La iluminación espiritual

La sabiduría de la naturaleza

Cuento Zen (113)

Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a su casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo. Un día vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir del capullo.

El hombre vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño orificio en el capullo, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Pareció que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del orificio del capullo para hacerlo más grande, y así fue que por fin la mariposa pudo salir.

Sin embargo, la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas. El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar el cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedió y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpo hinchado y sus alas dobladas.

Nunca pudo llegar a volar…. Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo, y la lucha requerida por la mariposa para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.

La libertad y el volar solamente podrán llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su salud y su fuerza. La lucha es necesaria en nuestra vida. La existencia nos proporcionó habilidades para salir adelante gracias a los obstáculos que se nos presentan. Y si no encontráramos obstáculos no podríamos crecer y ser tan fuertes como podemos llegar a Ser.

MORALEJA

¡Cuanta verdad hay en esto!

Cuantas veces hemos querido tomar el camino fácil para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo y la lucha. Necesitamos recordar que todo lo que sucede en nuestra vida es una lección y una oportunidad. Y que a través de nuestros esfuerzos nuestros triunfos y en ocasiones nuestras caídas, somos fortalecidos, así como el oro es refinado con el fuego.

Los cambios regidos por la naturaleza son procesos en el cual aparentemente pasas de un estado al siguiente. Corriges tus pasos anteriores equivocados caminando hacia el frente. Este proceso es de hecho incomprensible en términos intemporales, en la medida en que avanzas.

Sé paciente con los procesos de tu experiencia con la naturaleza. Con cada instante, aun cuando resulte incómodo y quieras pasar al siguiente. Sé paciente con la naturaleza errática de tu mente. Sin forzar, deja que el tiempo haga lo suyo.