La mujer racista
Cuento zen con moraleja
Si te vuelves consciente de la llama interior de tu ser interior, te das cuenta de que no eres una raza privilegiada, eres parte de la unidad infinita.
Cuento zen sobre el racismo
En un lugar del el tiempo, en un vuelo trasatlántico de una línea aérea tuvo lugar el siguiente suceso: A una dama la sentaron en el avión al lado de un hombre de raza negra. La mujer pidió a la azafata que la cambiara de sitio, porque no podía sentarse al lado de una persona tan desagradable.
La azafata argumentó que el vuelo estaba muy lleno, pero que iría a revisar a primera clase a ver por si acaso podría encontrar algún lugar libre. Todos los demás pasajeros observaron la escena con disgusto, no solo por el hecho en sí, sino por la posibilidad de que hubiera un sitio para la mujer en primera clase. La señora se sentía feliz y hasta triunfadora porque la iban a quitar de ese sitio y ya no estaría cerca de aquella persona.
Minutos más tarde regresó la azafata y le informó a la señora:
Discúlpeme señora, efectivamente todo el vuelo está lleno. Afortunadamente, encontré un lugar vacío en primera clase. Sin embargo, para poder hacer este tipo de cambios le tuve que pedir autorización al capitán. Él me indico que no se podía obligar a nadie a viajar al lado de una persona tan desagradable.
La señora con cara de triunfo, intentó salir de su asiento, pero la azafata en ese momento se voltea y le dice al hombre de raza negra:
¿Señor, sería usted tan amable de acompañarme a su nuevo asiento?
Todos los pasajeros del avión se pararon y ovacionaron la acción de la azafata. Ese año, la azafata y el capitán fueron premiados y gracias a esa actitud, la empresa se dio cuenta de que no le había dado demasiada importancia a la capacitación de su personal en el área de atención al cliente, la empresa hizo cambios de inmediato; desde ese momento en todas las oficinas se lee el siguiente mensaje:
Las personas pueden olvidar lo que les dijiste, pero nunca olvidarán cómo los hiciste sentir.
MORALEJA
Mucha gente no puede tolerar a una persona de otra raza. ¿Hasta cuántos pueden tolerar? ¡Hay miles de razas! Y cada raza será una ofensa. Su presencia será una molestia, una conmoción. ¿Cuántos pueden tolerar? ¿Y durante cuánto tiempo?
Para estos individuos, el mundo ya no es un lugar para convivir, se han convertido en semilleros de personas racistas y discriminatorias. Alimentan el racismo y el fanatismo que llevan a todos al desastre. Recuerda: Debes ser consciente siempre de que la espiritualidad se relaciona con la unidad y la convivencia, pero no puede relacionarse nunca con el racismo. El racismo se alimenta del odio y el odio se alimenta de sangre; y todas estas maldades siguen adelante.
La vida es una unidad orgánica. No puedes sustituir una raza porque cada raza es única, no puedes encontrar otra, la misma no puede encontrarse. La vida tiene una cualidad insustituible. Incluso una pequeña raza es única. Puedes recorrer el mundo buscando otra igual y no la encontrarás. ¿Cómo puedes reemplazarla? Esta es la diferencia entre unidad orgánica y unidad mecánica. La unidad mecánica depende de las partes; las partes son sustituibles, no son únicas. La unidad orgánica depende de la totalidad, no de las partes. Son únicas, no pueden ser sustituidas.
Cuando te vuelves consciente de la llama interior de tu ser interior, te das cuenta repentinamente de que no eres una raza privilegiada, eres parte de la unidad infinita. No hay fronteras que te separen. Todo el racismo es falso, es un limitante. Todos los límites son mentales, en la existencia no hay límites, sola hay unidad y amor.