La iluminación espiritual

La verdad sucede

Cuento Zen (204)

Maestro, lo he conseguido, dijo un discípulo de Lao Tzu. Si dices que lo has conseguido, contestó Lao Tzu, entonces, es seguro que «NO» lo has conseguido. El discípulo esperó durante meses. Entonces, un día dijo: Estabas en lo cierto, maestro. Ahora, eso se ha conseguido.

Lao Tzu le miró con gran compasión y amor, y le acarició la cabeza. Le dijo entonces: Ahora está bien. Cuéntame pues, qué ha sucedido. Me gustaría escucharlo ahora. ¿Qué ha sucedido?

Hasta el día en que dijiste «Si dices que lo has conseguido, entonces es seguro que no lo has conseguido», estaba esforzándome. Estaba haciendo todo lo que podía. Estaba intentándolo duramente. El día en que dijiste: «si dices que lo has conseguido, entonces no lo has conseguido», lo entendí. ¿Cómo puedo «yo» conseguirlo, si el «yo» es la barrera? Así que tuve que dejar que sucediera.

MORALEJA

El discípulo primero había dicho «lo he conseguido» y el maestro lo denegó. Luego, después de unos cuantos meses, un día se abrió algo en él como una explosión, así que manifestó: «eso se ha conseguido».

La verdad no es un proceso que tú puedas conseguir, es un acontecimiento. No es gradual, no necesita tiempo para producirse. La verdad solo viene cuando te encuentra en un estado de consciencia; nunca de otra forma. La consciencia deja que suceda.

Tú no puedes conquistar la verdad. Esto es una tontería; ni siquiera vale la pena pensar en ello, en que puedas conquistar la verdad. ¡La parte conquistando al todo!

La parte solo puede permitir, la parte solo puede dejarse llevar. Este dejarse llevar se dará si puedes hacer una cosa: deja de aferrarte al conocimiento, deja de aferrarte a las filosofías, deja de aferrarte a las doctrinas, a los dogmas. Deja de aferrarte a las iglesias y a las religiones organizadas, o de otra forma tendrás falsas concepciones, y estas falsas concepciones no dejarán que la verdad entre en ti.