La iluminación espiritual

No buscar la verdad en la mente

POR: JIDDU KRISHNAMURTI

Imagen; No buscar la verdad en la mente; Jiddu Krishnamurti

ESTO ES LA VERDAD

Si digo: Esto es la verdad, quiere decir que ya la conozco y, por tanto, no es la verdad.

Cuando la mente se da cuenta cuan limitado, estrecho y reducido es el pensamiento, solo entonces, puede hacer la pregunta: ¿Qué es la verdad? ¿Está esto claro? No acepto la verdad según los filósofos, esto es su juego. Filosofía significa amor a la verdad y no amor al pensamiento. Así que no hay autoridad, ––Platón, Sócrates, Buda, pero el Cristianismo no ha profundizado en ello. Ellos han jugado con las palabras y los símbolos, han hecho del sufrimiento una parodia. Así que la mente rechaza todo esto.

Llegará a usted; usted no puede ir hacia ello

Seamos claros en este punto: usted no puede, a través de ningún proceso, de ninguna disciplina, de ninguna forma de meditación, ir hacia la verdad, Dios o el nombre que quiera darle. Es enormemente vasta; no se puede concebir; ninguna descripción puede cubrirla; ningún libro puede sostenerla; ninguna palabra puede contenerla. Así que usted no puede ir hacia ella con ningún método intrincado, con ningún sacrificio, con ninguna disciplina o a través de ningún gurú. Tiene que aguardarla; llegará a usted; usted no puede ir hacia ella. Esto es lo fundamental que uno debe comprender: que a través de ningún truco de la mente, ningún control, ninguna virtud, ninguna obligación, ninguna forma de represión podrá ir hacia la verdad. Todo lo que la mente puede hacer es estar quieta, pero no con la intención de recibirla. Y esa es una de las cosas más difíciles, porque pensamos que la verdad se puede experimentar haciendo ciertas cosas. La verdad no se puede comprar, tal como el amor no se puede comprar.

¿Puede el cerebro limitado comprenderlo?

El interlocutor pregunta cómo puede el cerebro condicionado comprender lo ilimitado, que es la belleza, el amor y la verdad. ¿Cuál es la base de la compasión y la inteligencia, y puede llegar a cada uno de nosotros? ¿Está invitando la compasión? ¿Está invitando la inteligencia? ¿Está invitando la belleza, el amor y la verdad? Se lo pregunto. ¿Está tratando de comprender la cualidad de la inteligencia, la compasión, la sensación inmensa de belleza, el perfume del amor y esa verdad hacia la cual no hay ningún camino? ¿Es eso lo que intenta comprender, queriendo descubrir la base de todo ello? ¿Puede el cerebro limitado comprenderlo? Usted no puede comprenderlo, sostenerlo. Puede hacer toda clase de meditaciones, ayunar, torturarse, volverse terriblemente austero, con solo un vestido o una ropa. Todo eso se ha hecho. El rico no puede llegar a la verdad y el pobre tampoco. Tampoco las personas que han tomado un voto de celibato, de silencio, de austeridad. Todo eso está determinado por el pensamiento, creado secuencialmente por el pensamiento; es el cultivo del pensamiento deliberado, de la intención deliberada.

La verdad se encuentra en cada hoja, en cada lágrima

No se puede pensar sobre Dios o la verdad. Si se piensa en ello, no es la verdad. La verdad no se puede buscar; llega a uno. Uno solo puede perseguir lo conocido. Cuando la mente no está torturada por lo conocido, por los efectos de lo conocido, solo entonces la verdad puede revelarse a sí misma. La verdad se encuentra en cada hoja, en cada lágrima; tiene que conocerse de momento a momento. Nadie puede guiarle hacia la verdad; y, si alguien le guía, solo puede ser hacia lo conocido.

La mente que busca la verdad nunca la encontrará

La verdad no puede encontrarse a través de otra persona. Sin duda, la verdad no es algo estático; no tiene un lugar fijo; no es un fin, una meta. Por el contrario, es algo vivo, dinámico, alerta. ¿Cómo puede ser un fin? Si la verdad es un punto fijo, ya no es la verdad; entonces es una mera opinión. La verdad es lo desconocido, y una mente que busca la verdad nunca la encontrará, porque la mente está hecha de lo conocido; es el resultado del pasado, del tiempo, lo cual cada uno puede observar por sí mismo. La mente es el instrumento de lo conocido y, por tanto, no puede encontrar lo desconocido; solo puede moverse de lo conocido a lo conocido. Cuando la mente busca la verdad, la verdad sobre la que ha leído en libros, esa verdad es una auto proyección, porque entonces la mente meramente persigue lo conocido, algo conocido más satisfactorio que lo anterior. Cuando la mente busca la verdad, está buscando su propia proyección, no la verdad.

LA VERDAD EN EL TIEMPO

La verdad no puede medirse en tiempo o palabras

¿Puede uno amar la verdad sin amar al ser humano? ¿Puede uno amar al ser humano sin amar la verdad? ¿Qué es lo primero?

Lo primero es el amor. Para amar la verdad, uno debe conocer la verdad. Conocer la verdad es negar la verdad. Lo conocido no es la verdad. Lo conocido ya está encerrado en el tiempo y cesa de ser la verdad. La verdad es un movimiento eterno, y por tanto no puede medirse en palabras o en tiempo. No se puede agarrar con la mano. Uno no puede amar algo que no conoce. Pero la verdad no se encuentra en libros, en imágenes, en templos. Se encuentra en la acción, en el vivir. La misma búsqueda de lo desconocido es el amor, y uno no puede buscar lo desconocido lejos de la relación. No puede buscar la realidad, o como quiera llamarlo, aislándose. Surge solo en la relación, solo cuando existe una correcta relación entre seres humanos. Así que el amor al ser humano es la búsqueda de la realidad.

Quien sigue un camino nunca puede conocer la verdad

La verdad no es algo distante; no existe camino hacia ella, no existe su camino ni mi camino; no existe el camino devoto, no existe el camino del conocimiento ni el camino de la acción, porque no hay camino hacia la verdad. En el momento en que uno tiene un camino hacia la verdad, la divide, porque el camino es exclusivo; y lo que al principio es exclusivo acabará en la exclusividad. Quien sigue un camino nunca conocerá la verdad, porque vive en la exclusividad, su medio es exclusivo; y el medio es el fin, no está separado del fin. Si el medio es exclusivo, el fin también es exclusivo. Así que no hay camino hacia la verdad, y no existen dos verdades. La verdad no es del pasado o del presente, es intemporal; quien cita la verdad de Buda, de Shankara, de Cristo, o que meramente repite lo que digo, no encontrará la verdad, porque la repetición no es la verdad. La repetición es una mentira.

No se puede buscar la verdad

La idea de buscar la verdad es un sinsentido total, porque buscar algo implica que uno intenta encontrar, descubrir algo. ¿Cómo puede uno encontrar, con una mente embotada y repetitiva, algo que no se puede buscar, algo que está vivo, en movimiento, que es totalmente nuevo? Así que uno no la puede buscar.

Sé que está de moda o se considera algo religioso buscar la verdad o Dios. Han tirado esa palabra por la borda; no tiene sentido. Lo que tiene sentido es descubrir si el cerebro puede ser extraordinariamente sensible, quieto y libre. Solo desde esa libertad uno puede vivir en paz en este mundo y crear un nuevo mundo, una nueva generación, un nuevo ser humano.

El buscar implica dualidad

Hay varias cosas involucradas en el buscar: está el buscador y la cosa buscada. Cuando el buscador encuentra lo que cree que es la verdad, Dios, la iluminación, tiene que poder reconocerlo. ¿Tiene que reconocerlo, verdad? El reconocimiento implica conocimiento previo; de otra forma, uno no puede reconocer. Yo no podría reconocerle a usted si no le conociera previamente. En consecuencia, cuando digo Esto es la verdad, quiere decir que ya la conozco y, por tanto, no es la verdad. De modo que una persona que busca la verdad vive una vida de hipocresía, porque su verdad es la proyección de su memoria, de su deseo, de sus intenciones de encontrar algo diferente de lo que es, una fórmula. Así, buscar implica dualidad, el buscador y la cosa buscada, y donde hay dualidad hay conflicto. Hay desperdicio de energía. Así que nunca puede encontrarla, nunca puede invitarla.


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