LA SABIDURÍA DEL CUENTO ZEN
Una leyenda de los Upanishads sobre Dios.
Los Upanishads son enseñanzas sagradas de la India.
El sabio padre enseño a su hijo a descubrir al Uno o a Dios tras la apariencia de lo múltiple. Y lo hizo valiéndose de parábolas como la siguiente:
Un día le ordeno a su hijo: Pon toda esta sal en agua y vuelve a verme por la mañana.
El muchacho hizo lo que se le había ordenado, y al día siguiente le dijo su padre: Por favor, traeme la sal que ayer pusiste en el agua.
No encuentro la sal, dijo el muchacho. Se ha disuelto.
Prueba el agua de esta parte del plato, le dijo el padre. ¿A que sabe? A sal.
Prueba ahora de la parte del centro. ¿A que sabe? A sal.
Ahora prueba del otro lado del plato. ¿A que sabe? A sal.
Arroja al suelo el contenido del plato, dijo el padre.
Así lo hizo el muchacho, y observo que, una vez evaporada el agua, reaparecía la sal.
Entonces le dijo su padre: Tu no puedes ver a Dios aquí, hijo mío, pero de hecho esta aquí, en consecuencia, si no lo ves, no significa que no exista.
MORALEJA
La iluminación es descubrir que no hay nada que descubrir. La iluminación es saber que no hay ningún sitio al que ir. La iluminación es comprender que esto es todo, que esto es perfecto, que esto es ello. La iluminación no es un logro, es comprender que no hay nada que alcanzar, ningún sitio al que ir. Ya estas ahí, nunca te has alejado. No puedes alejarte de ello. Dios nunca ha estado perdido. Tal vez tu no puedas ver a Dios y quizás te hayas olvidado, eso es todo. Tal vez te hayas quedado dormido, pero eso es todo. Tal vez te hayas perdido en muchos sueños, pero eso es todo, porque tu estas ahí. Dios es tu propio ser.
Cuando Cristo declara: «Soy Dios», simplemente esta diciéndote: «Tu eres Dios. ¡Mira! Tengo el coraje de declararlo. Tu también puedes participar. Miralo desde este punto de vista. Soy tan de carne y hueso como tu, soy cuerpo tanto como tu». No hay nada especial en Cristo; lo único especial es su valentía. De otro modo es como tu. Cristo es como tu; la única diferencia es que Cristo se respeto a si mismo, y tu no te respetas; Cristo se amo, y tu no te amas.
Tal vez Cristo no quiere que te conviertas en un iluminado. ¡Mas bien declara que estas iluminado! Pero no tienes la suficiente valentía; dices: ¿Como puedo estar iluminado? Tengo que esperar. Algún día me iluminare. Eres tan cobarde que necesitas tiempo incluso para reconocer tu divinidad. Te has censurado tanto a ti mismo que no puedes concebir que puedas ser Dios, y por ello tampoco puedes entender que Buda pueda ser Dios, o que Cristo pueda ser Dios.