La iluminación espiritual

Dejar ir consciente tus sentimientos

El MECANISMO DE DEJAR IR

Cuando dejes ir, ignora todo pensamiento.

El mecanismo de dejar ir es realmente liberador y sanador y, junto con la toma de consciencia, es capaz de remitir la enfermedad y recuperar el bienestar personal. Es una sanación voluntaria, una rendición, es morir para volver a nacer.

Dejar Ir, un sencillo pero a la par profundo y radical método, para alcanzar una gran claridad interior y superar los problemas que aparecen en nuestro camino, si bien, no mediante la búsqueda de respuestas -precisa-, sino deshaciendo las bases del problema.

Dicho método es lo que él llama el DEJAR IR, o también EL MECANISMO DE LA ENTREGA, es un sistema práctico para eliminar los obstáculos y los apegos.

Existen pruebas científicas de su eficacia. La investigación ha demostrado que la técnica es más eficaz que muchos de los otros enfoques actualmente disponibles para aliviar las respuestas fisiológicas al estrés.

Veamos de que trata el mecanismo de dejar ir del Dr. David R. Hawkins...

DEJAR IR

¿QUÉ ES?

El dejar ir implica dejar que un sentimiento siga su curso.

Dejar ir es como el cese repentino de una presión interna o la caída de un peso. Se acompaña de una repentina sensación de alivio y ligereza, y el incremento de la felicidad y la libertad. Se trata de un mecanismo real de la mente y todo el mundo lo ha experimentado en alguna ocasión.

Un buen ejemplo es el siguiente. Estás en medio de una intensa discusión; estás enfadado y molesto, cuando de repente ves que todo es absurdo y ridículo. Y empiezas a reír. La presión se alivia. De la ira, el miedo y la sensación de sentirte atrapado de repente te sientes libre y feliz.

Piensa en lo maravilloso que sería poder hacer eso en todo momento, en cualquier lugar, y en cualquier situación. Que pudieras sentirte siempre libre y feliz y nunca ser acorralado por tus sentimientos enfrentados. De esto trata toda la técnica: dejar ir consciente y frecuentemente a voluntad. Entonces estás a cargo de lo que sientes, y ya no estás a merced del mundo y de tus reacciones hacia él. Ya no eres la víctima. Esto es emplear la enseñanza básica de Buda, que elimina la presión de la reactividad involuntaria.

Llevamos con nosotros un enorme almacén de sentimientos negativos acumulados, actitudes y creencias. La presión acumulada nos hace miserables y es la base de muchas de nuestras enfermedades y problemas. Estamos resignados a ello y lo explicamos como la condición humana. Tratamos de escapar de ella de mil maneras. La vida humana media se emplea en tratar de evitar y huir de la confusión interior del miedo y la amenaza de la miseria. La autoestima de todos está constantemente amenazada tanto desde dentro como desde fuera.

Si echamos un vistazo a la vida humana, vemos que es esencialmente una larga lucha elaborada para escapar de nuestros miedos internos y las expectativas que han sido proyectadas sobre el mundo. Se intercalan periodos de celebración cuando hemos escapado momentáneamente de los miedos internos, pero los miedos siguen ahí esperándonos. Nos hemos vuelto temerosos de nuestros sentimientos internos porque tienen tal enorme cantidad de negatividad que tememos quedar sobrepasados si realizamos una observación más profunda.

Tenemos miedo de estos sentimientos porque no tenemos ningún mecanismo consciente con el que manejar los sentimientos cuando provienen del interior de nosotros mismos. Debido a que tenemos miedo a enfrentarnos a ellos, continúan acumulándose y, finalmente, en secreto empezamos a buscar como adelantar la muerte para que todo el dolor termine. No son los pensamientos o los hechos los que son dolorosos, sino los sentimientos que los acompañan. Los pensamientos en y por sí mismos no son dolorosos, ¡sino los sentimientos que subyacen en ellos!

Es la presión acumulada de los sentimientos la que provoca los pensamientos. Un sentimiento, por ejemplo, puede crear literalmente miles de pensamientos durante un tiempo. Pensemos, por ejemplo, en un recuerdo doloroso de los primeros años de vida, una pena terrible que se ha ocultado. Observa todos los años y años de pensamientos asociados a ese simple suceso. Si pudiéramos entregar la sensación de dolor subyacente, todos esos pensamientos desaparecerían al instante y nos olvidaríamos del suceso.

Esta observación está en conformidad con la investigación científica. La teoría científica de Gray-LaViolette integra la psicología y la neurofisiología. Su investigación demostró que el tono de los sentimientos organiza los pensamientos y la memoria (Gray-LaViolette, 1981). Los pensamientos son archivados en el banco de la memoria de acuerdo a los diferentes matices de los sentimientos asociados a esos pensamientos. Por lo tanto, cuando renunciamos o apartamos un sentimiento, nos estamos liberando de todos los pensamientos asociados.

El gran valor de saber cómo entregar es que todos y cada uno de los sentimientos se puede dejar en cualquier momento y en cualquier lugar en un instante, y puede hacerse continuamente y sin esfuerzo.

¿Cuál es el estado de entrega?

Significa estar libre de sentimientos negativos en un área determinada para que la creatividad y la espontaneidad puedan manifestarse sin la oposición o la interferencia de los conflictos internos. Estar libres de conflictos internos y expectativas es dar a quienes comparten nuestra vida la mayor libertad. Nos permite experimentar la naturaleza básica del universo, que, según se descubrió, es manifestar el mayor bien posible en cada situación. Esto puede sonar filosófico, pero, cuando se hace, es empíricamente cierto.

LOS MECANISMOS MENTALES

Los sentimientos y los mecanismos mentales.

Tenemos tres maneras principales de manejar los sentimientos: supresión, expresión y escape. Vamos a discutir cada uno de ellas.

SUPRESIÓN

La supresión y la represión.

Estas son las formas más comunes con las que tiramos hacia delante con nuestros sentimientos y los dejamos a un lado. En la represión, esto sucede inconscientemente; en la supresión, sucede conscientemente. No queremos ser molestados por los sentimientos y, además, no sabemos qué más hacer con ellos. Tenemos suerte de sufrir con ellos y tratar de seguir funcionando de la mejor manera que podamos. Los sentimientos que seleccionamos para ser suprimidos o reprimidos lo son en conformidad a los programas consciente e inconsciente que acarreamos por costumbre social y educación familiar. La presión de los sentimientos suprimidos es sentida luego como irritabilidad, cambios de humor, tensión en los músculos del cuello y la espalda, dolores de cabeza, calambres, trastornos menstruales, colitis, indigestión, insomnio, hipertensión, alergias y otras condiciones somáticas.

Cuando reprimimos un sentimiento, es porque hay tanta culpa y miedo por la sensación que ni siquiera es conscientemente sentida en absoluto. Se convierte al instante en una estocada en el inconsciente tan pronto como amenaza en emerger. El sentimiento reprimido es luego manejado de varias maneras para garantizar que se mantiene reprimido y fuera de la consciencia.

De estos mecanismos utilizados por la mente para mantener el sentimiento reprimido, la negación y la proyección son quizás los métodos más conocidos, ya que tienden a ir juntos y reforzarse el uno al otro. La negación deriva en emociones importantes y bloqueos para la maduración. Es acompañado generalmente por el mecanismo de la proyección. A causa de la culpa y el miedo, reprimimos el impulso o los sentimientos, y nos negamos a su presencia en nosotros. En lugar de sentirlos, los proyectamos sobre el mundo y los que nos rodean. Experimentamos las sensaciones como si perteneciera a ellos. Ellos se convierten entonces en el enemigo, y la mente busca y encuentra justificación para reforzar la proyección. La culpabilidad se sitúa en las personas, los lugares, las instituciones, los alimentos, las condiciones climáticas, los acontecimientos astrológicos, las condiciones sociales, el destino, Dios, la suerte, el diablo, los extranjeros, los grupos étnicos, los rivales políticos, y otras cosas fuera de nosotros mismos. La proyección es el principal mecanismo utilizado en el mundo de hoy. Es responsable de todas las guerras, los disturbios y los desórdenes civiles. Incluso se anima a odiar al enemigo para convertirse en un buen ciudadano. Mantenemos nuestra propia autoestima a costa de los demás y, con el tiempo, esto deriva en descomposición social. El mecanismo de la proyección subyace a todo ataque, violencia, agresión, y toda forma de destrucción social.

EXPRESIÓN

La expresión como influye en tus sentimientos.

Con este mecanismo, la sensación es aireada, verbalizada, o afirmada por el lenguaje corporal, y representada en un sinfín de demostraciones en grupo. La expresión de los sentimientos negativos permite dejar salir solo la suficiente presión interior para que, de este modo, el resto pueda ser suprimido. Este es un punto muy importante a entender, porque muchas personas en la sociedad de hoy creen que expresar sus sentimientos les libera de los sentimientos. Los hechos demuestran lo contrario. La expresión de un sentimiento, primero, tiende a propagar ese sentimiento y darle mayor energía. En segundo lugar, la expresión del sentimiento simplemente permite que el resto sea suprimido fuera de la consciencia.

El equilibrio entre supresión y expresión varía en cada individuo dependiendo de la educación primaria, las actuales normas culturales, las costumbres, y los medios de comunicación. Expresarse está ahora en boga como resultado de una mala comprensión de la obra de Sigmund Freud y el psicoanálisis. Freud señaló que la supresión era la causa de la neurosis; por lo tanto, se pensó erróneamente que la expresión era la cura. Esta mala interpretación se convirtió en una licencia para la auto-indulgencia a costa de los demás. Lo que en realidad dijo Freud, en el psicoanálisis clásico, era que el impulso o sentimiento reprimido debía ser neutralizado, sublimado, socializado, y canalizado por los instintos constructivos del amor, el trabajo y la creatividad.

Si volcamos nuestros sentimientos negativos en los demás, lo experimentarán como un ataque, y a su vez, se verán forzados a suprimir, expresar, o escapar de esos sentimientos; por lo tanto, la expresión de la negatividad deriva en el deterioro y la destrucción de las relaciones. Una alternativa mucho mejor es asumir la responsabilidad de nuestros propios sentimientos y neutralizarlos. Entonces, solo los sentimientos positivos permanecen y son expresados.

ESCAPE

El escape es la evitación de los sentimientos a través de la diversión.

Esta evitación es la columna vertebral de las industrias del entretenimiento y los licores, así como la ruta hacia la adicción al trabajo. El escapismo y la evitación de la consciencia interior es un mecanismo socialmente tolerado. Podemos evitar a nuestros propios yoes interiores y apartar nuestros propios sentimientos del emerger de una interminable variedad de búsquedas, muchas de las cuales con el tiempo se convierten en adicciones a medida que nuestra dependencia a ellas crece.

La gente se desespera al permanecer inconsciente. Observemos cómo a menudo las personas echan un vistazo a la televisión en el momento en que entran en una habitación y luego caminan por ella en un estado de cuasi- insomnio, siendo constantemente programados por los datos que provienen en ella. Las personas tienen miedo de enfrentarse a sí mismas. Temen incluso un momento de soledad. De ello, las constantes actividades frenéticas: la interminable socialización, el hablar, el enviar mensajes de texto, leer, escuchar música, trabajar, viajar, hacer turismo, ir de compras, comer en exceso, los juegos de azar, ir al cine, tomar píldoras, el uso de drogas y las fiestas de cóctel.

Muchos de los mecanismos anteriores de escape son erróneos, estresantes e ineficaces. Cada uno de ellos requiere cantidades crecientes de energía en y por sí mismos. Se requieren enormes cantidades de energía para mantener baja la presión cada vez mayor de los sentimientos suprimidos y reprimidos. Hay una pérdida progresiva de la consciencia y una detención del crecimiento. Hay una pérdida de creatividad, energía, e interés real en los demás. Hay una detención del crecimiento espiritual y, finalmente, el desarrollo de enfermedades físicas y emocionales, dolencias, envejecimiento y muerte prematura. La proyección de estos sentimientos reprimidos deriva en problemas sociales, trastornos, y el aumento del egoísmo y la crueldad característica de nuestra sociedad actual. Por encima de todo, el efecto es la incapacidad para amar de verdad y confiar en otra persona, lo que resulta en el aislamiento emocional y el odio a uno mismo.

En contraste con lo anterior, ¿qué sucede cuando en lugar de esto dejamos un sentimiento? La energía detrás del sentimiento es instantáneamente entregada y el efecto neto es la descompresión. La presión acumulada comienza a disminuir a medida que lo dejamos constantemente. Todo el mundo sabe que, cuando lo dejamos, nos sentimos mejor inmediatamente. El cuerpo cambia la fisiología. Hay mejoras detectables en el color de la piel, la respiración, el pulso, la presión arterial, la tensión muscular, la función gastrointestinal, y la química de la sangre. En el estado de libertad interior, todas las funciones del cuerpo y los órganos se corrigen en general en dirección a la normalidad y la salud. Hay un aumento inmediato en la potencia muscular. La visión mejora y nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos cambia para mejor. Nos sentimos felices, más cariñosos y más relajados.

LOS SENTIMIENTOS

EL ESTRÉS

Los sentimientos y el estrés.

Hay mucha atención y publicidad prestada al tema del estrés sin una comprensión real de su naturaleza esencial. Se dice que somos más propensos al estrés que nunca. ¿Cuál es la causa fundamental del estrés? Ciertamente no son los factores desencadenantes externos. Ellos son meramente ejemplos del mecanismo que hemos descrito como proyección. Son los ellos o el eso que se piensa que es el culpable cuando, de hecho, lo que estamos sintiendo es simplemente el dejar salir la presión interna de las emociones reprimidas Son estos sentimientos reprimidos los que nos hacen vulnerables al estrés externo.

El verdadero origen del estrés es en realidad interno; no es externo, como a la gente le gustaría creer. La predisposición a reaccionar con miedo, por ejemplo, depende de la cantidad de miedo que ya esté presente en nosotros para ser desencadenado ante un estímulo. Cuanto más miedo tenemos en el interior, más cambia nuestra percepción del mundo ante un miedo o expectativa preocupante. Para una persona miedosa, este mundo es un lugar aterrador. Para la persona enfadada, este mundo es un caos de frustración y aflicción. Para la persona culpable, este es un mundo de tentación y pecado, que ven en todas partes. A lo que estamos aferrándonos interiormente colorea nuestro mundo. Si dejamos la culpa, veremos inocencia; sin embargo, una persona con sentimiento de culpa solo verá el mal. La regla básica es que nos centremos en lo que hemos reprimido.

El estrés deriva de una presión acumulada de nuestros sentimientos reprimidos y suprimidos. La presión busca alivio, y así los acontecimientos externos solo desencadenan lo que hemos estado manteniendo, tanto consciente como inconscientemente. La energía de nuestros sentimientos bloqueados y expulsados emerge de nuevo a través de nuestro sistema nervioso autónomo y causa cambios patológicos que conducen a los procesos de la enfermedad. Un sentimiento negativo inmediatamente provoca una pérdida del 50% de la fortaleza muscular del cuerpo y también reduce nuestra visión, tanto física como mentalmente. El estrés es nuestra reacción emocional a un factor desencadenante o estímulo. El estrés está determinado por nuestros sistemas de creencias y sus presiones emocionales asociadas. No es el estímulo externo, entonces, lo que causa el estrés, sino nuestro grado de reactividad. Cuanto más entregados estemos, menos propensos somos al estrés. El daño causado por el estrés no es más que el resultado de nuestras propias emociones. La efectividad del dejar ir y reducir la respuesta del cuerpo al estrés se ha demostrado en estudios científicos.

Muchos programas de reducción de estrés ofrecidos hoy en día a menudo pierden el punto esencial. Tratan de aliviar las secuelas del estrés en lugar de eliminar la causa del propio estrés, o se concentran en los acontecimientos externos. Esto es como tratar de bajar la fiebre sin corregir la infección. Por ejemplo, la tensión muscular es el resultado de la ansiedad, el miedo, la ira y la culpa. Un curso sobre técnicas de relajación muscular va a tener un beneficio muy limitado. Sería mucho más eficaz, en cambio, eliminar el origen de la tensión subyacente, que es la ira reprimida y suprimida, el miedo, la culpa y los demás sentimientos negativos.

LAS EMOCIONES

Los acontecimientos vitales y las emociones.

La mente racional prefiere mantener las verdaderas causas de la emoción fuera de la consciencia y utiliza el mecanismo de la proyección para hacer esto. Culpa a los acontecimientos o a las otras personas por causar un sentimiento y se ve a sí misma como la víctima inocente e indefensa de las causas externas. Ellos me hicieron enfadar. El me ha trastornado. Eso me asustó. Los acontecimientos del mundo son la causa de mi ansiedad. En realidad, es exactamente lo contrario. Los sentimientos suprimidos y reprimidos buscan una salida y utilizan los acontecimientos como desencadenantes y excusas para desahogarse. Somos como ollas a presión listas para liberar el vapor cuando la oportunidad se presenta. Los factores desencadenantes son configurados y preparados para que salgan. En psiquiatría, este mecanismo se denomina desplazamiento. Es debido a que estamos enfadados que los acontecimientos nos hacen enfadar. Si, a través de la constante entrega, nos hemos apartado del almacén reprimido de la ira, es muy difícil, y de hecho, incluso imposible para cualquier persona o cualquier situación hacernos enfadar. Lo mismo, por tanto, se aplica a todos los demás sentimientos negativos una vez que hayan sido entregados.

Debido a los condicionamientos sociales de nuestra sociedad, la gente incluso suprime y reprime sus sentimientos positivos. Suprimir el amor deriva en un corazón roto por ataque al corazón. El amor suprimido vuelve a emerger en una excesiva adoración por los animales y diversas formas de idolatría. El verdadero amor está libre de miedos y se caracteriza por el no-apego. El miedo a la pérdida se potencia por el indebido apego y la posesión. Por ejemplo, el hombre que está inseguro en relación a su novia y es muy celoso.

Cuando la presión de los sentimientos suprimidos y reprimidos excede el nivel de tolerancia del individuo, la mente creará un acontecimiento ahí fuera en el que se dé rienda suelta y se desplace. Así, la persona con una gran cantidad de dolor reprimido creará inconscientemente acontecimientos tristes en su vida. La persona miedosa precipita las experiencias aterradoras; la persona enfadada se rodea de circunstancias indignantes; y la persona orgullosa está constantemente siendo insultada. Como dijo Jesucristo: ¿Por qué ves la paja que está en el ojo de tu hermano, y no sientes la viga que está en tu propio ojo? (Mateo 7:3) Todos los Grandes Maestros nos señalan el interior.

Todo en el universo emite una vibración. Cuanto mayor sea la vibración, más poder tiene. Las emociones, también, debido a que son energía, emiten vibraciones. Estas vibraciones emocionales impactan los campos de energía del cuerpo y revelan efectos que se pueden ver, sentir y medir. Las imágenes en movimiento mediante la fotografía Kirlian, como las tomadas por el Dr. Thelma Moss, muestran fluctuaciones rápidas del color y el tamaño del campo de energía a los cambios emocionales (Krippner, 1974). El campo de energía al que tradicionalmente se ha llamado aura, puede ser visto por personas que han nacido con o han aprendido la habilidad para ver las vibraciones de esa frecuencia. El aura cambia de color y de tamaño con las emociones. La prueba muscular también demuestra los cambios de energía que acompañan a las emociones, y como los músculos de nuestro cuerpo responden instantáneamente a los estímulos positivos y negativos. Por lo tanto, nuestros estados emocionales básicos se transmiten al universo.

La mente no tiene dimensiones o tamaño, y no está limitada por el espacio; por lo tanto, la mente transmite su estado básico a través de la energía vibratoria a una distancia ilimitada.

Esto significa que de manera rutinaria y sin quererlo afectamos a los demás por nuestro estado emocional y pensamientos. Los patrones emocionales y sus formas de pensamiento asociadas, por ejemplo, pueden ser seleccionados y recibidos conscientemente por los psíquicos a una gran distancia. Esto puede ser demostrado experimentalmente, y la base científica para esto ha sido un tema de gran interés en la física cuántica avanzada.

Debido a que las emociones emiten un campo de energía vibratoria, afectan y determinan las personas que están en nuestras vidas. Los acontecimientos vitales quedan influenciados por nuestras emociones reprimidas y suprimidas en el nivel psíquico. Así, enfadarse atrae pensamientos de enfado. La regla básica del universo psíquico es que lo semejante atrae a lo semejante. Del mismo modo, el amor promueve el amor, de modo que la persona que ha dejado una gran cantidad de negatividad interior está rodeada de pensamientos de amor, episodios de amor, gente cariñosa, y mascotas cariñosas. Este fenómeno explica muchas citas de las escrituras y refranes comunes que han desconcertado al intelecto, tales como: Los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres y los que tienen, consiguen. Como regla general, por tanto, las personas que acarrean con una conciencia apática atraen circunstancias de pobreza a sus vidas, y los que tienen una conciencia de prosperidad atraen la abundancia a su vida.

Debido a que todos los seres vivos están conectados en los niveles de la energía vibratoria, nuestro estado emocional básico es seleccionado y reaccionado por todas las formas de vida que nos rodean. Es bien sabido que los animales pueden ver instantáneamente el estado emocional básico de una persona. Hay experimentos que demuestran que incluso el crecimiento de las bacterias es afectado por las emociones humanas, y que las plantas registran reacciones medibles a nuestro estado emocional (Backster, 2003)

LA SENSACIÓN

La sensación el mecanismo de dejar ir.

El dejar ir implica ser consciente de un sentimiento, dejarlo crecer, estar con él, y dejar que siga su curso sin querer que sea diferente o hacer nada en relación a él. Significa simplemente dejar que el sentimiento esté ahí y centrarse en dejar escapar la energía tras él. El primer paso es permitirte a ti mismo tener la sensación sin resistirla, airearla, temerla, condenarla, o moralizar sobre ella. Significa abandonar el juicio y ver que es solo una sensación. La técnica consiste en estar con una sensación y entregar todos los esfuerzos por modificarla de alguna manera. Dejamos de querer resistir la sensación. Es la resistencia la que mantiene activa la sensación. Cuando renuncias a resistir o tratar de modificar la sensación, cambiará a un nuevo sentimiento que será acompañado de una sensación más ligera. Una sensación que no es resistida desaparecerá a medida que la energía tras ella se disipe.

Al comenzar el proceso, te darás cuenta de que tienes miedo y culpa por tener sentimientos; habrán resistencias a los sentimientos en general. Es más fácil permitir que afloren los sentimientos si dejamos antes la reacción a tener esos sentimientos. El miedo al propio miedo es un buen ejemplo de esto. Deja el miedo o la culpa que tienes por la primera sensación, y luego consigue entrar en el sentimiento en sí.

Cuando dejes ir, ignora todo pensamiento. Céntrate en la propia sensación, no en los pensamientos. Los pensamientos son interminables, se auto-refuerzan, y solo engendran más pensamientos. Los pensamientos no son más que racionalizaciones de la mente para tratar de explicar la presencia de la sensación. La verdadera razón de la sensación es la presión acumulada tras los sentimientos que la está forzando a salir en ese momento. Los pensamientos o acontecimientos externos son solo una excusa compuesta por la mente.

A medida que nos familiaricemos más con el dejar ir, nos daremos cuenta de que todos los sentimientos negativos están asociados a nuestro miedo básico relacionado con la supervivencia y que todos los sentimientos no son más que programas de supervivencia que la mente cree necesarios. La técnica del dejar ir deshace los programas progresivamente. A través de ese proceso, el motivo subyacente tras los sentimientos se vuelve más y más evidente.

Estar entregado significa no tener emociones fuertes sobre una cosa: Está bien si pasa, y está bien si no pasa. Cuando somos libres, dejamos los apegos. Podemos disfrutar de una cosa, pero no la necesitamos para nuestra felicidad. Hay una progresiva disminución de la dependencia de todo y todos fuera de nosotros mismos. Estos principios son conformes a las enseñanzas básicas de Buda de evitar el apego a los fenómenos mundanos, así como también a la enseñanza básica de Jesucristo de estar en el mundo pero no ser de él.

A veces entregamos un sentimiento y nos damos cuenta de que retorna o continúa. Esto se debe a que todavía hay más de él a entregar. Hemos rellenado con todos esos sentimientos nuestras vidas y puede haber una gran cantidad de energía presionando que necesite salir y ser reconocida. Cuando se produce la entrega, hay una ligereza inmediata, y mayor sensación de felicidad, casi como un subidón.

Al dejar ir continuamente, es posible permanecer en ese estado de libertad. Los sentimientos van y vienen, y con el tiempo te das cuenta de que tú no eres tus sentimientos, sino que el verdadero tú se limita a presenciarlos. Dejas de identificarte con ellos. El tú que es consciente de lo que está pasando siempre sigue siendo el mismo. A medida que te vuelves más y más consciente de la inmutable presencia interior, empiezas a identificarte con ese nivel de la conciencia. Te conviertes progresivamente ante todo en el testigo y no en el experimentador del fenómeno. Consigues aproximarte más y más al Ser real y empiezas a ver que habías sido engañado por los sentimientos todo el tiempo. Pensaste que eras víctima de tus sentimientos. Ahora ves que no son la verdad sobre ti mismo; sino que son simplemente creados por el ego, ese colector de programas que la mente ha creído erróneamente que son necesarios para la supervivencia.

Los resultados del dejar ir son aparentemente rápidos y sutiles, pero los efectos son muy poderosos. Muchas veces dejamos algo pero creeremos que no es así. Serán nuestros amigos quienes nos hagan conscientes del cambio. Una de las razones para este fenómeno es que, cuando algo es totalmente entregado, desaparece de la conciencia. Ahora, debido a que nunca pensamos en ello, no nos damos cuenta de que se ha ido. Este es un fenómeno común entre las personas que están creciendo en conciencia. No somos conscientes de todo el carbón que hemos paleado; siempre estamos viendo la palada que estamos manejando en estos momentos. No nos damos cuenta de lo mucho que el montón se ha reducido. Muchas veces nuestros amigos y familiares son los primeros en darse cuenta.

Para realizar un seguimiento de los avances, muchas personas mantienen un gráfico de sus ganancias. Esto ayuda a vencer la resistencia que por lo general toma la forma de: Esto no está funcionando. Es común que personas que han hecho enormes ganancias digan, Simplemente no está funcionando. Tenemos que recordarnos a nosotros mismos a veces como éramos antes de empezar este proceso.

LA RESISTENCIA

Las resistencias al dejar ir.

Dejar ir los sentimientos negativos es disolver el ego, el cual resistirá cada paso. Esto puede derivar en escepticismo acerca de la técnica, olvidando entregar, el súbito escapismo repentino, o aireando los sentimientos por expresar y representar. La solución es simplemente mantenerse en el dejar ir de los sentimientos que tienes sobre todo el proceso. Deja que la resistencia esté ahí, pero no resistas la resistencia.

Eres libre. No tienes que dejarla. Nadie te está forzando. Mira el miedo tras la resistencia. ¿A qué tienes miedo con respecto a este proceso? ¿Estás dispuesto a dejarlo? Mantente en el dejar ir de todos los miedos a medida que surjan, y la resistencia se resolverá.

No hay que olvidar que estamos abandonando todos los programas que nos han convertido en un esclavo y una víctima durante mucho tiempo. Estos programas nos han cegado a la verdad de nuestra verdadera identidad. El ego está perdiendo terreno e intentará trucos y trampas. Una vez que empecemos a dejar ir, sus días están contados y su poder disminuirá. Uno de sus trucos es mantenerse inconsciente sobre la técnica en sí, por ejemplo, decidir de repente que el mecanismo de la entrega no está funcionando, que las cosas siguen igual, que es confuso, y también que es muy difícil de recordar y hacer. ¡Esto es un signo de progreso real! Esto significa que el ego sabe que tenemos un cuchillo con el que trocearnos libremente y está perdiendo terreno. El ego no es nuestro amigo. Al igual que el Control Central en Tron (1982), quiere mantenernos esclavizados por sus programas.

CAMINA HACIA LA LUZ

El dejar ir es una habilidad natural.

No es algo nuevo o extraño. No es una enseñanza esotérica ni la idea de otra persona o un sistema de creencias. Solo estamos utilizando nuestra propia naturaleza interior para conseguir ser más libres y felices. Cuando dejas ir, no es útil pensar sobre la técnica. Es mejor, simplemente, tan solo hacerlo. Con el tiempo se verá que todos los pensamientos son resistencia. Son todas imágenes que la mente ha hecho para impedirnos experimentar lo que realmente es. Cuando hayamos estado dejando ir un tiempo y hayamos comenzado a experimentar lo que realmente está pasando, nos reiremos de nuestros pensamientos. Los pensamientos son falsos, absurdas creencias construidas que oscurecen la verdad. Perseguir los pensamientos pueden mantenernos ocupados interminablemente. Descubriremos un día que tenemos razón cuando empecemos. Los pensamientos son como peces de colores en un bol; el Ser real es como el agua. El Ser real es el espacio entre los pensamientos, o más exactamente, el campo de la consciencia silente debajo de todos los pensamientos.

Hemos tenido la experiencia de estar totalmente absortos en lo que estábamos haciendo, cuando apenas nos dimos cuenta del paso del tiempo. La mente estaba muy tranquila, y simplemente estábamos haciendo lo que estábamos haciendo sin resistencia o esfuerzo. Nos sentimos felices, tal vez tarareando algo. Haciendo las cosas sin estrés. Estábamos muy relajados, aunque estuviéramos ocupados. De repente nos dimos cuenta de que nunca necesitamos todos esos pensamientos después de todo. Los pensamientos son como la carnada para un pez; y si picamos, nos atrapan. Es mejor no picar en los pensamientos. No los necesitamos.

En nosotros, pero al margen de nuestra consciencia, está la verdad de que Ya sé todo lo que necesito saber. Esto sucede automáticamente.

Paradójicamente, la resistencia a la entrega se debe a la eficacia de la técnica. Lo que sucede es que nos mantenemos en el dejar ir aun cuando la vida no vaya demasiado bien y estemos acosados por emociones desagradables. Cuando finalmente entregamos nuestra manera de salir de ellas y todo va bien, entonces abandonamos el dejar ir. Esto es un error porque, por muy bien que nos podamos sentir, por lo general hay más por hacer. Aprovecha los estados elevados y el impulso de dejar ir. Sigue adelante porque será mejor y mejor a cada momento. El dejar ir gana cierto impulso. Es fácil mantenerlo una vez se ha empezado. Cuanto mejor nos sintamos, más fácil es dejar ir. Ese es un buen momento para descender y dejar algunas cosas (la basura suprimida y reprimida) que no habríamos querido abordar si estuviéramos en el vertedero. Siempre hay una sensación de estar menguando y entregado.

Cuando nos sentimos bien, las emociones son simplemente sutiles.

A veces te sentirás atrapado por un sentimiento en particular. Basta con entregar la sensación de estar atrapado. Solo déjalo estar ahí y no lo resistas. Si no desaparece, ve si puedes dejar el sentimiento punto por punto y por partes. Otro bloqueo que puede ocurrir es el miedo de que si dejamos el deseo por algo, no lo conseguiremos. A menudo es beneficioso examinar algunas creencias comunes y dejar de creer que son ciertas desde el principio, como: (1) Sólo nos merecemos las cosas por el trabajo duro, la lucha, el sacrificio y el esfuerzo, (2) Sufrir es beneficioso y bueno para nosotros, (3) No conseguimos nada a cambio de nada; (4) Las cosas sencillas no valen mucho. Dejar ir algunas de estas barreras psicológicas hacia la propia técnica, permitirá el disfrutar de su esfuerzo y facilidad.

REFLEXIONES

Gracias a que esta energía de paz se transmite hacia afuera, hacia el mundo, la humanidad sigue viva. Sin ella, se habría destruido hace mucho tiempo. Por eso, nuestra evolución interna sirve a toda la humanidad. Al alcanzar estos estados elevados de amor y paz, nos convertimos en presencias salvadoras en el mundo.

Trascender las limitaciones del ego requiere intención, integridad de propósito, y resolución. Además de la gracia: la ayuda de un profesor avanzado y karma positivo. El viaje suele comenzar aparentemente de forma accidental o como consecuencia de la curiosidad. Luego, se añade el interés y, finalmente la participación, seguido por el compromiso y el descubrimiento de insospechadas recompensas.

Con humildad viene la voluntad de dejar de tratar de controlar o cambiar a otras personas o situaciones de vida o acontecimientos aparentemente ‘por su propio bien’. Para ser un buscador espiritual comprometido, es necesario renunciar al deseo de ‘tener razón’ o de tener un valor imaginario para la sociedad. De hecho, los sistemas de ego o de creencias de alguien en particular no son de ningún valor para la sociedad.

A menudo, solo estamos dispuestos a cambiar cuando tocamos fondo, cuando llegamos al final de un curso de acción y contemplamos la derrota de un sistema de creencias fútil. La luz no puede entrar en una caja cerrada; el lado positivo de una catástrofe puede ser que nos abramos a un nivel superior de conciencia. Si vemos la vida como un maestro, se convierte exactamente en eso. Pero, a menos que seamos humildes y transformemos las lecciones en puertas hacia el crecimiento y el desarrollo, las dolorosas lecciones de vida que nos damos a nosotros mismos se desperdician.

Si entregamos un sentimiento y nos damos cuenta de que retorna o continúa. Esto se debe a que todavía hay más de él para entregar. Hemos llenado nuestras vidas con todos esos sentimientos y puede haber una gran cantidad.

Cuando renunciamos o apartamos un sentimiento, nos estamos liberando de todos los pensamientos asociados.

David R. Hawkins