La iluminación espiritual

Un mundo que se asfixia

POR: PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Un mundo que se asfixia; Patrocinio Navarro

CAPITALISMO DEPREDADOR

Vivimos unos días extraordinariamente importantes para la humanidad; vivimos días de urgencias y de imprescindibles tomas de decisiones fundamentales para la supervivencia del género humano y del resto de las especies vivas hermanas. El Planeta Tierra ha sido envenenado y lo sigue siendo a diario sin posible acuerdo alguno en sentido contrario entre los responsables industriales y sus representantes políticos por más cumbres que hagan. Prefieren seguir emitiendo unos y legalizando otros el continuo vertido de toda clase de tóxicos en ríos, mares, campos, y en la atmósfera. Prefieren seguir permitiendo unos, y realizando otros, extensas talas de árboles en todos los bosques, arrasando así las fábricas de oxígeno del Globo del mismo modo que por la contaminación marina se arrasan las algas con que se complementa la fabricación del oxígeno mundial.

Así que existe una lenta disminución del nivel de oxígeno por metro cúbico de aire. Prefieren seguir los mismos de siempre enriqueciéndose unos y legalizando otros las mil maneras de saquear, generar pobreza y matar en los países que les convenga y con la excusa que les parezca. Y el mundo calla en su inmensa mayoría, sin pensar que ese silencio equivale a admitir su lento suicidio. Solo hablan los pocos, los concienciados. Los demás confían en que antes o después los envenenadores y sus representantes serán capaces de detener el gigantesco deterioro que provocan. Esperan confiados sin saber lo lejos que están de ver las cosas como son en verdad, porque las cosas como son en verdad, hay que decirlo, son tan dramáticas que no caben medias tintas: o se miran de frente y se está al lado del Planeta y de la supervivencia, o se está del lado de los envenenadores por activa o por pasiva. No hay más.

Mirar de frente supone analizar para tener claro sin prejuicios, violencia, ni fanatismo de ningún tipo, lo que ha conducido a esta dramática situación para atajarla o reparar el daño en la medida que nos sea posible. El daño es tan amplio que conviene mirarlo como se miran las caras del un poliedro. Cada una pertenece al mismo cuerpo geométrico, pero cada una puede tener su propio color y su propio mensaje. Así ocurre con las causas del desastre ecológico mundial. Unas son económicas (léase capitalismo depredador), otras son políticas (léase neoliberalismo, democracias corruptas, falsas revoluciones o fascismos), otras morales (léase desmovilización moral), otras religiosas ( léase Iglesias), y otras, en fin, producto de análisis científicos, filosóficos, culturales, hijos de concepciones caducas del mundo basadas en un racionalismo y un materialismo ampliamente superados por millones de experiencias más allá de lo intelectual y por los avances de las ciencias físicas a partir de la teoría de la relatividad y la física cuántica.

Poliedro

Ver el mundo como un poliedro (un poliedro que va a sacudirse prontamente por su cuenta los venenos con que se le agrede y las construcciones de este mundo absurdo) supone negar la fragmentación, el individualismo, la noción de la vida entendida como parcelas separadas con que los manipuladores de la realidad, tan afines a los envenenadores, pretenden mostrarla a los incautos.

Conceptos como política, economía, realidad, materia, espiritualidad, Dios, cultura, mente, alma, vida, muerte, reencarnación, cosmos, karma y otros, deben ser revisados y puestos al día, Ya han servido demasiado tiempo a los que destruyen el Planeta y dominan el mundo.. Ha llegado la hora de mostrar sus miserias y el modo cómo han contribuido a deteriorar la vida en la Tierra, y a configurar esto que llamamos el mundo cuando nos referimos a cómo van las cosas en él.

Pero tampoco podemos olvidar que nosotros formamos esto que llamamos el mundo; que nuestros pensamientos, sentimientos y acciones son sus autores. Así que también es hora de ver cuál es la parte de cada uno en este drama mundial y con qué herramientas cuenta nuestra conciencia para dar la vuelta en medio de la bancarrota mundial. Porque ahora tenemos que hablar de la conciencia y saber de parte de quién está. La conciencia no puede esperar más: es su turno.


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