La iluminación espiritual

¿Quien manda en casa?

LOS DOMINADOS

Nota de humor antes de leer a Osho

Ocurre una catástrofe mundial y millones de personas mueren. En el cielo ante la llegada de tanta gente, es tanto el trabajo, que Dios forma filas de hombres y mujeres.

Pero como eran tantos, comienza a organizar las filas y habla a todos los hombres:

  • Hagan dos filas:
    • Una para los hombres que dominaron a sus esposas.
    • Otra para los que fueron dominados por ellas.

Cuando Dios vuelve se encuentra con una fila de kilómetros que corresponde a los dominados y un solo un hombre en la otra fila.

Dios les dice:

  • No puedo creerlo, los hombres se creen mejores, controlan casi todo en el mundo y aún así, todos son dominados por sus mujeres…. ¡Aprended de este hombre! Cuéntales a todos, hijo, cómo conseguiste dominar a tu mujer y ser el único en esta fila…

El hombre mira a todos, se encoge de hombros y responde:

  • No sé... ¡Mi mujer me dijo que me pusiera aquí!

LA OBEDIENCIA

Osho

En Japón hay árboles que tienen quinientos, seiscientos años, y solo miden veinte centímetros de altura. Se considera un arte. Para mí sencillamente es un crimen. Los jardineros han estado manteniendo la situación de esos árboles durante generaciones.

Ahora bien, un árbol de quinientos años... Puedes ver que las ramas son viejas, aunque sean pequeñas; es un hombrecito muy pequeño, pero se puede ver la vejez en las hojas, en el tronco, en las ramas. Y la estrategia que utilizan es ésta: plantan un árbol en un tiesto desfondado y le van cortando las raíces. Cuando las raíces salen y tratan de llegar a la tierra, las cortan. No tienen que hacerle nada al árbol; simplemente le van cortando las raíces. El árbol puede vivir durante miles de años, pero nunca florece, nunca llega a dar fruto.

Se ha hecho lo mismo con el ser humano en todo el mundo.
Se le han cortado las raíces desde el principio, en relación a todo.

El niño tiene que ser obediente. Le estás cortando las raíces. No le estás dando la oportunidad de decirte sí o de decirte no. No le estás permitiendo pensar, no le estás permitiendo tomar una decisión propia. No le estás dando responsabilidad, le estás quitando la responsabilidad bajo la maravillosa palabra obediencia. Le estás quitando la libertad, le estás quitando la individualidad, con una estrategia simple: insistes en que es un niño y no sabe nada. Los padres deciden y el niño tiene que ser absolutamente obediente.

El niño obediente es un niño respetado. Pero hay tantas cosas implicadas que lo estás destruyendo completamente. Se hará viejo, pero no crecerá. Se hará viejo, pero no florecerá ni tampoco dará fruto. Vivirá, pero su vida no será un baile, no será una canción, no será un disfrute. Has destruido la posibilidad básica de todo aquello que le convierte en un individuo, auténtico, sincero, de todo lo que le da cierta integridad.

La obediencia te deja inválido, no puedes decir no, tienes que decir sí. Pero cuando una persona es incapaz de decir no, su sí no significa nada; está funcionando como una máquina. Le has convertido en un robot.

El mundo es de tal forma que... En este mundo ser libre, tener un pensamiento propio, decidir con tu propia consciencia, actuar en consonancia con tu propia consciencia se ha vuelto casi imposible. En todas partes: en la iglesia, en el templo, en la mezquita, en la escuela, en la universidad, en la familia, en todas partes esperan que seas obediente.

Los niños son esclavos de sus padres; las esposas son esclavas, los maridos son esclavos, los ancianos se convierten en esclavos de los jóvenes que tienen todo el poder. Si te fijas, todo el mundo vive en la esclavitud, ocultando sus heridas detrás de bellas palabras.

Las raíces solo pueden ser fuertes si dejamos de hacer lo que hemos estado haciendo hasta ahora y hacemos exactamente lo opuesto. Cada niño debería tener la oportunidad de pensar. Deberíamos ayudarle a agudizar su inteligencia. Deberíamos ayudarle proponiéndole situaciones y dándole oportunidades de decidir por sí mismo. Deberíamos partir del principio de no forzar a nadie a ser obediente, y de enseñar a todo el mundo la belleza y la grandeza de la libertad. Entonces las raíces se rían fuertes.

Pero cuando hasta Dios ha estado cortando las raíces de sus hijos por no ser obedientes. Su desobediencia se convirtió en el pecado más grande, un pecado tal que después de que hayan pasado cientos de generaciones, el pecado continúa; no lo habéis cometido pero estáis en la línea de cientos de generaciones. Alguien desobedeció a Dios al principio y Dios se pone tan furioso que no solo castiga a Adán y Eva, sino a todas las generaciones futuras, para siempre.

Éstas son las religiones que han hecho vivir al ser humano sin florecimiento y sin fragancia; en realidad cada individuo tiene la capacidad de ser un Sócrates, de ser un Pitágoras, de ser un Heráclito, de ser un Gautama Buda, de ser un Chuang Tzu. Cada individuo tiene el potencial, pero este potencial no es alimentado suficientemente. Sigue siendo un potencial... hasta que el hombre muere, con lo que nunca llega a realizarse.

Todo mi planteamiento y mis esfuerzos están dirigidos a dar a cada individuo oportunidades de desarrollar su potencial, sea el que sea. Nadie debería malgastar su vida, nadie tiene derecho a hacerlo. Y entonces podremos tener un mundo que sea verdaderamente un jardín de seres humanos. Ahora mismo vivimos en el infierno.