Apasionarse y explorar
Ánimo, pasa de la falsa zona de confort a la mágica de la exploración. Los expertos enseñan que debes vivir alerta en una de aprendizaje y creativa.
GONZALO GALLO
TENER PASIÓN Y SABER EXPLORAR
El explorador noruego Roald Amundsen llegó al Polo Sur en diciembre de 1911, después de un fatigoso viaje. Es obvio que no logró esa hazaña debido a su buena suerte, como piensan los seres mediocres o facilistas. Tenía la experiencia de otras expediciones; buen estado físico, gracias al deporte, y era muy hábil en técnicas de supervivencia. Es valioso acercarse a seres como Amundsen, porque se aprende de ellos a tener coraje, una firme confianza y a explorar.
Roald Amundsen
Buscar, indagar, atreverse y salir de una falsa zona de confort son actitudes que te llevan a la gloria y te mantienen con amor a tí mismo y a la vida. Decide sintonizar con tu niño interior y explora, asómbrate, y crea, cómo lo hacen los pequeños. Cuando una persona o empresa dejan de explorar, se duermen y lo que sigue son problemas y bajones, como al parecer le sucede ahora a Apple. Amundsen tenía pasión y en 1926 también arribó al Polo Norte en un dirigible.
Un buen espejo de lo que es tener pasión y saber explorar para crear lo tienes en Fernando de Magallanes. El 21 de octubre de 1520, este viajero incansable llegó al estrecho que lleva hoy su nombre en el sur. Así pudo llegar a un ‘océano de aguas tranquilas’ que después se llamó océano Pacífico. El osado y curtido navegante portugués, que estaba lisiado, lloró de emoción al ver ese nuevo océano. Luego, bordeó la costa de Chile y viró al noroeste hacia las islas Marianas, que llamó ‘islas de los ladrones’.
Magallanes siguió explorando y llegó al archipiélago que hoy es Filipinas. Allí lo mataron unos indígenas. Por eso no pudo culminar la vuelta al mundo, pero pasó a la historia por su arrojo, sus hallazgos y peripecias: viajó con escasez de agua, sin provisiones frescas y con muchos enfermos de escorbuto, ‘comían incluso cuero reblandecido y serrín’. Magallanes tenía un coraje superlativo, creía en sí mismo y no se arredraba ante los obstáculos. Esas son las cualidades de un buen líder, de un empresario exitoso y de los triunfadores.
La pasión es el motor de las grandes obras y puedes esperar lo mejor si enriqueces esa actitud con una gran apertura al cambio, fuera de esa mal llamada zona de comodidad que, a la larga, te adormece y paraliza. Los expertos enseñan que debes vivir alerta en una zona de aprendizaje y también en un área mágica, que es la de lo nuevo, la creativa.
Todos somos creativos si liberamos la imaginación, y un buen ejercicio para que descubras tu poder creativo es este: siéntate en un lugar tranquilo, y en una hoja pon estas tres palabras: ‘que tal si…’, y pinta un bombillo al lado, ya que ese símbolo le ayuda al hemisferio cerebral derecho a explorar. Escribe luego estos verbos: cuestionar, renovar, suprimir, asociar, aprender de otros, recuperar, desaprender.
Aplícalos a tu vida y trabajo con la pasión y las ganas del principiante: qué suprimo, qué cambio, qué renuevo. Escribe todas las ideas que te lleguen y te sorprenderás con el resultado.
Ánimo, pasa de la falsa zona de confort a la mágica de la exploración.