviene en la digestión, siendo la regla general que para asegurar ésta, jamás de debe comer sin hambre y que toda comida debe terminarse dejando algún deseo por satisfacer pues nos alimentamos de lo que el cuerpo asimila y no de lo que introducimos en exceso.

Condición de una buena digestión es, por fin, la tranquilidad nerviosa y para obtenerla, debemos evitar disgustos y preocupaciones, antes, durante e inmediatamente después de las comidas.

Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento.

-Hipócrates-