La iluminación espiritual

David y la derrota de Goliat

Cuento Zen (179)

La historia bíblica cuenta que era un joven israelita humilde, pero de mucha personalidad, que se dedicaba principalmente a cuidar el rebaño de su padre. Era conocido por el arte de tocar el arpa, lo que lo había llevado hasta el Rey, quien quedó prendado por las cualidades de David.

Mientras que Goliat, guerrero de los filisteos que aparentaba poderoso e invencible, era un gigante engreído que presumía con soberbia su supuesta superioridad, vestía armaduras y armas de bronce. Este desafió a los israelitas diciéndoles Escojan un hombre que pueda pelear conmigo. Si es más fuerte que yo y me mata, nosotros, los filisteos, seremos sus esclavos; si yo soy más fuerte y lo mato, entonces ustedes serán nuestros esclavos y nos servirán.

Al oír esto, el Rey Saúl y todo Israel quedaron asombrados y asustados. Goliat insultó y desafió al Pueblo durante cuarenta días sin que nadie se atreviera a enfrentarlo, pues todos le tenían miedo y evitaban estar en su presencia.

¡David, pequeño y sin armaduras, pero con la fuerza de la Fe y la convicción de que lo único que puede vencernos es el miedo, reaccionó ante la humillación de su pueblo y le dijo al Rey Saúl No hay porque tenerle miedo a ese! Yo, tu siervo, iré a pelear con ese filisteo.

Aunque el Rey Saúl dispuso que armaran a David con sus propios vestidos, le puso un casco de bronce en la cabeza y le cubrió con una coraza, David prefirió luchar con los recursos sencillos que eran conocidos para él: Su honda y cinco piedrecitas cuidadosamente escogidas.

Cuando Goliat fue acercándose a David, burlándose de su sencillez y su aparente pequeñez, David se apresuró hacia delante, tomó una de sus piedras, la colocó en su honda y la lanzó con gran fuerza golpeando en medio de la frente al guerrero filisteo, lo que fue suficiente para que cayera al suelo.

MORALEJA

¿Qué cualidades tenía David, para derrotar a Goliat?

Seguridad en sí mismo. Era muy valiente y decidido. No se dejaba intimidar por las palabras ni la presencia imponente de su enemigo. Aunque Goliat lo despreció y se burlaba de él por ser pequeño, humilde y desprovisto de la vestidura de un guerrero, David se concentró en su fuerza interior y en su objetivo.

No tenía miedo. Ya se había enfrentado a leones y osos, en defensa de las ovejas de su padre, por lo que se sentía entrenado para luchar.

El llamado de esta historia es a que no tengas miedo...

El miedo es parte de la mente. La mente es cobarde, y tiene que ser cobarde porque no tiene ninguna sustancia: está hueca y vacía, y tiene miedo de todo. Y básicamente tiene miedo de que algún día te des cuenta de ello. ¡Eso realmente sería el fin del mundo!

Su miedo básico no es el fin del mundo, sino el hecho de que te hagas consciente, que entres en un estado de meditación en el que la mente tenga que desaparecer. Debido a ese miedo, la mente mantiene a la gente alejada de la meditación, les hace enemigos de gente que está intentando que se extienda la meditación, alguna forma de consciencia y observación.

Puede que no sean conscientes de ello, pero su mente realmente tiene miedo de acercarse a algo que pueda producir más consciencia. Eso sería el principio del fin para la mente. Eso sería su muerte.

Pero tú no debes tener miedo. La muerte de la mente será tu renacimiento, el principio de la verdadera vida. Deberías estar contento, deberías alegrarte de que la mente muera, porque nada puede darte más libertad. Ninguna otra cosa puede darte alas para volar en el cielo; ninguna otra cosa puede hacer que todo el cielo sea tuyo.

La mente es una prisión.