La iluminación espiritual

Meditar es malo

POR: OSHO

Imagen; Meditar es malo; Osho

¿Sera que meditar es malo?

La meditación es el camino hacia ese saber.

Si deseas vivir una vida más llena, lo primero que quieres conocer es tu potencial, quién eres de verdad. La meditación es el camino hacia ese saber. Es la metodología de la ciencia de la observación.

La belleza de la ciencia interior consiste en permitir a quien quiera explorar y experimentar con ella, que lo haga por su cuenta. Se elimina así la dependencia de una autoridad exterior, la necesidad de estar afiliado a cualquier organización, y la obligación de aceptar una cierta ideología. Una vez entiendes los pasos, haces el camino a tu única manera individual.

Muchas de las técnicas de meditación requieren que uno se siente quieto y en silencio. Pero el estrés que hemos acumulado la mayor parte de nosotros en nuestra mente-cuerpo lo hace difícil. Antes de aspirar a entrar en nuestra fuente interior de conciencia, tenemos que soltar nuestras tensiones.

Las Meditaciones Activas OSHO han sido diseñadas científicamente por Osho a lo largo de los años, para que conscientemente expresemos y experimentemos emociones y sentimientos reprimidos, y aprendamos el arte de observar nuestras pautas de conducta habituales de una manera nueva.

Pero, ¿qué es la meditación exactamente?

Y ¿cómo empezar?

Técnicas Pasivas

Dos técnicas pasivas

¿Te encuentras en una situación en la que no puedes utilizar técnicas activas? He aquí dos métodos pasivos simples pero efectivos. Recuerda de todas maneras que encontrarás muchas más técnicas en: Meditación de la Semana y Meditación para Gente Ocupada, y que tienen una rotación periódica.

  1. Observar la respiración

Este método de observar la respiración puede ser hecho en cualquier parte, en cualquier momento, aunque solo dispongas de unos pocos minutos. Tú puedes observar simplemente la expansión y contracción de tu pecho o de tu vientre, a medida que la respiración entre o salga, o puedes probar este sistema.

Primer paso: Observa la inhalación.

Cierra los ojos y empieza a observar tu respiración. Empieza con la inhalación, desde que entra en tu nariz hasta que baja a los pulmones.

Segundo paso: Observa la brecha que le sigue.

Al final de la inhalación hay una brecha, antes de que comience la exhalación. Tiene un valor inmenso. Observa esa brecha.

Tercer paso: Observa la exhalación.

Ahora observa la exhalación.

Cuarto paso: Observa la brecha que le sigue.

Al final de la exhalación hay una segunda brecha: observa esa brecha. Sigue estas cuatro fases por dos o tres veces. Observa simplemente el ciclo de la respiración, sin cambiarlo en absoluto; observa simplemente el ritmo natural.

Quinto paso: Contar las inhalaciones.

Ahora empieza a contar: Inhalación; cuenta uno(no cuentes la exhalación). Inhalación: dos, y así hasta llegar a diez. Luego cuenta hacia atrás, de diez a uno. Puede que algunas veces olvides observar la respiración o cuentes por encima de diez. Empieza entonces otra vez desde uno.

Estas dos cosas se tienen que recordar: la observación y, especialmente las brechas que hay entre ciclos. La experiencia de la brecha eres tú mismo, lo más profundo, tu ser. En segundo lugar, ir contando, pero sin pasar de diez y volviendo otra vez a uno. Cuenta solamente la inhalación.

Estas cosas ayudan a la conciencia. Tienes que estar consciente, o si no empezarás a contar las exhalaciones o te pasarás de diez. Si disfrutas con esta meditación, continúa con ella. Es de un inmenso valor.

  1. Cuatro Niveles de Relajación

Este método en particular es útil para aquellos momentos en que estás enfermo, porque ayuda a fortalecer una conexión afectiva, a crear una armonía entre tú y tu cuerpo-mente. Puedes entonces tomar parte activa en tu propio proceso de sanación.

Primer paso: El Cuerpo

Recuerda tantas veces como sea posible, mirar el cuerpo y ver si estás cargando alguna tensión en el cuerpo, en alguna parte: el cuello, la cabeza, o las piernas. Relájalas conscientemente. Ve simplemente a esa parte del cuerpo, y convéncela, dile amorosamente: '¡Relájate!'

te sorprenderá ver que si te diriges a cualquier parte del cuerpo, ella escucha, ella te sigue; ¡es tu cuerpo! Con los ojos cerrados, entra en el cuerpo, desde los pies a la cabeza, buscando lugares donde haya tensión. Y habla luego con esa parte como le hablas a un amigo; permite que haya un diálogo entre tú y tu cuerpo. Pídele que se relaje; dile: 'No hay nada que temer. No tengas miedo. Estoy aquí para cuidarte; puedes relajarte'. Poco a poco le cogerás el punto. Entonces el cuerpo se llega a relajar.

Segundo Paso: La Mente

Entonces sigue con otro paso, un poco más profundo; pídele a la mente que se relaje. Y si el cuerpo escucha, la mente también escucha. Pero no puedes empezar con la mente, tienes que empezar por el principio. No puedes empezar por el medio. Muchas personas empiezan con la mente y fallan; fallan porque empiezan en el sitio equivocado. Todo se tendría que hacer en el orden adecuado.

Si llegas a ser capaz de relajar el cuerpo voluntariamente, entonces serás capaz de relajar tu mente voluntariamente. La mente es un fenómeno más complejo. Una vez has llegado a confiar que el cuerpo te escucha, tendrás más confianza en ti mismo. Ahora incluso la mente te puede escuchar. Llevará un poco más de tiempo con la mente, pero sucede.

Tercer paso: El Corazón

Cuando la mente se ha relajado, entonces empieza a relajar el corazón, el mundo de tus sentimientos, de tus emociones, que es aún más complejo, más sutil. Pero, ahora te moverás con confianza, con mucha confianza en ti mismo. Ahora sabrás que es posible. Si es posible con el cuerpo y es posible con la mente, también es posible con el corazón.

Cuarto Paso: Ser

Solo entonces, cuando hayas dado estos tres pasos, puedes dar el cuarto. Ahora puedes ir a lo más profundo de tu ser, que está más allá del cuerpo, de la mente y del corazón: al propio centro de tu existencia.

Serás capaz de relajarlo, también, y esa relajación ciertamente produce el mayor gozo posible, lo supremo en éxtasis y aceptación. Estarás lleno de bendición y de alegría. Tu vida tendrá en ello la cualidad de la danza.


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