LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL
CUENTO ZEN DE HOY
El cuento zen funciona como una espada que corta el nudo de la mente. ¡Disfrútalos!
Vivio en lejanas tierras una reina muy poderosa y rica que una noche soño que se le caian todos los dientes. Asustada por lo que habia soñado, envio emisarios por todo el reino para que encontraran a un gran sabio que supiera interpretar lo que queria decir aquello. Despues de recorrer pueblos y aldeas, los emisarios dieron con un anciano que sabia interpretar lo sueños y lo condujeron a presencia de la reina.
Despues de escuchar lo que esta le conto hablo de esta manera:
Gran soberana, ¡que desgracia mas grande! Cada uno de vuestros dientes representa a un miembro de vuestra familia y que se caigan significa que esos parientes van a morir.
¡Que insolencia! grito fuera de si la reina ¿Como osas decirme tal cosa? Seguro que te has equivocado. ¡No sirves para nada!
Muy enojada, llamo a sus guardias y ordeno que encerraran al sabio en prision durante cien dias como escarmiento por su atrevimiento.
Envio de nuevo la reina a sus mensajeros para que localizasen a otro sabio que supiera interpretar sus sueños.
Despues de muchos dias, los emisarios dieron con una anciana muy sabia que vivia sola en lo alto de una lejana montaña y que sabia interpretar los sueños. Sin perdida de tiempo la llevaron a presencia de la reina.
La sabia mujer, despues de escuchar a la reina, interpreto de este modo su sueño:
Gran soberana, ¡que gran felicidad! Vuestro sueño indica que tendreis una vida muy larga. ¡Dichosa vos, que sobrevivireis a todos vuestros parientes!
La cara de la reina resplandecio llena de felicidad al oir estas palabras y, como recompensa, ordeno a uno de sus ministros que le entrega cien monedas de oro a la anciana.
Cuando el ministro le hizo entrega del premio, le comento admirado:
Anciana, aqui tienes el pago por tus servicios, aunque no lo comprendo. Tu y el otro sabio habeis interpretado el sueño de la misma forma. A el lo castigo con cien dias de prision y, sin embargo, a ti te premia con cien monedas.
La anciana lo miro sonriente y le respondio asi:
Amigo mio, no solo debes cuidar aquello que dices, sino la forma de decirlo. Comunicarse bien es de sabios. De la forma en la que hablas a tus semejantes puede depender que estalle una guerra o que reine la paz. Siempre debes decir la verdad, no lo dudes, pero cuida como la dices. La verdad se asemeja a una piedra preciosa; si la lanzas a la cara de alguien, hiere y duele, pero si la pones en un precioso estuche y la entregas como un regalo sera aceptada con agrado y alegria.
MORALEJA
Si tus palabras no son un regalo, es mejor que no las pronuncies.
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