La iluminación espiritual

No matar es el logos

OSHO

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No Mataras

Solo observa lo que sucede cuando comes carne: cuando matas un animal, ¿qué le pasa al animal cuando lo matan? Por supuesto, nadie quiere que lo maten. La vida quiere prolongarse a sí misma; el animal no está muriendo voluntariamente. Si alguien te mata, no morirás voluntariamente. Si un león salta sobre ti y te mata, ¿qué le pasará a tu mente? Lo mismo sucede cuando matas a un león. Agonía, miedo, muerte, angustia, ansiedad, enojo, violencia, tristeza; todas estas cosas le suceden al animal. Por todo su cuerpo se extiende la violencia, la angustia, la agonía. Todo el cuerpo se llena de toxinas, venenos. Todas las glándulas del cuerpo liberan venenos porque el animal está muriendo de manera completamente involuntaria. Y luego tú te comes la carne; esa carne lleva todos los venenos que el animal ha liberado. Toda la energía es venenosa. Luego esos venenos son transportados en tu cuerpo.

Esa carne que estás comiendo perteneció al cuerpo de un animal. Tenía un propósito específico ahí. Un tipo de consciencia específico existía en el cuerpo del animal. Tú estás en un plano más elevado que la consciencia del animal, y cuando comes la carne del animal tu cuerpo va al plano más bajo, al plano más bajo del animal. Entonces existe una distancia entre tu conciencia y tu cuerpo, y surge una tensión, y surge la ansiedad.

Uno debería comer cosas que son naturales, naturales para ti. Frutas, nueces, verduras; come tantas como puedas. La belleza está en que de estas cosas no puedes comer más de lo necesario. Cualquier cosa que sea natural siempre te deja una satisfacción, porque sacia tu cuerpo, te satura. Te sientes satisfecho. Si algo no es natural nunca te deja un sentimiento de satisfacción. Sigue comiendo helado: nunca sientes que estás saciado. De hecho, cuanto más comes, más sientes ganas de comer. No es un alimento. Tu mente está siendo engañada. Ahora no estás comiendo de acuerdo a la necesidad del cuerpo; estás comiendo solo para saborearlo. La lengua se ha convertido en el controlador.

La lengua no debería ser el controlador. No sabe nada sobre el estómago. No sabe nada sobre el cuerpo. La lengua tiene un propósito específico que cumplir: probar la comida. Naturalmente, la lengua tiene que juzgar, eso es lo único, qué alimento es para el cuerpo, para mi cuerpo, y qué alimento no es para mi cuerpo. Es solo un vigilante en la puerta, no es el amo; y si el vigilante en la puerta se convierte en el amo, entonces todo se confundirá.

Los publicistas saben bien en la actualidad que la lengua puede ser engañada, la nariz puede ser engañada. Y ellos no son los amos. Puede que no te des cuenta: se está haciendo mucha investigación sobre la comida en el mundo, y ellos dicen que si tu nariz se cierra completamente, y tus ojos se cierran, y luego te dan a comer una cebolla, no puedes distinguir qué es lo que estás comiendo. No puedes distinguir una cebolla de una manzana si la nariz está completamente cerrada, porque la mitad del gusto viene del olfato, se determina por la nariz, y la mitad se determina por la lengua. Estos dos se han convertido en los controladores. Ahora ellos saben: que el helado sea nutritivo o no, no es la cuestión. Puede contener un sabor, puede contener algunos químicos que satisfagan a la lengua, pero que no se necesitan para el cuerpo.

El hombre está confundido, más confundido que los búfalos.
Tú no puedes convencer a los búfalos de que coman helado. ¡Inténtalo!

Alimento natural... y cuando digo natural quiero decir ése que tu cuerpo necesita. La necesidad de un tigre es diferente, él tiene que ser muy violento. Si tú comes la carne de un tigre serás violento, pero ¿en dónde se expresará tu violencia? Tú tienes que vivir en una sociedad humana, no en la selva. Así que tendrás que reprimir la violencia. Entonces comienza un círculo vicioso.

Cuando reprimes la violencia, ¿qué sucede? Cuando te sientes enojado, violento, se libera una cierta energía venenosa, porque ese veneno crea una situación en la que puedes ser realmente violento y matar a alguien. La energía se mueve hacia tus manos; la energía se mueve hacia tus dientes. Estos son los dos sitios desde los cuales los animales se vuelven violentos. El hombre forma parte del reino animal.

Cuando estás enojado, se libera energía: llega a las manos y a los dientes, a la mandíbula; pero vives en una sociedad humana y no siempre es provechoso estar enojado. Vives en un mundo civilizado y no puedes comportarte como un animal. Si te comportas como un animal, tendrás que pagar demasiado por ello; y no estás listo para pagar tanto. Entonces ¿qué es lo que haces? Reprimes la rabia en la mano, reprimes la rabia en los dientes; continúas emitiendo una falsa sonrisa, y tus dientes siguen acumulando rabia.

Rara vez llego a ver gente con una mandíbula natural. No es natural; está bloqueada, rígida porque hay demasiada rabia. Si presionas la mandíbula de una persona, se puede liberar la rabia. Las manos se ponen feas. Pierden gracia, pierden flexibilidad, porque demasiada rabia se reprime en ellas. Las personas que han estado trabajando con masaje profundo han llegado a saber que cuando tocas profundamente las manos, masajeas las manos, la persona se empieza a enojar. No hay motivo. Tú le estás dando masaje a un hombre y de repente él empieza a enojarse. Si presionas la mandíbula, la persona se enoja otra vez. Ellos llevan rabua acumulada. Estas son las impurezas en el cuerpo: tienen que ser liberadas. Si no las liberas el cuerpo permanecerá pesado.


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