La fotografía

Cuento zen con moraleja

Una fotografía es estática. Permanece como es, nunca cambia. La mente inconsciente funciona como una cámara, funciona como una placa fotográfica.

Imagen del cuento: La fotografía

Cuento zen sobre la mente inconsciente

Una mujer estaba mostrando el álbum familiar a su hijo, y llegaron a la fotografía de un hombre muy guapo: cabello largo, barba, muy joven, lleno de vida.

Mamá, ¿quién es ese hombre?, preguntó el niño.

¿No le reconoces? Es tu papá, dijo la mujer.

Si ese es mi papá, entonces ¿Quién es ese hombre calvo que vive con nosotros?, dijo el niño que parecía perplejo.

MORALEJA

Una fotografía es estática. Permanece como es, nunca cambia. La mente inconsciente funciona como una cámara, funciona como una placa fotográfica.

Una fotografía es una cosa muerta. La cámara, la placa fotográfica, sólo capta un fenómeno estático y la vida nunca es estática, va cambiando. Tu mente funciona como una cámara, va coleccionando imágenes; es un álbum. Y luego, desde esas imágenes, reaccionas. Por eso no eres fiel a la vida, porque hagas lo que hagas te equivocarás; y repito, hagas lo que hagas te equivocarás. Nunca será lo correcto.

La mente observadora, la mente meditativa, funciona como un espejo. No atrapa la impresión; se queda completamente vacía, siempre vacía. Lo que se pone enfrente del espejo, se refleja. Si estás delante del espejo, re refleja. Si te vas, no podrás decir que el espejo traiciona. El espejo es simplemente un espejo. Cuando te has ido, no te refleja; ya no tiene obligación de reflejarte. Si se mira otro, reflejará a otro. Si no hay nadie, no reflejará nada. Es siempre fiel a la vida.

La placa fotográfica nunca es fiel a la vida. Aunque te hagan una fotografía ahora mismo, cuando el fotógrafo la haya sacado de la cámara, ¡ya no serás el mismo! Mucha agua habrá bajado por los ríos. Has crecido, cambiado, te has hecho más viejo. Puede que sólo haya pasado un minuto, pero un minuto puede ser una cosa muy importante ¡puedes morir! Solo hace un minuto estabas vivo; un minuto después puedes estar muerto. La fotografía nunca morirá.

Pero en el espejo, si estás vivo, estás vivo; si estás muerto, estás muerto.

Buda dice: Aprende a sentarte en silencio; conviértete en un espejo. El silencio hace de tu consciencia un espejo, luego funcionas momento a momento. Refleja vida. No vas cargando un álbum sobre tu cabeza. Tus ojos son limpios e inocentes, tienes claridad, tienes visión, y nunca le eres infiel a la vida.

Esto es vivir auténticamente.