Despertar a la realidad con Zhuangzi

Zhuangzi o Chuang Tse, el iluminado del Tao. Maestro del despertar a la realidad, un puente colgante entre el concepto y la iluminación sin palabras.

ZHUANGZI

EL MAESTRO DEL DESPERTAR

La iluminación sin palabras para el despertar espiritual.

Zhuangzi no solo fue un gran filósofo, sino también un notable poeta, maestro de la paradoja y del humor, un puente colgante entre el concepto y la iluminación sin palabras para el despertar espiritual. El taoísmo irrumpió con toda su fuerza en el siglo cuarto antes de Cristo gracias al conglomerado de doctrinas y religiones personales que tuvieron como resultado la formación de grupos más o menos reducidos de discípulos, siempre en torno a una figura central: un maestro.

Tales grupúsculos albergaban una misma tendencia hacia la experiencia mística, cuya nota central encerraba la posibilidad de buscar la inmortalidad a través de la unión con el Tao (principio tanto inmanente como trascendente que rige el universo).

ZHUANGZI SOÑÓ QUE ERA UNA MARIPOSA

Una alegoría taoísta de transformación espiritual.

De todas las famosas parábolas taoístas atribuidas al filósofo chino Zhuangzi (Chuang-tzu o Chuang Tzu) (369 a.C. a 286 a.C.), pocas son más famosas que la historia del sueño mariposa, que sirve como articulación del desafío del taoísmo hacia las definiciones de realidad versus ilusión. La historia ha tenido un impacto sustancial en filosofías posteriores, tanto orientales como occidentales.

La historia resumida dice así:

Revoloteaba alegremente; era una mariposa muy contenta de serlo. No sabía que era Zhuangzi. De repente despierta. Era Zhuangzi y se asombró de serlo. Ya no le era posible saber si era Zhuangzi que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que soñaba ser Zhuangzi.

La historia traducida por Lin Yutang dice así:

Erase una vez, yo, Zhuangzi, soñé que era una mariposa, revoloteando de aquí para allá, a todos los efectos una mariposa. Solo era consciente de mi felicidad como una mariposa, sin saber que era Zhuangzi. Pronto desperté, y allí estaba yo mismo de nuevo. Ahora no sé si yo era entonces un hombre soñando que era una mariposa, o si ahora soy una mariposa, soñando que soy un hombre. Entre un hombre y una mariposa hay necesariamente una distinción. La transición se llama la transformación de las cosas materiales.

La historia de la tradición China dice así:

Hay una hermosa historia sobre Zhuangzi, un gran místico de China.

Una mañana, estando sentado en su cama, parecía muy triste. Sus discípulos nunca lo habían visto tan triste. Y nunca, luego de levantarse, había permanecido en su cama, sentado. ¿Qué había sucedido? ¿Estaba enfermo?

Se reunieron a su alrededor y le preguntaron: Maestro, ¿qué pasa?. Él dijo: Es un asunto realmente difícil, no puedo resolverlo, tal vez ustedes puedan ayudarme. Les diré de qué se trata. Anoche soñé que me había convertido en una mariposa y que me movía de flor en flor.

Los discípulos le dijeron: Eso no es motivo para estar triste. En los sueños todos hacemos cosas extrañas y no es nada malo ser una mariposa de colores, bella, moviéndose de una flor suculenta a otra suculenta flor. ¿Por qué estás tan preocupado?.

Él dijo: No lo han oído todo. El problema es, ahora estoy despierto y me estoy preguntando si Zhuangzi soñó que es una mariposa, o ahora la mariposa se ha ido a dormir y está soñando que es Zhuangzi.

Las dos cosas son posibles. Si Zhuangzi puede soñar que es una mariposa, ¿por qué no puede una mariposa soñar que es Zhuangzi? Los discípulos permanecieron en silencio. No había respuesta para ello. Zhuangzi estaba señalando en dirección a un cierto fenómeno que ha sido enseñado por todas las religiones: Todo es un sueño. La mariposa es un sueño, Zhuangzi es un sueño.

Entonces, ¿qué es lo real? Lo real está muy lejos. Y, en este sueño no te perturbes. Que seas un camello, o un burro, o un simio, no importa. Lo que importa es que lo aceptes sin resentimiento alguno, para que así puedas llegar un día el mundo real de Dios.

SABIDURÍA FÁCIL DE ZHUANGZI

¡Zhuangzi es hermoso, Zhuangzi es incomparable, Zhuangzi es único!

Continúa en lo fácil y estás en lo correcto. Él no dice: No seas violento, entonces estás en lo correcto; di la verdad, entonces estás en lo correcto; no te enojes, de otra forma estarás equivocado; no seas sexual…¡No! ¡Nada! Él dice: Permanece en lo fácil y continúa en lo fácil y estás en lo correcto.

La forma correcta de ir a lo fácil es olvidar la forma correcta…

Porque si estás muy preocupado por el camino correcto te volverás intranquilo. Así que, incluso con Zhuangzi, ve a lo fácil, de otra forma te volverás intranquilo. Y eres tan eficiente para volverte intranquilo que incluso puedes convertir a Zhuangzi en una locura.

La forma correcta de ir a lo fácil es olvidar la forma correcta…

Simplemente olvídalo. Permanece en lo fácil, eso es todo.

PARÁBOLAS DE ZHUANGZI

Tanto Lao Tse como Zhuangzi no fueron sino autores de un solo libro cada uno. El primero se ocupó de darle un título — Tao Te Ching , tratado sobre la Virtud del Tao—, mientras que al segundo ni siquiera se le cruzó por la mente hacerlo, de modo que hoy su obra se conoce únicamente como Zhuangzi . Si bien esta última es bastante más voluminosa que la de su padre doctrinario, quizás no es sino debido al desarrollo literario del que carece el epigramático Tao Te Ching.

No obstante, abundan en Zhuangzi los mismos temas recurrentes sobre los cuales machacó tres siglos antes que él Lao Tse: la preservación de la vida siguiendo al Tao; la simplicidad y la quietud; la fuerza de la debilidad; la no-violencia; las sabiduría de parecer tonto.

En los treinta y tres capítulos del Zhuangzi nos encontramos con cientos de parábolas —como la de la mariposa que se menciona en este escrito— que, utilizando este recurso literario, transmiten una enseñanza taoísta ejemplificada en casos concretos de la vida diaria.

Veamos algunas de ellas...

LA INUTILIDAD

Acerca de la inutilidad de la sabiduría, Zhuangzi dijo:

Hay un gran árbol; su tronco es tan grueso que sería muy difícil cortarlo. Ahí sigue al borde del camino. Los carpinteros que pasan por allí ni se dignan mirarle, pero muchos viajeros se cobijan bajo su enorme sombra. Así es el Sabio: de tan grande deviene en inútil, pero muchos se cobijan bajo sus palabras. ¿Por qué, entonces, va a ser perjudicial y malo no servir para nada?

LA UNIDAD

Para los que desconocen la unidad, tenemos esta parábola:

Un monero les dijo a sus monos: ‘Les daré tres nueces por la mañana y cuatro por la tarde’. Los monos empezaron a protestar, diciendo que eso no era justo. Entonces, el monero les dijo: Está bien; les daré cuatro nueces por la mañana y tres por la tarde. De esta manera, los monos quedaron contentos.

LOS SENTIDOS

Una advertencia acerca del peligro que implican los sentidos:

El Mar del Norte y el Mar del Sur se encontraban siempre en el Centro. Como este los recibía muy bien, ambos quisieron gratificarle y se dijeron: Todos los hombres tiene siete orificios que les sirven para ver, oír, comer. Este no los tiene; vamos a hacérselos’. Cada día le abrían un orificio. Al séptimo día murió.

LA NATURALEZA

La alteración de la naturaleza trae sus consecuencias:

Las extremidades de los patos son cortas pero si pretendes alargarlas, será con dolor. Las patas de las grullas son largas pero si las acortas, será también con dolor. Así lo que naturalmente es largo no necesita acortarse y lo que naturalmente es corto no necesita alargarse. De esta manera no será preciso quitar penas. Querer regular todo es vulnerar la naturaleza.

LAS MAYORÍAS

Una aguda crítica a las tendencias sociales:

Si caminan juntos tres compañeros y uno se extravía, aún se puede llegar al final del viaje porque los extraviados son los menos. Pero si los que se extravían son dos, tendrán más trabajo en llegar a destino porque los extraviados vencen en número.

LA ESENCIA

Cuando confundimos medios con fines, Zhuangzi nos presenta este pensamiento:

La utilidad de la red está en los peces que coge. Cogidos los peces, se olvida la red. La utilidad de la trampa radica en los conejos que captura. Capturados los conejos, se olvida la trampa. La utilidad de las palabras está en las ideas que expresan. Entendidas las ideas, se olvidan las palabras.

LO NECESARIO

Lo necesario, otro de los pilares sobre los que se asienta el taoísmo:

Chu estuvo aprendiendo el arte de matar dragones y en ello agotó toda su hacienda. En tres años aprendió la disciplina, pero nunca halló ocasión para ejercer su habilidad. El sabio, aun lo necesario, no lo toma como necesario, de ahí que nunca guerrea. El ignorante, aun lo no necesario, lo toma como necesario, por esto tiene tantas guerras.

PENSAMIENTOS DE ZHUANGZI

La clave del pensamiento de Chuang Tzu es la complementariedad de los opuestos, y esto solo puede apreciarse cuando uno capta el pivote central del Tao, que pasa exactamente a través del Sí y el No, el Yo y el No-Yo. La vida es un continuo desarrollo. Todos los seres están en estado de flujo.

Comprende que la felicidad, cuando se la lleva a los extremos, se convierte en calamidad. Que la belleza, si se exagera, se transforma en fealdad. Las nubes se transforman la lluvia y el vapor asciende de nuevo para formar nubes. Insistir en que la nube jamás debería convertirse en lluvia es resistir la dinámica del Tao.

La paradójica enseñanza de Chuang Tzu de que nunca se encuentra la felicidad hasta que no se deja de buscarla. No debe, por tanto, ser malinterpretada. Él no está predicando el retiro de una existencia humana plena y activa a un estado de inercia y quietismo. De hecho, lo que está diciendo es que la felicidad puede ser hallada, pero solo por medio de la no-búsqueda y la no-acción.

Los ambiciosos corren día y noche en persecución de honores, constantemente angustiados por el éxito de sus planes, temiendo el error de cálculo que lo puede echar todo a perder. Así, están alienados de sí mismos, agotando su vida real al servicio de una sombra creada por su insaciable esperanza.

AFORISMOS DE ZHUANGZI

Los aforismos han sido a lo largo de la historia una modalidad de expresión que, condensados el máximo de sabiduría en un mínimo de palabras, evita cualquier comentario, ya que la enseñanza es tan obvia que solo alguien que deliberadamente no la quisiera ver podría ignorarla. Zhuangzi nos muestra su maestría en este género con los siguientes aforismos:

  • ¿Acaso puede haber hijos y nietos si antes no hubiera habido hijos y nietos?
  • Quien equipara lo visible con lo invisible, no temerá las vicisitudes de la vida y de la muerte.
  • Cuando inspecciones un templo, no te olvides de recorrer también los retretes.
  • A nadie se le coge si no es en la trampa de aquello a lo que está aficionado.
  • No puede uno crecer más por haber subido más alto, ni tampoco puede ser más pequeño por vivir en un lugar más bajo.
  • Las palabras deben siempre detenerse ante lo que el entendimiento ignora.
  • La vejez que no tiene más primacía que la del tiempo, no es verdadera primacía. Ser hombre y no aventajar a los demás con hombría de bien, no es más que vejez.
  • Si la vida pesa mucho, las riquezas pesarán poco.
  • La nivelación hecha con un nivel mal nivelado no es nivelación.
  • Cortando cada día una mitad a un palo de un pie de largo, no se acabará en diez mil siglos.

Uno de los temas insistentes en el taoísmo es el de la sabiduría como un factor gradual. Finalicemos, entonces, con este anhelo que atravesó veintidós siglos de vigencia:

  • Los pies pisan el suelo; pero es aquello que no pisan lo que permite caminar. Aquello que se conoce es poco; pero, apoyado en lo poco que se conoce es posible conocer mucho.