Leonardo da Vinci vegetariano
La Cena de Leonardo está sembrada de detalles desconcertantes y para los amantes de la cristología la obra esconde un mensaje oculto sobrecogedor.
LEONARDO DA VINCI
El genio vegetariano
Desde mis años jóvenes renuncié a la carne y llegará un día en el que otros hombres como yo considerarán el crimen contra los animales como hoy juzgan el crimen contra los hombres.
Leonardo nació en Vinci, Italia, una pequeña aldea cercana a Florencia, en el año 1452.
Se le recuerda como el gran genio y pintor que nos dejó obras maestras como La Virgen sobre las rocas, la Santa Cena, y la Gioconda. Pero también fue escultor, ingeniero, arquitecto y filósofo. Sus ideas sobre el vegetarianismo se convirtieron en tema de interés en el círculo de artistas e intelectuales que lo rodearon durante su juventud.
Leonardo da Vinci era vegetariano. No comía carne ni siquiera cuando le invitaban a los palacios de duques y reyes. En su lugar, prefería pan y frutas frescas o sopa de garbanzos y ensalada. Cuentan, que en el mercado, llegaba con frecuencia a comprar pájaros enjaulados para después liberarlos en pleno campo.
Este genio vegetariano, murió en 1519, solo e incomprendido por sus contemporáneos a los 67 años.
Verdaderamente el hombre es el rey de los animales, pues su brutalidad supera a la de éstos.
¿Que tienen en común Einstein, Newton, DaVinci, Tesla y Edison
Eminentes científicos e inventores a favor del vegetarianismo.
Con el fin de ayudar a preservar los recursos naturales de nuestro planeta, muchos de los más grandes pensadores del mundo y científicos a través de la historia, han observado una dieta vegetariana y han afirmado la necesidad de ésta desde el punto de vista tanto moral como lógico.
Por ejemplo, Sir Isaac Newton, El padre de la física, y Leonardo Da Vinci, un científico de medio tiempo, quien hizo importantes descubrimientos en hidráulica, óptica y mecánica, fueron ambos vegetarianos. De hecho, Da Vinci era tan ferviente acerca del vegetarianismo que compraba pollos enjaulados y los liberaba. Además, Srinivasa Ramanujan (1887-1920), considerado el más grande matemático de los últimos 1.000 años, también era vegetariano.
Otro entusiasta vegetariano, el gran inventor, físico e ingeniero Nikola Tesla (1856-1943), quien ayudó a desarrollar el sistema eléctrico AC (de corriente alterna) utilizado para darle energía a la civilización moderna, vivió en suntuosidad, con comidas personalizadas ordenadas en el Hotel Waldorf-Astoria, en Nueva York. En relación a los beneficios físicos y morales del vegetarianismo, Tesla escribió:
Según principios generales, la crianza de ganado como medio para proveer alimento, es objetable. Ciertamente es preferible hacer cultivar vegetales y pienso, por lo tanto, que el vegetarianismo es un distanciamiento encomiable del barbárico hábito establecido. Que podamos subsistir a base de alimentos derivados de las plantas y desempeñar nuestro trabajo incluso ventajosamente, no es una teoría, sino un hecho bien demostrado. Muchas razas que viven casi exclusivamente de vegetales son de un físico y fortaleza superiores. No hay duda de que algunos alimentos derivados de las plantas, como la avena, son más económicos que la carne, y superiores a ésta con respecto tanto al desempeño mecánico como al mental. Tales alimentos, además, ponen a prueba decididamente menos a nuestros órganos digestivos y, al hacernos más satisfechos y sociables, producen una cantidad de beneficios difíciles de estimar. Viendo estos hechos, debería hacerse todos los esfuerzos por detener la desenfrenada y cruel matanza de animales, la cual puede ser destructiva para nuestra moralidad.
El progresista Tesla también teorizó que algún día la humanidad podría aprender a sustentarse por sí misma directamente haciendo uso del campo de energía universal. Además, Thomas Edison (1847-1931), el más grande inventor en la historia y también vegetariano, escribió: El vegetarianismo tiene una poderosa influencia sobre la mente y su funcionamiento, así como sobre la salud y vigor del cuerpo. Hasta que dejemos de dañar a todos los otros seres vivos, aún seremos salvajes.
Otro vegetariano eminente fue Albert Einstein (1879-1955), ampliamente considerado como el científico más grande del siglo XX y promotor de la paz de toda la vida, dijo: Nada beneficiará a la salud humana e incrementará las probabilidades de supervivencia de la vida sobre la Tierra como la evolución hacia una dieta vegetariana. En una nota similar declaró: Nuestra tarea debe ser ampliar nuestro círculo de compasión, para así incluir a todas las criaturas vivientes y a la naturaleza entera en su belleza. Y, el día en que se volvió vegetariano, Einstein escribió en su diario: De modo que estoy viviendo sin grasas, sin carne, sin pescado, pero me siento muy bien así. Siempre me ha parecido que el hombre no nació para ser carnívoro.
Desde que Einstein presentó su innovadora teoría de la relatividad hace cien años, el mundo no ha visto a nadie que iguale su genialidad; sin embargo, un físico contemporáneo, Edward Witten, es visto por muchos como su sucesor y también es conocido como el matemático y teórico de la teoría de las cuerdas más importante del mundo. Además de sus destrezas científicas, Witten es similar a Einstein en cuanto él es vegetariano y trabaja en los mismos problemas de la física y en el mismo edificio de la Universidad de Princeton en donde Einstein trabajó.
El protegido más famoso de Witten es Brian Greene, quien ha refutado la teoría de Einstein de que el espacio puede alargarse pero no rasgarse. A la edad de nueve años, Greene podía multiplicar números de treinta dígitos en su cabeza y, por supuesto, él también es vegetariano. A continuación, algunos extractos de una entrevista exclusiva sobre ciencia, moralidad y vegetarianismo que el Sr. Green llevado a cabo para la Revista Noticias de la Maestra Suprema Ching Hai.
Pregunta: ¿Por qué piensa usted que tantos de los grandes genios han sido vegetarianos?
Brian Greene: Según mi limitada experiencia, los vegetarianos típicamente son personas que están deseosas de cambiar el orden usual y aceptado de las cosas. Más aún, a menudo son personas dispuestas a sacrificar sus propios placeres en busca de lo que creen que es correcto. Estas mismas cualidades son a menudo lo que se necesita para producir grandes progresos en las artes y las ciencias.
Pregunta: ¿Por qué cree que otros científicos aún no son vegetarianos?
Brian Greene: Yo preguntaría, más generalmente, por qué la vasta mayoría de las personas no son vegetarianas. Pienso que la respuesta es que la mayoría de las personas no cuestionan la práctica de comer carne ya que siempre la han tenido. Muchas de estas personas se preocupan por los animales y el medio ambiente, algunos profundamente. Pero por alguna razón —la fuerza del hábito, las normas culturales, la resistencia al cambio— hay una disparidad insalvable fundamental por la que estos sentimientos no se traducen en cambios de comportamientos.
Pregunta: ¿Qué lo inspiró a volverse vegetariano?
Brian Greene: Literalmente, fue un platillo — costillas de cerdo — que mi madre cocinó cuando tenía nueve años. Las costillas hicieron la conexión entre la carne y el animal del que venía directamente; me horroricé y declaré no volver a comer carne nunca más. Y nunca lo hice. El volverme vegetariano estricto sucedió después. Visité una finca de rescate de animales al norte de Nueva York y aprendí mucho acerca de la industria láctea, lo cual me perturbó tanto que no pude continuar apoyándola. En unos días renuncié a todos los lácteos.
Hoy en día, incluso los científicos no-vegetarianos también entienden las bases físicas del vegetarianismo y cómo éste puede contribuir al bienestar medioambiental de la Tierra. Por ejemplo, un físico del Reino Unido, Alan Calverd, recientemente salió en titulares con la siguiente declaración acerca del calentamiento global y el estilo de vida vegetariano: Adoptar una dieta vegetariana puede hacer más por el medio ambiente que el quemar menos aceite y gas.
De los ejemplos citados, podemos ver que científicos eminentes a través de la historia han confirmado las ventajas de una dieta vegetariana desde el punto de vista de la moralidad, la compasión y también desde la perspectiva de que es necesario asegurar el bienestar de nuestro planeta. De modo que, con solo cambiar nuestros hábitos alimenticios, podemos llevar infinitos beneficios a la humanidad.