Juzgar quien vive o muere
Sé compasivo, sé inteligente y amoroso. Mira a los demás sin juzgarlos. No empieces a sentirte recto. No te conviertas en «Su santidad». Nunca.
OSHO
Vida o Muerte
El hombre está confundido, más confundido que los búfalos.
Tú no puedes convencer a los búfalos de que coman helado. ¡Inténtalo!
Alimento natural... y cuando digo natural quiero decir ése que tu cuerpo necesita. La necesidad de un tigre es diferente, él tiene que ser muy violento. Si tú comes la carne de un tigre serás violento, pero ¿en dónde se expresará tu violencia? Tú tienes que vivir en una sociedad humana, no en la selva. Así que tendrás que reprimir la violencia. Entonces comienza un círculo vicioso.
Cuando reprimes la violencia, ¿qué sucede? Cuando te sientes enojado, violento, se libera una cierta energía venenosa, porque ese veneno crea una situación en la que puedes ser realmente violento y matar a alguien. La energía se mueve hacia tus manos; la energía se mueve hacia tus dientes. Estos son los dos sitios desde los cuales los animales se vuelven violentos. El hombre forma parte del reino animal.
Cuando estás enojado, se libera energía: llega a las manos y a los dientes, a la mandíbula; pero vives en una sociedad humana y no siempre es provechoso estar enojado. Vives en un mundo civilizado y no puedes comportarte como un animal. Si te comportas como un animal, tendrás que pagar demasiado por ello; y no estás listo para pagar tanto. Entonces ¿qué es lo que haces? Reprimes la rabia en la mano, reprimes la rabia en los dientes; continúas emitiendo una falsa sonrisa, y tus dientes siguen acumulando rabia.
Rara vez llego a ver gente con una mandíbula natural. No es natural; está bloqueada, rígida porque hay demasiada rabia. Si presionas la mandíbula de una persona, se puede liberar la rabia. Las manos se ponen feas. Pierden gracia, pierden flexibilidad, porque demasiada rabia se reprime en ellas. Las personas que han estado trabajando con masaje profundo han llegado a saber que cuando tocas profundamente las manos, masajeas las manos, la persona se empieza a enojar. No hay motivo. Tú le estás dando masaje a un hombre y de repente él empieza a enojarse. Si presionas la mandíbula, la persona se enoja otra vez. Ellos llevan rabua acumulada. Estas son las impurezas en el cuerpo: tienen que ser liberadas. Si no las liberas el cuerpo permanecerá pesado.
Juzgar
Nunca te sientas justo ni pretendas estar en lo cierto, no te aferres a esta idea. Y no pienses que los demás están equivocados, porque las dos cosas van juntas, si sientes que estás en lo cierto siempre estarás descalificando a los demás y pensando que la otra persona está equivocada. No descalifiques a nadie ni te alabes a ti mismo; de lo contrario, te equivocarás. Acepta a la gente como es. Eso es lo que son y ¿quién eres tú para decir si está bien o mal? Si están equivocados sufren y si están en lo cierto son dichosos. Pero ¿Quién eres tú para criticarlos?
Tu crítica aumenta tu ego. Por eso la gente habla tanto de lo que los demás hacen mal, porque les produce la sensación de estar haciendo las cosas bien. Si alguien es un asesino eso les hace sentirse bien: Yo no soy un asesino; por !o menos no soy un asesino.
Si alguien es un ladrón ellos se sienten bien: Yo no soy un ladrón. Y así sucesivamente, mientras tanto, su ego se va fortaleciendo. La gente habla de los pecados de los demás, de los delitos de los demás y de todo lo malo de la vida de los demás. La gente no hace más que hablar de eso. Lo exageran y lo disfrutan... así sienten que yo soy bueno. Pero esta sensación pronto se convertirá en una barrera.
Sé compasivo, sé inteligente y amoroso. Mira a los demás sin juzgarlos. Y nunca empieces a sentirte una persona recta, ni empieces a sentir una especie de santidad. No te conviertas en Su santidad. Nunca.
Mantente común; no seas nadie. Y en ese no ser nadie llega el último huésped... en ese no ser nadie tú te conviertes en el anfitrión.