Dios y su palabra

La Ley está escrita en letras indelebles en toda la Naturaleza viviente, en todo lo que palpita vida, de donde Ella nos habla por miles de bocas.

NAG HAMMADI

La Naturaleza viviente

La Ley está escrita en letras indelebles en toda la Naturaleza viviente, en todo lo que palpita vida, de donde Ella nos habla por miles de bocas. Vosotros podéis escuchar y leer en el libro abierto de la Naturaleza viviente, en las plantas, que nos hablan por medio de sus flores y sus aromas; en las arboledas con sus deliciosos frutos en las vertientes cristalinas, en los riachuelos y en los imponentes ríos...

Ella nos habla con sus aguas vivientes y su eterno murmullo. En los mares con su fluctuante respiración de alta y baja marea y sus violentos oleajes. Aún en las rocas más duras hay palpitante vida, sin cuya vibrante cohesión ellas se desintegrarían en polvo.

En verdad os digo, la vida nos habla desde las duras rocas, los vibrantes minerales, desde el reino vegetal y animal, desde lo más hondo de los mares con sus peces de insospechadas formas, tamaños y colores... Nos habla desde las alturas del firmamento, desde las arboledas, con el maravilloso cántico de las avecillas del cielo.

En verdad os digo, buscad, la Ley en la palpitante vida ante todo en vosotros mismos y tratad de comprenderla y obedecerla, pues, solo así conservaréis la buena salud y seréis felices. En verdad os digo, que todas estas palpitantes manifestantes de la vida están más cerca de Dios, que todas las escrituras muertas, inertes y sin vida. Dios, en su inmensa sabiduría, ha creado el milagro de la Naturaleza viviente y todo lo que ella mora, vive y palpita, para que Ella, por miles de bocas y por sus infinitas manifestaciones, hable a los hombres, les revele y enseñe sus sabias leyes.

Manuscritos de Nag Hammadi

El evangelio subversivo

Los Manuscritos de Nag Hammadi o Biblioteca de Nag Hammadi, también conocidos como los Evangelios Gnósticos, son una colección de textos, en su mayor parte adscritos al Cristianismo Gnóstico Primitivo, descubiertos cerca de la localidad de Nag Hammadi, en el Alto Egipto, en 1945. Ese año, doce códices de papiro encuadernados en piel, y los restos de un décimo tercero, cuidadosamente guardados en una jarra de cerámica sellada y escondidos en unas grutas próximas (en el macizo montañoso de Jabal al-Tarif), fueron encontrados casualmente por un campesino llamado Muhammad Alí al-Samman. Aunque escritos en copto entre los siglos III y IV e.c., se estima que los originales griegos perdidos de los que provendrían lo fueron entre los siglos I y II. Este hallazgo, junto a los Manuscritos de Qumrán, es el más grande descubrimiento de textos antiguos de la Era Contemporánea y el redescubrimiento de las posturas y planteamientos filosóficos y teológicos del Gnosticismo cristiano expuestos en algunos de los textos de la Colección de Nag Hammadi, han sido y siguen siendo objeto del mayor interés en el campo de la Psicología transpersonal. Los códices de Nag Hammadi se encuentran en el Museo Copto de El Cairo, Egipto..

Manuscritos que hicieron temblar a la Iglesia Cristiana

En diciembre de 1945, Muhammad, sus hermanos Califa Alí y Abu al-Majd del clan al-Samman, y otros cuatro aldeanos de la pequeña población de Al Qasr wa al-Sayyad (la antigua Quenoboskion), cercana a Nag Hammadi, se acercaron al macizo montañoso de Jabal al-Tarif, a unos 11 km al nordeste de Nag Hammadi, buscando fertilizantes para sus cultivos. Escarbando debajo de una gran mole de piedra, encontraron una jarra de cerámica sellada. Pudo más la curiosidad que el temor a que anidase en ella algún genio maligno, se decidieron a romper la jarra y se sorprendieron al encontrar unos manuscritos encuadernados que tenían toda la apariencia de ser muy antiguos.

Muhammad Alí no tenía la menor idea que aquel hallazgo estremecería la Iglesia cristiana y entregó uno de los códices (el Códice III) al sacerdote copto de su aldea, Basiliyus Abd al-Masih, quien a su vez, se los mostró a un hermano suyo, Raghib Andrawus, maestro de historia de la localidad. Sospechando su gran valor, Raghib lo hizo llegar a G. Sobhi, médico copto de la capital, El Cairo, quien dio aviso al Departamento de Antigüedades del gobierno egipcio, a cargo en ese entonces del francés E. Drioton, quien incautó el documento.

Meses más tarde (en octubre de 1946), el Códice III fue a parar al Museo Copto de El Cairo donde, en octubre de 1947 sería examinado por el joven estudioso francés Jean Doresse, quien enseguida se dio cuenta del gran valor e importancia del manuscrito, proyectando su publicación.

Paralelamente en este tiempo, algunos de los otros códices encontrados fueron saliendo a la luz con diversos destinos. El que sería denominado como Códice I fue adquirido, con la mediación de Albert Eid, un anticuario belga residente entonces en la capital egipcia, y del teólogo e historiador Gilles Quispel, por la Institución Jung de Zúrich, denominándose desde entonces como Códice o Codex Jung. Tras su publicación, finalmente regresaría al Museo de El Cairo.

El resto de los códices, poco a poco, fueron llegando al Museo Copto, expropiados por el gobierno egipcio. Por las graves dificultades y obstáculos políticos y burocráticos que se presentaron, no sería sino hasta 1956 cuando se publicó el Evangelio de la Verdad del Códice Jung (I) y poco más tarde, en 1959, el Evangelio de Tomás. Por fin, en 1977, bajo la dirección de James McConkey Robinson, se publicarían en lengua inglesa la traducción completa de todos los textos de la Bibiblioteca de Nag Hammadi con el título The Nag Hammadi Library in English. En 1997, Editorial Trotta publicó para los lectores de habla hispana la traducción al castellano de todos los textos de Nag Hammadi.

Origen de la Biblioteca de Nag Hammadi

La región donde se encuentra la población de Nag Hammadi, cerca de la cual tuvo lugar el descubrimiento de XIII Códices, era de una gran actividad cenobítica y monacal en los finales del siglo III y durante todo el siglo IV, pues en ella se asentó buena parte de los conocidos como Padres del Desierto.

Durante mucho tiempo, si bien sin certeza, se consideró que la Biblioteca Gnóstica de Nag Hammadi, pudo ser el trabajo de uno o varios monjes de alguno de los monasterios fundados por San Pacomio, cercanos al lugar del descubrimiento de los códices.

Recientemente el profesor F. G. Bazán contempló la hipótesis, avalada por diversos documentos, que la Biblioteca de Nag Hammadi era propiedad de un grupo de gnósticos ascetas que podían convivir con otros grupos en la región de la Tebaida, y más concretamente, una comunidad ascético gnóstica de mujeres y varones de mediana cantidad de miembros asentada por la zona de Khenoboskion con lazos interactivos con otras pequeñas comunidades iniciáticas...radicadas en la zona de Alejandría y el sur de El Cairo hacia el Norte.

Lista completa de códices

Codex I o Codex Jung:
Oración de Pablo.
Libro Secreto de Santiago.
Evangelio de la Verdad.
Tratado de la Resurrección o Epístola a Regino.
Tratado Tripartito.

Codex II:
Libro Secreto de Juan (versión larga).
Evangelio de Tomás.
Evangelio de Felipe.
Hipóstasis de los Arcontes.
Sobre el origen del mundo.
La Exégesis del Alma.
Libro de Tomás el Contendiente.

Codex III:
Libro Secreto de Juan (versión breve).
Evangelio Copto de los Egipcios.
Epístola de Eugnostos.
Sofía de Jesucristo.
Diálogo del Salvador.

Codex IV:
Libro Secreto de Juan (versión larga).
Evangelio Copto de los Egipcios (incompleto).

Codex V:
Epístola de Eugnostos.
Apocalipsis de Pablo.
Primer Apocalipsis de Santiago.
Segundo Apocalipsis de Santiago.
Apocalipsis de Adam.

Codex VI:
Hechos de Pedro y los doce Apóstoles.
El Trueno, Mente Perfecta.
Enseñanzas Autorizadas.
Concepto de nuestro Gran Poder.
La República de Platón.
Discurso sobre la Ogdóada y la Enéada.
La oración de Acción de Gracias.
Asclepius 21-29.

Codex VII:
Paráfrasis de Sem.
Segundo Tratado del Gran Seth.
Apocalipsis Gnóstico de Pedro.
Enseñanzas de Silvanus.
Las Tres Estelas de Seth.

Codex VIII:
Zostrianos.
Carta de Pedro a Felipe.

Codex IX:
Melquisédec.
El Pensamiento de Norea.
Testimonio de la Verdad.

Codex X:
Marsanes.

Codex XI:
La Interpretación del Conocimiento.
Una Exposición Valentina, Sobre el Ungimiento, Sobre el Bautismo (A y B) y Sobre la Eucaristía (A y B).
Alógenes.
Hipsifrones.

Codex XII:
Sentencias de Sexto.
Evangelio de la Verdad (fragmentos).
Fragmentos de procedencia desconocida.

Codex XIII:
Trimorfa Protennoia.
Sobre el origen del mundo (fragmentos).

La Biblioteca de Nag Hammadi

Integrados a la Biblioteca Copta de Nag Hammadi suelen considerarse también, porque proceden de la misma región aunque sean más tardíos, otros tres códices conocidos desde el siglo XVIII: el Codex Askewianus, que contiene la Pístis Sophía (conservado en el Museo Británico, en Londres), el Codex Brucianus, que contiene los Libros de Yeú (en la Biblioteca Bodleiana, en Oxford) y el Codex Berolinensis (preservado en Berlín).

Consecuencias y significado del descubrimiento de los manuscritos

Son diversos los ámbitos en los que el descubrimiento de la Biblioteca Copta Gnóstica de Nag Hammadi ha tenido y tiene repercusiones.

Por un lado, el hallazgo de los Manuscritos de Nag Hammadi ha permitido a los estudiosos del ámbito de la historia de las religiones y, muy particularmente, de la historia del cristianismo primitivo, disponer de los registros escritos, sin el filtro de sus adversarios o detractores, de una de las corrientes ideológicas predominantes en el ámbito filosófico y religioso de la cuenca mediterránea en los siglos I al IV de nuestra era: El gnosticismo y la Gnosis del Cristianismo Primitivo, trascendiendo la visión anacrónica sobre la precedencia de la ortodoxia a la herejía.

Hasta este revelador descubrimiento, solo se había contado, prácticamente, en lo referente a la Gnosis Cristiana, con la perspectiva de aquellos que, desde lo que posteriormente sería considerado como ortodoxia, se opusieron y mostraron su rechazo a esta expresión de filosofía perennis et universalis.

Por otro lado en el campo de la paleografía copta, el hallazgo de los códices de Nag Hammadi, ha supuesto un impulso para los estudios de la lengua copta y sus variedades dialectales, revirtiendo en un mejor conocimiento de esta casi extinta lengua.

Por último, el redescubrimiento de las posturas y planteamientos filosóficos y teológicos del Gnosticismo cristiano expuestos en algunos de los textos de la Colección de Nag Hammadi, han sido y siguen siendo objeto del mayor interés en el campo de la Psicología transpersonal pues gran parte de los textos gnósticos cristianos se valieron del simbolismo, la metáfora o la alegoría para expresar no solo el proceso de la Creación desde el Dios Absoluto e Inmanifestado, Agnostos Theos, sino también la naturaleza del microcosmos, del mundo interior, del ser humano y la búsqueda de plenitud de su condición. Por ello Jung, padre la Psicología analítica y uno de los más destacados exploradores de la psique de nuestro tiempo, atraído por las doctrinas gnósticas consideró que es claro e indudable que muchos de los gnósticos no eran otra cosa que psicólogos.