La iluminación espiritual

La fábula del colibrí

Cuento Zen (163)

Cuenta la leyenda que un día hubo un incendio enorme en el bosque. Todos los animales huían despavoridos, pues era un fuego terrible.

De pronto, el jaguar vio pasar por sobre su cabeza al colibrí en dirección contraria, es decir, hacia el fuego. Le extrañó sobremanera, pero no quiso detenerse. Al instante, lo vio pasar de nuevo, esta vez en su misma dirección. Pudo observar este ir y venir repetidas veces, hasta que decidió preguntar al pajarillo, pues le parecía un comportamiento harto estrafalario:

¿Qué haces colibrí?, le preguntó

Voy al lago – respondió el colibrí– tomo agua con el pico y la echo al fuego para apagar el incendio.

El jaguar sonrió.

¿Estás loco? – le dijo. ¿Crees que vas a conseguir apagarlo con tu pequeño pico tú solo? No – respondió el colibrí – yo sé que solo no puedo, pero ese bosque es mi hogar... Me alimenta, me da cobijo a mí y a mi familia, y le estoy agradecido por eso, yo lo ayudo a crecer polinizando sus flores. Yo soy parte de él y él es parte de mí. Yo sé que solo no puedo apagarlo, pero tengo que hacer mi parte.

En ese momento, los espíritus del bosque que escuchaban al colibrí, se sintieron conmovidos por la pequeña ave y su devoción hacia el bosque y unidos enviaron un fuerte chaparrón, que terminó con el incendio.

Las abuelas indias contaban esta historia a sus nietos concluyendo:

¿Quieres atraer los milagros a tu vida?... ¡Haz tu parte!

MORALEJA

¿Quieren que nuestro mundo se mantenga en paz y libertad?

¡HAGAN SU PARTE!

Porque el planeta es nuestro hogar, donde hemos crecido, nos hemos desarrollado, donde viven nuestras familias, que hay que defender y luchar por ellas.

Si quieren que algo salga adelante y progrese...

¡HAGAN SU PARTE!

Cuando tengamos la paz, tendremos una oportunidad de salvar el planeta. Pero si no estamos unidos por la paz, si no practicamos una hermandad responsable, no podemos salvar nuestro planeta.

Porque donde dos o tres están unidos en el nombre de la paz, la paz estará en medio de ellos.

Recuerden: Cuando un hombre ha alcanzado la unión con todo, ser uno con la existencia. No vuelve a nacer, alcanza la paz eterna.