La iluminación espiritual

Frases Eduardo Galeano


TE PUEDE INTERESAR SOBRE EDUARDO GALEANO

PORTADAS FRASES ESCRITOS

TENEMOS MÁS DE 40.000 FRASES

Citas Eduardo Galeano


Para no ser mudos, hay que empezar por no ser sordos.

Debo, luego soy.

Mira pibe. Si Beethoven hubiera nacido en Tacuarembó, hubiera llegado a ser director de la banda del pueblo.

Ojala podamos tener el coraje de estar solos, y la valentía de arriesgarnos a estar juntos.

De cada día nace una historia porque estamos hechos de átomos, estamos hechos de historias.

Y nada tenia de malo, y nada tenia de raro que se me hubiera roto el corazón de tanto usarlo.

Escribo para los amigos que todavía no conozco. Los que conozco ya están hartos de escucharme.

Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre si mismo, y no duda de su propia eternidad.

Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mi un pajarito me conto que estamos hechos de historias.

Hay un único lugar donde ayer y hoy se encuentran y se reconocen y se abrazan. Ese lugar es mañana.

Este es un mundo que te domestica para que desconfíes del prójimo, para que sea una amenaza y nunca una promesa.

En el proyecto de una sociedad de sonámbulos, cada ciudadano debe ser el policía de si mismo y de los demás.

Mercado. Lugar donde se fija el precio de la gente y otras mercancías.

Y hoy, mas que nunca, es preciso soñar. Soñar, juntos, sueños que se desenseñen y en materia mortal encarnen.

Pobres contra pobres, como de costumbre: la pobreza es una manta demasiado corta, y cada cual tira para su lado.

Al Norte y al Sur, al Este y al Oeste, el hombre serrucha, con delirante entusiasmo, la rama donde esta sentado.

Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.

A nadie molesta mucho, al fin y al cabo, que la política sea democrática, siempre y cuando la economía no lo sea.

El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso.

Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.

El automóvil, el televisor, el video, la computadora personal, el teléfono celular y demás contraseñas de la felicidad, maquinas nacidas para ganar tiempo o para pasar el tiempo, se apoderan del tiempo.

El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de que lado quiere o puede estar.

En un mundo de plástico y ruido, quiero ser de barro y de silencio.

El demonio dispone de un amplio guardarropa y no solo viste de rojo.

El alimento de las minorías se convierte en el hambre de las mayorías.

Solo los tontos creen que el silencio es un vacío. No esta vacío nunca.

El poder es como un violín. Se toma con la izquierda y se toca con la derecha.

No encuentro lo que busco y tengo miedo de que se me caiga la vida en alguna distracción.

Si me caí es porque estaba caminando. Y caminar vale la pena, aunque te caigas.

Para mi, las únicas certezas dignas de fe son las que desayunan dudas cada mañana.

La historia de América Latina es la historia del despojo de los recursos naturales.

Culto no es aquel que lee mas libros. Culto es aquel que es capaz de escuchar al otro.

Siempre habrá un niño que diga: Yo no quiero morirme nunca, porque quiero jugar siempre.

Hasta los ateos nos encomendamos a Dios antes que encomendarnos a la policía.

Los conquistadores vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: Cierren los ojos y recen. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.

El mundo es una gran paradoja que gira en el universo. A este paso, de aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed, para que no falten el pan ni el agua.

La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo.

Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: Cierren los ojos y recen. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.

Quien no esta preso de la necesidad, esta preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen.

A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de igual a igual, la caridad se practica de arriba-abajo, humilla a quien la recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder.

En verdad, en ningún lugar del mundo se termina la historia. El día que las personas dejen de hacer historia, se habrá jubilado el ser humano. Y, entonces, le convendría yacer honestamente bajo tierra.

A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de igual a igual, la caridad se practica de arriba a abajo, humilla a quien la recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder.

Te digo que te quieras, que te cuides, que te protejas, que te mimes, que te sientas, que te ames, que te disfrutes. Te digo que te quiero, te cuido, te protejo, te mimo, te siento, te amo, te disfruto.

Soy un escritor que quisiera contribuir al rescate de la memoria secuestrada de toda América, pero sobre todo de América Latina, tierra despreciada y entrañable.

Ahora América es, para el mundo, nada mas que los Estados Unidos: nosotros habitamos, a lo sumo, una sub América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación. Es América Latina, la región de las venas abiertas.

La caber comunidad naciente encuentra refugio en la realidad virtual, mientras las ciudades tienden a convertirse en inmensos desiertos llenos de gente, donde cada cual vela por su santo y esta cada cual metido en su propia burbuja.

La utopía esta en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos mas allá. Por mucho que camine nunca la alcanzare. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.

La civilización que confunde a los relojes con el tiempo, al crecimiento con el desarrollo y a lo grandote con la grandeza, también confunde a la naturaleza con el paisaje, mientras el mundo, laberinto sin centro, se dedica a romper su propio cielo.

[1/2]