La iluminación espiritual

El joven y el burro

PARA LOS CRITICONES

Un niño se desplazaba en burro de un pueblo a otro y a su lado caminaban su madre y su abuelo. La gente que los veía murmuraba:

  • "¡No le da vergüenza a ese niño! Viaja cómodamente mientras la mujer y el viejo tienen que ir a pie. El viejo los escuchó, les dio la razón, apeó al niño y cedió el puesto a la señora.

En el poblado siguiente la gente murmuraba: "Qué mujer tan desvergonzada. Viaja cómodamente mientras el pobre viejo y el niño andan a pie".

  • Se bajó la mujer, subió el viejo al burro y continuaron su viaje.

En el poblado siguiente, la gente decía: ¡Qué tontos! "Con ese burro tan grande, todos podían ir en él".

  • Subieron los tres al animal y a mitad de camino el animal, agobiado por el peso, perdió el equilibrio y rodó por una cañada.

Una mujer musulmana comenta: Un caso real pasó en una boda.

Me contó mi madre hace tiempo que un señor hizo una boda de lujo; era tan rico que además de ofrecer lo mejor en comida, palacio de bodas, etc., regaló a cada uno de los invitados un colgante con forma de mano en oro y salieron algunos invitados diciendo:

  • "Pues habría sido mejor que nos diera dinero".
  • Otros dijeron: "Ni que estuviéramos mendigando para que nos hubiera regalado eso".

Hagas lo que hagas, siempre habrá quienes simplemente hablarán.

POEMA

Me reí y dijeron: ¿Acaso no tienes decencia?
Lloré y dijeron ¿Porqué no sonríes?
Sonreí y dijeron: una sonrisa hipócrita.
Fruncí y dijeron: se hizo evidente lo que escondía.
Me callé y dijeron: es débil de lengua.
Hablé y dijeron: demasiado hablador.
Actué con buen juicio y dijeron: obra de un cobarde,
si realmente pudiera se vengaría.
Me hice el valiente y dijeron: acto de locura, no se atrevería si
hubiese sido justo.
Si digo NO dicen que soy anómalo,
Si estoy de acuerdo con ellos me acusan de imitador.

Y me cercioré de que por mucho que busque complacer a la gente,
no me libraré de sus críticas.