LA NAVIDAD (CUENTO)

CUENTO ZEN (136)

Mi amigo está preocupado porque prometió a su hija que regresaría a casa para la Navidad.

Le dije: La Navidad no esta en un lugar sino en tu corazón. ¿Dónde vas a ir?

MORALEJA

Muchas personas han olvidado por completo lo que es o debería de ser la Navidad. Se ha convertido en un rito. La verdad es que debe ser una especie de resplandor interior, de amor hacia la vida; debe ser la búsqueda de lo extraordinario en lo ordinario, de lo irreal en lo real, debe ser la búsqueda del espíritu en el cuerpo, la búsqueda de Dios en la naturaleza, de lo invisible en lo visible.

El mensaje de Jesús es de amor y alegría. Para que festejemos, no llorando, no poniéndoles tristes aunque estemos lejos del hogar. El mensaje de Jesús es un mensaje de amor a todos, incluso para sus enemigos, porque para un hombre de tal consciencia no hay amigos ni enemigos.

La Navidad es vivir lo que el Maestro dijo y practicó: «Aprendan de mí, no vine a ser servido, sino a servir».

EN LA NAVIDAD ESTÁ LA VIDA

La palabra y el concepto distorsionan la realidad. Si de un animal que nunca habías visto, te enseñan solo la cola, no podrás saber cómo es el animal. No sabes su conjunto y, por lo tanto, ni siquiera sabrás el sentido de realidad que encierra la palabra «cola», porque, separada de su conjunto, pierde su realidad global que le da sentido.

La palabra Navidad crea, en nosotros, una serie de emociones y sentimientos que nada tienen que ver con la realidad. En la naturaleza no existe la Navidad. La Navidad está programada en la mente.

Todo es ilusión de una palabra que crea unos conceptos y unas emociones. De igual manera, en la práctica, la religión no existe, puesto que en la realidad no la constituyen más que un conjunto de palabras y conceptos.

¿Qué tiene que ver la palabra «Navidad» con la realidad?

Nos hemos olvidado de la realidad, con la sustancia que la palabra trata de indicar, y nos hemos quedado con la palabra. Lo que importa no es la palabra, ni el concepto, ni los símbolos. Todos los símbolos son imprecisos, y lo importante es que ellos solo nos sirvan para ponernos en contacto con la realidad que esconden.


DEFINICIONES DEL ZEN


El zen es una tradición ancestral que nació en la India y se expandió por China y Japón. Su propósito es lograr la iluminación, el estado de completa sintonía con la realidad tal cual es.

El zen no se basa en escrituras sagradas, rituales o ceremonias, sino en la meditación, el silencio y la conciencia plena.

El zen no busca dar soluciones, sino generar preguntas, cuestionar las creencias y los prejuicios, liberar la mente de las ataduras del ego y las ilusiones.

El zen utiliza las historias como un recurso para transmitir su esencia, pero no son historias ordinarias, sino historias que violan las reglas, que desafían la lógica, que asombran y desconciertan. Son historias que apuntan a lo esencial, lo que no se puede expresar ni pensar.

Las historias zen no son para entenderlas, sino para vivirlas, para dejarse impresionar por ellas, para despertar con ellas. Las historias zen son como dedos que indican la luna, pero no son la luna.

El maestro zen cuenta las historias con elegancia y humor, sin querer imponer nada, sino solo compartir su visión. El discípulo zen escucha las historias con interés y apertura, sin intentar analizarlas o juzgarlas, sino solo dejarse llevar por ellas.

Las historias zen son como semillas que se plantan en el corazón del oyente, y que pueden germinar en cualquier momento, dando frutos de sabiduría y compasión.

Las historias zen son un obsequio, una invitación a la aventura, una puerta abierta a lo desconocido.

En este blog te presentamos algunas de las historias zen más famosas y fascinantes, acompañadas de comentarios y reflexiones que te ayudarán a profundizar en su significado. Te invitamos a leerlas con calma y curiosidad, sin prisas ni expectativas, solo con la disposición a sorprenderte y aprender.

Esperamos que estas historias te inspiren y te acompañen en tu camino hacia la iluminación.