Los hijos talentosos

Cuento zen con moraleja

El mejor regalo que puedes dar a tus hijos es ayudarles a encontrar y desarrollar su talento. Debemos trabajar con los niños cuando algo los apasiona.

Imagen del cuento: Los hijos talentosos

Cuento zen sobre el talento

Maestro, tengo un problema con mi hijo. Me trajo las notas del colegio, una alta calificación en dibujo y una pésima calificación en matemáticas.

¿Qué harás? Dijo el maestro.

¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas!

Necio, ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo.

MORALEJA

Todos servimos para algo, pero no todos servimos para lo mismo.

El mejor regalo que puedes dar a tus hijos es ayudarles a encontrar y desarrollar su talento y cualidades ocultas. Es una de las cosas debemos trabajar activamente con los niños cuando algo los apasiona.

Si terminas trabajando en algo que te encanta hacer y qué haces bien, no solamente serás feliz, si no es muy probable que tendrás éxito con estas actividades, ya que, pondrás tu corazón y tu alma en ello. Hacer cosas que te apasionan, te abre muchas puertas.

La meditación te hará esencialmente rico al proporcionarte el mundo de tu ser interior; y también relativamente rico, porque liberará los poderes de tu mente en cualquiera que sea el talento que tengas. Todo el mundo ha nacido con un determinado talento, y hasta que uno no viva ese talento en toda su plenitud, algo en él quedará insatisfecho. Seguirá sintiendo que falta algo que debería estar ahí.

Dale un descanso a la mente para que tu talento fluya ¡y lo necesita! Y es tan sencillo: simplemente conviértete en su testigo. Y te dará el talento y el silencio. Poco a poco, la mente empieza a aprender a estar en silencio. Y una vez que sabe que estando en silencio se hace más fuerte, entonces sus palabras no son solo palabras; tienen una validez, una riqueza y una cualidad talentosa que nunca antes habían tenido; tanto, que van directas, como flechas. Traspasan las barreras lógicas y alcanzan el corazón de lleno.

La mente es un buen sirviente de inmenso poder para lo que te apasiona en las manos del silencio. Entonces el ser es el maestro, y el maestro puede utilizar la mente cuando de dibujar se trate y puede apagarla cuando de matemáticas se trate.