La iluminación espiritual

La unidad nos hace cósmicos

PATROCINIO NAVARRO

Imagen; La unidad nos hace cósmicos; Patrocinio Navarro

BUSCANDO LA UNIDAD

El sentimiento de unidad nos hace cósmicos y, por tanto, nos hace libres, abiertos, receptivos, al contrario que el sentimiento de división y extrañamiento, tan propia del intelecto, que nos ata y limita. Cuando sucede esto, podemos hacernos conscientes de que la mente ordinaria está anclada en ego y fragmentación. Así difícilmente nuestro cerebro llegará nunca al cien por cien. Y esto sin contar el efecto de prejuicios de todo tipo, ignorancia, imposiciones y manipulaciones culturales propias de la respectiva civilización en que nos hallemos. Este es un tema importante. Ocupa desde milenios a místicos, sabios, artistas, sacerdotes, monjes, astrólogos, filósofos, de todas las culturas, religiones y países.

A través de la meditación, la oración, la disciplina, y el estudio profundo de las leyes del Cosmos, se nos han dado a conocer aspectos de la verdad que no hubiéramos podido suponer... Todos ellos nos marcan caminos, pero cada uno tiene que recorrer el suyo para llegar al interior de su conciencia y abrir el baúl del subconsciente para descubrir quién es cada uno en realidad, muy lejos en ocasiones de aquel que cree ser.

Mientras tanto, está muy lejos de existir una demanda social de cerebros a pleno rendimiento. No hay más que observar los gastos en educación de los gobiernos. No es un hombre sabio lo que se necesita, no es un hombre integralmente desarrollado, sino un cerebro instruido y adiestrado convenientemente para hacer y obedecer en asuntos concretos relacionados con el sistema de producción que nos atenaza. No es un tipo sensible, sino un tipo frío y egocéntrico lo que se nos ofrece como modelo. Pero esta sociedad que hemos creado entre todos basada en tal modo de pensar acaba volviéndose contra nuestra propia evolución. Hemos creado un monstruo.

Nos encontramos al principio del tercer milenio, tenemos puesta en jaque a la vida en este Planeta y al Planeta mismo como entidad biológica y nos hemos dotado de unos sistemas sociales y políticos que se han quedado obsoletos ante las nuevas necesidades surgidas a raíz del cambio tecnológico tan acelerado y destructor en que nos hallamos inmersos y los cambios de forma de pensar el mundo consecuencia de ese salto tecnológico. Hasta ahora no hemos conseguido erradicar la guerra, ni el hambre, ni la enfermedad, ni el sentimiento de destrucción y autodestrucción, y sin embargo, nos atrevemos a incluirnos en los titulares de especie inteligente, naciones libres, sociedades civilizadas, y otros adjetivos increíbles para cualquiera que pudiera observar desde otro planeta cómo se vive y se muere en este. Somos, en fin, una civilización deplorable, fallida, formada por gentes mediocres, limitadas y de conductas egocéntricas, empezando por los más altos representantes de esta civilización: todos los personajes y personajillos que dirigen este mundo.

Si utilizando una parte mínima de nuestra capacidad cerebral hemos sido capaces de crearnos tal cantidad de problemas derivados de nuestra forma de ver el mundo, ¿qué sería si nos dedicásemos a ampliar nuestras facultades en dirección a una conciencia - la nuestra- liberada del ego y sus limitaciones y con el objetivo del bien común considerado como propio?¿Cómo sería si fuéramos capaces de positivar nuestras energías y dirigirlas hacia la creatividad, la convivencia cooperadora y la buena relación con la Naturaleza y las leyes espirituales?


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