LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL

LA TÉCNICA DEL CAZADOR

LA SABIDURÍA DEL CUENTO ZEN

Un coleccionista de gorilas estaba ansioso por tener mas gorilas en su colección, así que se fue a África. Pronto se encontró en la cabaña de un Gran Cazador Blanco.

¿Y cuanto cobras por cada captura? le pregunto el coleccionista.

Mira le dijo el cazador, Cobro quinientos dólares para mi, quinientos dólares mas para ese pigmeo que lleva el rifle y quinientos dólares por mi perro.

El coleccionista no podía imaginarse porque el perro tenia que llevarse esos quinientos dólares, pero siendo un hombre practico razono que mil quinientos dólares era un precio justo y que le importaba poco como lo dividiera.

En el safari el Gran Cazador Blanco diviso a un gorila en lo alto de un árbol al que trepo y golpeando al gorila en la cabeza este cayo al suelo. El perro fue hacia el, hizo presa en sus testículos y lo dejo inerme. Mientras tanto el cazador descendió del árbol, acerco una caja y metió al gorila en ella.

El coleccionista estaba estupefacto. Le dijo al cazador. ¡Esto es sencillamente fantástico! ¡Nunca había visto algo así en mi vida! Con razón ganas esos quinientos dólares, y ese perro bien... ¿que puedo decir? Simplemente es terrorífico.

Pero ese pigmeo con el rifle no parece que este haciendo nada.

El cazador le dijo. No te preocupes del pigmeo, es parte de mi técnica. El se gana su dinero.

Y así siguieron cazando gorila tras gorila hasta que finalmente se encontraron con un gorila que había estado observando todo el proceso. El cazador subió al árbol y estaba a punto de darle al gorila en la cabeza cuando el gorila se giro y le dio a el primero.

Mientras el Cazador caía del árbol, le grito al pigmeo. ¡Dispara al perro, dispara al perro!

MORALEJA

Para el cazador pueden funcionar las técnicas, pero para lo espiritual no.

Un hombre que esta demasiado obsesionado con las técnicas es un hombre que no confía, un hombre que duda. No es capaz de confiar en la vida. Solamente confía en sus técnicas. La mente siempre esta orientada hacia la técnica. Lo anticipa todo, cada posibilidad. No deja un agujero en el sistema.

Un hombre espiritual no puede vivir de un modo tan planeado; no es posible. Ha de dejar muchos orificios por los que Dios pueda entrar. En realidad, si lo entiendes correctamente, un hombre espiritual es uno que no planea nada, porque, ¿Como va a planear? ¿Y cuales son nuestras facultades para planear? Somos limitados. Poseemos la pequeña luz de la inteligencia, pero es muy poca. Confiar en ella a ciegas da origen a una vida muy mediocre. Lo inmenso nunca entra en esta vida mediocre, lo infinito nunca entra en esta vida mediocre, lo inacabable nunca entra en esta vida mediocre.

El riesgo es abandonar la mente que parece nuestra única seguridad, abandonar la mente que parece ser nuestra única certeza, abandonar la mente que parece ser nuestra única arma. Y entonces, confiar en la no-mente. Llamala Dios. Confiar en la Existencia, sin confiar en uno mismo.

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