Corazón y alma inteligente

Usted tiene corazón inteligente y cultiva la inteligencia emocional, cuando maneja sus emociones y las de los demás. Para lograrlo elija conocerse.

GONZALO GALLO

LAS EMOCIONES DEL ALMA

Usted tiene un corazón inteligente y cultiva la inteligencia emocional, cuando maneja sus emociones y las de los demás. Para lograrlo elija conocerse sin subterfugios, controlarse, y será capaz de reaccionar con serenidad y eficacia en las crisis y ante los retos. Gana todo si su actitud no es de ira o desespero y asume las crisis de un modo inteligente, creativo y conciliador.

Algunos nacen con talentos que les permiten relacionarse bien con los demás, aunque no se destacan por su inteligencia, sus conocimientos o sus títulos.

Sin embargo, cualquiera puede aprender a actuar con autodominio, influir en los otros y ser capaz de enfrentar contratiempos, superar obstáculos y ver las dificultades con

ánimo positivo. Hoy en día las empresas valoran más al que brilla por su inteligencia emocional, que al que sabe mucho de un tema y poco de la vida y las relaciones.

Por eso es tan importante conocer y manejar sus propios sentimientos, interpretar o enfrentar los sentimientos ajenos, sentirse satisfecho, ser eficaz en la vida y cultivar hábitos sanos.

Por lo mismo, dedíquese a lograr estas cualidades: autoconfianza, motivación y persistencia en los proyectos, resistencia a las frustraciones, control de los impulsos, buen humor, empatía y un manejo del estrés.

Richard Boyatzis de la Escuela de Administración, en la Case Western Reserve University, realizó hace años un estudio con más de 2.000 supervisores, gerentes del nivel medio y ejecutivos de 12 organizaciones diferentes. De las 16 habilidades que distinguían a las estrellas de los mediocres, todas eran aptitudes emocionales, menos dos. Por eso, si usted quiere tener un éxito integral debe utilizar las emociones de forma inteligente: lograr que sus emociones trabajen en beneficio propio, y ser capaz de controlar su conducta y sus pensamientos para obtener mejores resultados. Las emociones definen quiénes somos desde el punto de vista de nuestra propia mente y desde la perspectiva de los demás. Piénselo bien y verá que no hay nada más valioso que entender lo qué lo pone feliz o enojado, lo entristece, le despierta el miedo, lo inspira o lo deleita.

Tenga en cuenta que no es sano sofocar las emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas. En lugar de negar o reprimir los verdaderos sentimientos, manéjelos con amor, deje que fluya y aprenda de ellos. En efecto, un estado de ánimo 'malo' puede ser útil: el enojo, la tristeza y el miedo pueden ser una intensa fuente de motivación, y llevarlo a corregir una situación adversa o injusta.

La tristeza compartida suele unir a la gente y cierto grado de ansiedad puede acicatear su espíritu creativo. Las emociones le dan información valiosa sobre usted mismo, los otros y las situaciones. Si actuó de mal humor con un compañero mire si se siente abrumado por un exceso de trabajo, si está frustrado ante un hecho y busque otras estrategias. Quien saca tiempo para relajarse y se cultiva espiritualmente hace grandes avances, actúa con un corazón inteligente y puede amar la vida con avidez.