El poderoso virus llamado miedo

El miedo ronda con la enfermedad, pero quizás el poderoso virus del miedo sea el más peligroso. Mejor es para todos rodear la vida de amor y no de miedo.

EDUARDO GALEANO

GRANDE Y PODEROSO MIEDO

No actúes por miedo, no te dejes contagiar del poderoso virus del miedo.

La vida debería estar rodeada de amor, no de miedo. Es el virus del miedo el que crea la ira. Es el miedo el que finalmente crea violencia. ¿Lo has visto? El miedo es solo una forma femenina de ira y la ira es una forma masculina de miedo. El miedo es una forma pasiva de ira y la ira es una forma activa de miedo. Así que puedes cambiar miedo por ira muy fácilmente, e ira por miedo muy fácilmente.

No actúes de la manera en que el miedo te hace actuar. Actúa de la manera en que la alegría te hace actuar, no desde el miedo, porque todas las así llamadas religiones están basadas en el miedo. Su Dios no es más que el miedo, y su cielo y su infierno no son más que proyecciones de miedo y avaricia. La frase de Rumi es muy revolucionaria: No actúes por miedo. Todas las religiones le dicen a la gente, Teman a Dios

Muchos han estado viviendo con el virus del miedo. Sus relaciones existen con miedo. El miedo es tan abrumador -como una nube grande cubriendo tu vida- que dices cosas que no quieres decir, pero el miedo te hace decirlas. Haces cosas que no quieres hacer, pero el miedo te hace hacerlas. Solo un poco de inteligencia se necesita para entenderlo.

Veamos la brillantes con que Eduardo Galeano nos despierta contra el virus del miedo...

EL MIEDO NOS GOBIERNA

¿Qué sería del poder sin el miedo?

Estamos en una sociedad donde el poder del capital avasalla cuanto se pone en su camino, el norte ideológico de cada uno de nosotros debe estar siempre encaminado a denunciar esta realidad sin florituras verbales pero con la belleza del pensamiento como bandera. El miedo nos gobierna. Esa es una de las herramientas de las que se valen los poderosos, la otra es la ignorancia, para quien la libertad del dinero exige trabajadores presos de la cárcel del miedo.

Creo que hay que pelear contra el miedo, que se debe asumir que la vida es peligrosa y que eso es lo bueno que la vida tiene para que no se convierta en un mortal aburrimiento. La tradición de la sociedad perpetúa una cultura del terror, enseña a sus integrantes a mentir y contagiar a los demás con la peste del miedo.

Veamos que nos dice Eduardo Galeano sobre el miedo...

PENSAMIENTOS SOBRE EL MIEDO

Pensamientos y poemas del escritor Uruguayo Eduardo Galeano sobre el miedo.

EL MIEDO MANDA

Habitamos un mundo gobernado por el miedo, el miedo manda, el poder come miedo, ¿Qué sería del poder sin el miedo? Sin el miedo que el propio poder genera para perpetuarse.

El hambre desayuna miedo.
El miedo al silencio que aturde las calles.
El miedo amenaza.
Si usted ama tendrá sida.
Si fuma tendrá cáncer.
Si respira tendrá contaminación.
Si bebe tendrá accidentes.
Si come tendrá colesterol.
Si habla tendrá desempleo.
Si camina tendrá violencia.
Si piensa tendrá angustia.
Si duda tendrá locura.
Si siente tendrá soledad.

EL MIEDO GLOBAL

Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen.

Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo a caminar.
Los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar.
El lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares.
Los militares tienen miedo a la falta de armas.
Las armas tienen miedo a la falta de guerra.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre.
El miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones y miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura.
Al tiempo sin relojes.
Al niño sin televisión.
Miedo a la noche sin pastillas para dormir.
Miedo a la mañana sin pastillas para despertar.
Miedo a la soledad y miedo a la multitud.
Miedo a lo que fue.
Miedo a lo que será.
Miedo de morir.
Miedo de vivir.

EL MIEDO ENVENENA

Cuando el miedo nos hace ver el mundo con el alma envenenada.

A la hora de ir a trabajar un leñador descubrió que le faltaba el hacha. Observó a su vecino. El vecino tenía todo el aspecto de un ladrón de hachas. Estaba claro: la mirada, los gestos, la manera de hablar.

Unos días después el leñador encontró el hacha que había perdido. Y cuando volvió a observar a su vecino, comprobó que no se parecía para nada a un ladrón de hachas, ni en la mirada ni en los gestos ni en la manera de hablar.

EL DIABLO EXTRANJERO

El pánico a la pérdida del empleo es uno de los miedos más poderosos.

El culpómetro indica que el inmigrante viene a robarnos el empleo. Y el peligrosímetro lo señala con luz roja. Si el intruso, el venido de afuera, es joven y pobre y no es blanco, está condenado a primera vista por indigencia o inclinación al caos o portación de piel. Pero si no es joven ni pobre, ni oscuro, de todos modos merece la malvenida porque ha venido a trabajar el doble a cambio de la mitad.

El pánico a la pérdida del empleo es uno de los miedos más poderosos en estos tiempos del mundo gobernado por el miedo. Y la verdad es que el inmigrante está siempre situado a primera mano, ahí no más, a la vista, a la hora de encontrar culpables del desempleo, de la inseguridad y de otras muchas temibles desgracias.

Antes Europa derramaba sobre el mundo, sobre el mundo entero: soldados, presos, campesinos muertos de hambre... que eran protagonistas de las aventuras coloniales y han pasado a la historia como mensajeros de Dios. Era la civilización lanzada al rescate de la barbarie.

Ahora el viaje ocurre al revés. Eso quiere ser la invasión de los invadidos. Los que llegan o intentan llegar desde el sur al norte son protagonistas de las desventuras coloniales que pasan a la historia como mensajeros del Diablo. Es la barbarie lanzada al asalto de la civilización.

EL PODER DE MANDAR CON MIEDO

El miedo seca la boca, moja las manos y mutila.

Un emperador de China, no se sabe su nombre ni su dinastía ni su tiempo, llamó una noche a su consejero principal y le confió la angustia que le impedía dormir. Le dijo: Nadie me teme. Como nadie le temía nadie lo respetaba. Y como nadie lo respetaba nadie le obedecía.

El consejero principal meditó un ratito y opinó: Falta castigo. Y el emperador sorprendido dijo que castigo no faltaba, porque él mandaba a la horca a todo el que no se inclinara a su paso. Y el consejero principal le advirtió: Pero esos, esos son los culpables. Si solo se castiga a los culpables, solo los culpables sienten miedo.

El emperador chino pensó y pensó... y llegó a la conclusión de que el consejero principal tenía razón. Y le mandó cortar la cabeza. La ejecución ocurrió en una gran plaza pública, la plaza celestial, la plaza principal del imperio. Y el consejero fue el primero de una larga lista.

RUMORES DE INVASIÓN

La dictadura militar, miedo de escuchar, miedo de decir, nos convirtió en sordomudos. Ahora la democracia, que tiene miedo de recordar, nos enferma de amnesia.

Corría el año 1964. Y el dragón del comunismo internacional abría sus siete fauces para comerse a Chile. La publicidad, sobre todo la publicidad en la televisión, bombardeaba a los chilenos mostrando imágenes de iglesias quemadas, de tanques rusos, de guerrilleros barbudos que secuestraban a los niños y se los llevaban lejos.

Y hubo elecciones. Y el miedo venció. Y Salvador Allende, el candidato derrotado me contó qué era lo que más le había dolido de esa experiencia dolorosa.

...la empleada de la casa de al lado, la casa de al lado de su casa, en el barrio de Providencia, era una pobre mujer que trabajaba veinte horas por día ocupándose de los niños, lavando y planchando la ropa, fregando, haciendo la comida... del día a la noche trabajando sin parar, esa pobre mujer que había envuelto su ropa en una bolsa de plástico y la había enterrado en el jardín, porque tenía miedo de que si ganaban los Rojos le expropiaran su propiedad.

NO PIENSEN, NO SUEÑEN

De nuestros miedos nacen nuestros corajes y en nuestras dudas viven nuestras certezas.

Durmiendo nos vio. En el sueño de Elena estábamos los dos haciendo fila con muchos otros pasajeros en algún aeropuerto, quién sabe cual, porque todos los aeropuertos son más o menos todos iguales. Y cada pasajero llevaba una almohada bajo el brazo. Rumbo a una máquina, que nos esperaba, pasaban las almohadas bajo la máquina y la máquina leía los sueños de la noche anterior.

Era una máquina detectora de sueños peligrosos para el orden público.

LA PUBLICIDAD DEL MIEDO

Tiene pánico a la invasión el país que nadie ha invadido jamás, y tiene la costumbre de invadir a los demás.

En los años 80, el peligro se llamaba Nicaragua.

El presidente Ronald Reagan asustaba a la población. Y denunciaba el ¡inminente peligro, la amenaza! de la invasión que iba corriéndose desde América Central, México, vía Texas entrando en los Estados Unidos y apoderándose del país... mientras a espaldas del presidente un mapa mostraba esa Gran mancha roja que avanzaba. La teleaudiencia espantada no tenía la menor idea de dónde quedaba Nicaragua... Ni sabía que ese pobre país había sido arrasado por una dictadura de medio siglo, fabricada en Washington. Y después, por un terremoto que no dejó nada en pie...

Y esa teleaudiencia asustadísima, tampoco sabía que ese País Feroz tenía en total cinco ascensores y una sola escalera mecánica, que no funcionaba.

LUCHA CONTRA SATÁN

La experiencia prueba que la amenaza del infierno es más eficaz que la promesa del Cielo.

Hace ya algunos siglos, Martín Lutero advirtió que Satán no está solamente entre los moros, entre los turcos, sino que habita nuestra propia casa. Que Satán está en el pan que comemos y en el agua que bebemos. Y pasaron los siglos y así siguió siendo.

En el año 1982, el demonio tuvo la osadía de visitar al Papa en el Vaticano.

Apareció el demonio en forma de mujer. Una mujer que rugía arrastrándose por los suelos. Y el Papa Juan Pablo II, libro un combate cuerpo a cuerpo contra el maligno, conjurando al intruso con exorcismos que provenían de otro papa que había logrado arrancar de Galileo Galilei la diabólica idea de que el mundo giraba alrededor del sol.

Y cuando el Demonio apareció en forma de becaria en el salón oval de la Casa Blanca... El presidente Bill Clinton no lo conjuró usando ninguno de esos anticuados métodos católicos de exorcismo, sino que Clinton expulsó al maligno arrasando Yugoslavia en una guerra de tres meses.

LA MENTIRA Y EL MIEDO

Las guerras se venden mintiendo y la opinión pública es el target.

En el año 1964, el presidente Lyndon Johnson, denunció que los Vietnamitas habían atacado dos buques de los Estados Unidos en el Golfo de Tonkín. Y entonces el presidente Johnson invadió Vietnam. Cuando ya la guerra había destripado a una gran multitud de vietnamitas, en su mayoría mujeres y niños, el ministro de defensa de Johnson, Robert Mac Namara, confesó que el ataque del Golfo de Tonkín nunca había existido. Los muertos no resucitaron.

Y en Marzo del año 2003, el presidente George Bush denunció que Irak estaba a punto de aniquilar el planeta con sus armas de destrucción masiva. Eran, según él, las armas más letales jamás inventadas. Y entonces el presidente invadió Irak, cuando ya la guerra había destripado una buena multitud de irakies, en su mayoría mujeres y niños. El propio presidente Bush confesó que las armas de destrucción masiva no habían existido, que esas armas más letales jamás inventadas habían sido inventadas por él.

Cuando, hace ya unos cuantos años, mi mamá me daba instrucciones para vivir, entre otras cosas me aseguró que la mentira tenía patas cortas. Pero la mentira tiene patas larguísimas, porque en las elecciones siguientes el pueblo recompensó al presidente Bush reeligiéndolo.

SEMBRANDO PÁNICO

Un caso muy común de crear pánico sin sentido.

Doña Chila Monti ya tenía unos cuantos años y estaba más cerca del arpa que de la guitarra.

Bien lo sabía su hijo Horacio, pero se pegó tremendo susto cuando la vio como la vio: las manos tembleques, los ojos salidos, las piernas flojas que no podían caminar...

¿Qué pasó? ¿Qué pasó?, preguntó el hijo.

Y la madre con un resto de voz, la poca voz que le quedaba, alcanzó a musitar: Me robaron.

El hijo quiso saber qué cosas le habían robado. Y ahí ella pegó un salto y resucitó, furiosa, indignadísima, Vos bien sabes que no tengo nada yo, ¿Qué cosas me iban a robar? ¡Ninguna! Cómo se te ocurre semejante barbaridad...¿Tengo cosas yo? Bien sabe Dios que cuando me llegue la hora subiré sin nada...

Bueno, bueno, dijo Horacio, pero si decís que te robaron...

Sí, me robaron ¿Y qué se llevaron? Las ideas.

MIEDO A PERDER EL PELO

Reflexión para que los que están a punto de quedar calvos pierdan el miedo.

Yo, mutilado capilar... Los peluqueros me humillan cobrándome la mitad. Cada pelo que pierdo, cada uno de mis últimos cabellos es un compañero que cae y que antes de caer a tenido nombre o por lo menos número.

Me consuelo recordando la frase de un amigo piadoso que me dijo alguna vez: Si el pelo fuera importante estaría adentro de la cabeza, no afuera. Y también me consuelo comprobando que en todos estos años se me ha caído mucho pelo... pero ninguna idea... Lo que es una ventaja si se compara con tanto arrepentido que anda por ahí.

Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen.

Eduardo Galeano