La iluminación espiritual

Que la sociedad no te cambie a ti

POR: JEBUNA

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EL PODER DE LA SOCIEDAD

Cambia tú, que la sociedad no te cambie a ti.

La sociedad es la trampa perfecta para esclavizar el ser e impedirle que despierte. Si la sociedad no cambia, es difícil que alguien cambie espontáneamente. El condicionamiento cultural tiene de la ternilla a todo aquel que se deja seducir por creencias predicadas en templos de piedra que precisamente están hechos con ese fin, para engañarte. El único templo de la verdad donde fluye todo, está en tu interior. Lo puedes llevar a todas partes y es gratuito.

El ser no cambia porque la sociedad le creo la necesidad de una religión, de ir a un templo frío para confundirlo, para hacerle creer que ahí está la verdadera religión, lo programaron desde niño. Es un espejismo que ha hipnotizado a los cándidos a través de la historia. ¿El ser puede cambiar? No, definitivamente no. Mientras dependa y haga parte del engranaje social seguirá dormido sin darse cuenta en el infortunio que esta.

Cuando se está en una irrealidad social es difícil que la fantasía se convierta en algo personal. El ser no puedes alcanzar la iluminación espiritual con alguien más, el espíritu solo puede tener un mentor su interior que guie hacia la verdad porque el interior de cada ser tiene reserva del sumario que solo puede ser leída por su natural dueño. ¿Quieres cambiar? Libérate, ve por todo, déjalo todo. Despierta a tu propia realidad para que germine la transformación.

La sociedad, la masa, la muchedumbre, es esclava y desdichada. Todo ser que pertenezca a ella, será esclavo y desdichado. El jardín es bello porque cada flor es independiente. Una sociedad de luz está poblada por seres que han alcanzado su realización personal, se trasformaron desde su interior, florecieron con brillo propio. Los dormidos son trasformados por la sociedad. El despierto es trasformado desde su interior.

La humanidad está en el abismo. La sociedad es un monstruo de mil cabezas en una paradoja sin fin. Si la sociedad cambia, los idiotas cambian. Si el sensato cambia, la sociedad cambia. La sociedad debe ser el producto de sus habitantes, no que sus habitantes sean el producto de la sociedad. Cambia tú, que la sociedad no te cambie a ti.


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