La iluminación espiritual

Superar el síndrome del suicidio

POR: RINCHEN GYALTSEN

Imagen; Superar el síndrome del suicidio; Rinchen Gyaltsen

SUICIDIO ESPIRITUAL

Como logras superar el síndrome del suicidio espiritual.

Es un suicidio espiritual si no distingues entre el sueño y la realidad, y si no puedes ver la diferencia entre ambos, te encontraras en gran peligro.

Toda una vida de disciplina, un gran esfuerzo de meditación, ¿y el resultado es que no eres? ¡Ese resultado no parece merecer la pena! Al menos sin meditación, sin disciplina, tienes la sensación de ser. Puede estar equivocado, pero al menos no te sientes hueco y vacío. ¿Cómo vas a vivir sabiendo que no eres? De la nada no pueden provenir el amor, la compasión, no hay posibilidad de ninguna cosa. De la nada solo proviene la nada.

El suicidio espiritual; es mucho más peligroso que el suicidio ordinario, porque con el suicidio ordinario sobrevivirás, tomarás una nueva forma, un nuevo nacimiento.

El suicidio espiritual significa que un hombre ha llegado a comprender que no solamente esta vida es fútil, sino que la vida como tal es fútil. Entonces él empieza a pensar en cómo liberarse del renacer una y otra vez, de cómo liberarse de entrar en el túnel corporal y de ser encerrado y encapsulado. Entonces él empieza a pensar en cómo permanecer absolutamente libre sin forma alguna saltándose los protocolos kármicos.

Pero todas las idolatrías no han hecho más que enseñar el suicidio espiritual. Todas son contrarias a la vida y si eres contrario a la vida, desde luego tu única actitud es seguir reprimiendo tus deseos y anhelos naturales.

Veamos que nos enseña el Lama Rinchen Gyaltsen sobre el suicidio espiritual...

SÍNDROME DEL SUICIDIO ESPIRITUAL

Qué es el síndrome del suicidio espiritual y como superarlo.

La práctica espiritual impresiona. Hay tanto por aprender, tanto que meditar y tanto que transformar que a veces resulta abrumadora. Nos pasa a todos. Entonces corremos el riesgo de caer en la auto exigencia tóxica y obsesionarnos con lograr resultados. En pocas palabras: padecemos el síndrome del suicidio espiritual.

QUÉ ES EL SÍNDROME DEL SUICIDIO ESPIRITUAL

Nuestro objetivo es tener y mantener un interés sano hacia la práctica espiritual. La motivación es un ingrediente indispensable para tener éxito en ella, porque nos energiza y evita que nos estanquemos. El síndrome del suicidio espiritual es una perversión de este interés y consiste en intentar ser y hacer más de lo que podemos. Pero, como tenemos límites, esa actitud solo garantiza nuestra frustración y fracaso. Nos estrellamos.

Volverse un suicidio espiritual es un mecanismo de defensa del falso yo cuando la práctica amenaza su poder. Pero no está todo perdido. Hay solución.

SUPERAR EL SÍNDROME DEL SUICIDIO ESPIRITUAL

SUPERACIÓN 1

Detectar la distorsión que lo desencadena.

Nuestra visión de la realidad determina quiénes somos. También cómo nos comportamos y, por supuesto, qué es la práctica espiritual. Por eso, es vital detectar si nuestra visión sobre ella está contaminada. La distorsión más común es peligrosamente simple. Consiste en creer que, como practicantes espirituales, solo contamos con dos modos de ser:

Como tenemos las cosas claras elegimos la primera, y automáticamente surge en nosotros un pensamiento atroz: Si no soy perfecto, no valgo.

La espiral que sigue es:

  1. Sentimos ansiedad por avanzar, cambiar, florecer y madurar.
  2. Sentimos ansiedad por ser diferente y lograr la Iluminación YA.
  3. Cuando obviamente no lo logramos, nos desilusionamos.
  4. Entonces concluimos que ni debemos ni podemos intentarlo.
  5. Y abandonamos.

Por eso, es esencial detectar la distorsión que desencadena todo, esa actitud binaria que piensa en blanco o negro, en todo o nada. Identificarla debería disparar todas nuestras alarmas.

SUPERACIÓN 2

Adoptar un nuevo lema espiritual que sea realista.

Necesitamos un cambio de actitud. Abandonar el idealismo y convertirnos en alguien completamente pragmático. ¿Cómo? Adoptando un nuevo lema espiritual: Voy a hacer lo mejor que pueda en la situación que me encuentre.

Sin importar dónde esté y cómo me sienta trataré de:

Y lo haré poco a poco, dando un paso cada día. Dos no, porque tropezaré. Para este propósito no hay excusas, ni propias ni ajenas. Es lo máximo que se puede pedir de nosotros: ni yo ni otros me pueden exigir un milímetro más. Y tampoco podemos justificar hacer menos. Nuestra misión es dar un paso, pero que sea óptimo.

SUPERACIÓN 3

Emplear dos referencias para medir nuestro progreso.

Tenemos que reconciliar dos referencias: la meta con el camino. Para entenderlo, el ejemplo clásico es cómo cruzar un riachuelo: Un ojo en la orilla, otro en la próxima piedra. En la práctica espiritual, estas dos referencias son los dos aspectos de La Mente Iluminada:

  1. El ojo en la otra orilla es La Mente Iluminada que aspira:
    El compromiso para lograr la Iluminación para el beneficio de todos.
  2. El ojo en la siguiente piedra es La Mente Iluminada que emprende:
    El compromiso de desarrollar causas y condiciones para la Iluminación.

Con estos criterios, da igual el progreso logrado por nuestros compañeros, o las austeridades que Siddharta practicó en la jungla. Cada uno tenemos que descubrir nuestro camino del medio.

Y lo hacemos preguntándonos: Para mí, en esta situación, en este punto de mi vida, ¿Cuál es la próxima piedra hacia la Iluminación?

Esa actitud es realista, beneficiosa y genuina. Todo lo demás sobra. El futuro es una proyección y el pasado una leyenda. La única verdad es el presente, y la única pregunta es cómo podemos aprovecharlo.

No nos importa cuándo dará resultado nuestra práctica, no nos importa el suicidio espiritual. Solo queremos maximizar cada oportunidad. Eso es el interés sano, y la única garantía de que tendremos éxito.

¿Y tú? ¿Padeces el síndrome del suicidio espiritual?


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