El estúpido ritual del gato
Cuento zen con moraleja
El estúpido ritual del gato es un cuento que enseña que los rituales pueden convertirse en creencias absurdas que se traspasan de generación a generación.
Cuento zen sobre los rituales
El maestro de zen y sus discípulos comenzaron su meditación de la tarde.
El gato que vivía en el monasterio hacía tanto ruido que distrajo los monjes de su práctica, así que el maestro dio órdenes atar al gato durante toda la práctica de la tarde.
Cuando el profesor murió años más tarde, el gato continuó siendo atado durante la sesión de meditación. Y cuando, a la larga, el gato murió, otro gato fue traído al monasterio y siendo atado durante las sesiones de práctica.
Siglos más tarde, eruditos descendientes del maestro de zen escribieron tratados sobre la significación espiritual de atar un gato para la práctica de la meditación.
MORALEJA
Los rituales que nacen accidentalmente pueden convertirse en creencias absurdas que se traspasan de generación a generación.
Vivir bajo la sombra de los rituales no es bueno, todos son destructivos. Los rituales han destruido casi todas las posibilidades de felicidad en millones de personas; y todo por cosas banales.
La meditación tiene un elevado valor de la vida. No debería ser reducido a estúpidos rituales.
Así que, cuando estés meditando, recuerda: todos los rituales son falsos; son sólo programaciones culturales. El propósito de la meditación no es encarcelaros y ataros a rituales y creencias; su propósito es ayudaros a crecer. Pero el crecimiento no necesita de rituales y de concentración; y en el pasado, todas las culturas han olvidado que la meditación muere por medio de la concentración y de los rituales.
Recuerden: La concentración siempre es un estrechamiento de la consciencia. Cuanto más estrecha, llegue a ser, más poderosa será. Es como una espada capaz de cortar cualquier secreto de la naturaleza: tienes que ser inconsciente de todo lo demás. Pero eso no es espiritualidad. Mucha gente lo ha malentendido; no solo en Occidente, sino también en Oriente. Se cree que la concentración es espiritualidad. Te da enormes poderes, pero esos poderes pertenecen a la mente y no a tu espíritu.
Así que primero tienes que entender que la meditación, no es de la mente, no es concentración y mucho menos un ritual. La meditación es un medio para acabar con la mente, para despedirse de la mente. La meditación significa salir de la mente. La meditación significa apartarse de la mente. La meditación significa la cesación de la mente. La meditación significa apartarse de donde reina la confusión. Al apartarnos de la confusión, la confusión se aquieta, pues lo que la crea es nuestra propia presencia. Si nos apartamos, deja de existir.