La iluminación espiritual

El templo que será destruido

Cuento Zen (21)

Se le acercaron a Jesús de Nazaret sus discípulos y le señalaron las construcciones del templo, pero él les dijo:

¿Veis todo esto?

Os aseguro que no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea destruida.

MORALEJA

Imagínate a una persona alcohólica y drogadicta. En algo así puede llegar a convertirse tu mente: en algo alcohólica y drogada, tan embriagada y volada, que sea incapaz de pensar, de observar, de explorar, de descubrir... Mira a tu alrededor y verás cómo la mayoría de las mentes están así: torpes, dormidas, protegidas por «sus perturbaciones», deseando no ser molestadas ni sacudidas de su modorra.

¿Qué son esas perturbaciones?

Son sus creencias, las conclusiones a que has llegado acerca de personas y cosas, tus hábitos y tus apegos. Tus años de formación deberían haberte servido para eliminar esas «perturbaciones» y liberar tu mente. En cambio, tu sociedad y tu cultura, que han recubierto tu mente con dichas adiposidades, te han enseñado a no verlas siquiera, a refugiarte en el sueño y a dejar que otras personas -los expertos: los dirigentes políticos, culturales y religiosos- piensen por ti. De ese modo, han conseguido abrumarte con el peso de una autoridad y una tradición intangibles e incontestables.

Así pues, mira, observa, examina, explora... y tu mente se hará viva, eliminará sus «perturbaciones» y se tornará perspicaz, despierta y activa. Los muros de tu prisión se desplomarán hasta que no quede piedra sobre piedra, y tú te verás agraciado con la visión nítida y sin obstáculos de las cosas tal como son, con la experiencia directa de la realidad.

Ni una sola piedra de programación mental quedará al ser manifestada la verdad.