LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL
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El hombre bien preparado para la lucha ya ha conseguido medio triunfo.
Incluso en los harapos soy un dios, caído, soy divino, triunfo alto cuando ando pisado, ¡vivo cuando asesinado!
Oh soldado y héroe de Dios, ¿dónde está el dolor, la vergüenza o el sufrimiento? Porque tu vida es una gloria, tus obras una consagración, tu apoteosis de la victoria, derrota tu triunfo.
Las influencias espirituales tienen el poder espiritual de triunfo sobre los conflictos personales y lograr una reconciliación.
Es un triunfo en la vida que la memoria de los viejos se pierda para las cosas que no son esenciales.
Iré a la casa de mi Señor con mi Amado a mi lado, y haré entonces que suene la trompeta del triunfo.
La radiante Verdad es lo único que brilla en el triunfo de mi Señor.
Vuélvete luego, para inclinar la frente ante el triunfo de tu Rey. El hombre valiente no abandona jamás el combate; el que huye no es un verdadero combatiente.
Ven, ¡oh, Dharmadas! y contempla el triunfo de mi Señor omnipotente.
El triunfo no es más que vivir tu vida de acuerdo a tu propia verdad y tus propios términos.
El triunfo de la humanidad es nuestra capacidad de comprensión. Lo que verdaderamente nos distingue es nuestra comprensión del cosmos, nuestra intuición respecto de dónde venimos, nuestra concepción del sitio que ocupamos en el universo.
La creatividad, imaginación e intuición más que la base del medio juego, son indispensables, así como el carácter firme; el triunfo llega solamente con la lucha.
Si encontramos la respuesta a eso, sería el último triunfo de la razón humana, porque entonces conoceríamos la mente de Dios.
Nuevas Naves Voladoras crearán los hombres y hasta volarán sin naves, solamente con espaldares. ¡Y serán en Triunfo!.
La resurrección es el triunfo completo de Cristo sobre el ego, no a través del ataque, sino de la trascendencia.
Un hipócrita es un paciente, en el doble sentido de la palabra: calcula un triunfo y sufre un suplicio.
En la lucha de dos grandes el verdadero triunfo es cuando se unen las fuerzas y no cuando se miden.
Vale no por los triunfos que ha acumulado sino por las veces que se ha levantado de sus fracasos.
Es cierto que debes a tu familia parte de tus fracasos, aunque también les debes tus triunfos.
Es una cosa bien extraña la felicidad con que los infames creen merecer el triunfo.
Nada tan estúpido como vencer; el verdadero triunfo está en convencer.
Cuanto más difícil es el conflicto, mayor es el triunfo.
Nada consigue tantos triunfos como el éxito.