La iluminación espiritual

¿Qué es una verdadera relación?

POR: PATROCINIO NAVARRO

Imagen; ¿Qué es una verdadera relación?; Patrocinio Navarro

LA SOCIEDAD MUNDIAL DEL EGO

Me disponía a dar por cerrado este artículo cuando me llega la siguiente noticia de Amnistía Internacional que ilustra con toda brutalidad el desamor y la oscuridad de este mundo cuando así maltrata al hermano. Y el que usted pueda leerlo nos permite asegurar que la luz del amor y la verdad trabajan para que se descubran las injusticias, se denuncien y se trabaje para eliminarlas de nuestro mundo, como hace Amnistía Internacional que nos invita a actuar con peticiones al gobierno egipcio para que ponga fin a esta barbarie.

Cada vez somos más quienes plantamos cara a las injusticias.
He aquí el comunicado de A.I:

Hasta 1.200 solicitantes de asilo eritreos fueron devueltos de Egipto a Eritrea entre el 12 y el 19 de junio. Aunque casi todas las mujeres embarazadas o acompañadas de sus hijos quedaron en libertad tras pasar algunas semanas recluidas, la mayoría de los hombres y las mujeres solas siguen recluidos sin cargos.

Las personas detenidas han sido transferidas a prisiones y campamentos militares. Entre ellas hay 740 personas que, según los informes recibidos, están recluidas en el campo de Halhal, en el campamento militar de Wia, a unos 40 Km. al sur de Massawa. El campamento militar de Wia está situado en un lugar desértico donde la temperatura diurna llega a 40 grados centígrados. Amnistía Internacional siente honda preocupación por el bienestar y las condiciones de reclusión de al menos 740 personas que siguen privadas de su libertad de forma arbitraria en Eritrea tras su devolución desde Egipto, llevada a cabo en junio de 2008.

Amnistía Internacional también ve con preocupación que las personas que siguen recluidas arbitrariamente corren grave peligro de ser sometidas a tortura y otros malos tratos. En Eritrea se tortura regularmente a las personas detenidas, incluidas las que se hallan recluidas en campamentos militares como el de Wia. Entre los métodos de tortura documentados previamente por Amnistía Internacional figuran administrar palizas prolongadas con látigos, propinar patadas, atar a las víctimas en posturas en tensión como las del "helicóptero" y el "ocho", y obligarlas a permanecer al rayo del sol durante horas.

***

¡Qué vejación, no solo a quienes sufren estas torturas,
sino a toda nuestra especie como hijos de Dios!

No es que se niega la relación, es que se niega el derecho más mínimo que pudiera dar lugar a que pueda existir siquiera. Y lo peor: no es un hecho aislado. ¿Han visto lo que le sucede a la población civil como nosotros, en estas guerras que vemos a diario? La bestia está suelta.

Para que exista una verdadera relación (y no un simulacro) debería ser al menos:
libre, cooperativa, igualitaria y altruista.

Tal cosa solo será posible cuando se alcance el grado de evolución de conciencia que permita esa relación libre, cooperativa, igualitaria y altruista, donde se halle ausente el deseo de someter a otro; donde uno deje de ser el proveedor unilateral de energía para satisfacción de otro; donde cada uno deje de vivir con el objetivo de contemplar su propio ombligo y complacer su mío, mí, para mí… Por eso una verdadera relación no es posible sin que exista amor, generosidad y autonomía personal entre sus miembros, a fin de evitar abusos, sobreprotección, sumisión, dependencia, explotación y otras variadas maneras con que el egoísmo de unos chupa la energía de otros al nivel que sea. Uno de los ejemplos-tipo de este tipo de relación negativa es el machismo. Otro, las relaciones laborales en el capitalismo. En ambos prototipos sociales y humanos de relaciones se observan inmediatamente prepotencia, abuso de poder, desprecio, y desigualdad en el recibir y dar.

El machista y el capitalista, resultan anti-modelos de relación justo porque impiden que pueda existir alguna debido a que están ausentes los principios básicos: libertad, igualdad, altruismo y libre cooperación que son tan hijos naturales del amor, como la justicia. Su ausencia conduce inevitablemente al abuso de poder y a la injusticia en el reparto de los bienes o en el trato interpersonal. Así no nos resulta extraño comprender por qué esos dos modelos de explotación que tanto definen a nuestras sociedades, (capitalismo y patriarcado), estén profundamente emparentados, a su vez, con las iglesias institucionales. Y son también esos anti modelos de la evolución humana los que posibilitan las estructuras militares y las exigen para su seguridad, pues todas participan de la misma Filosofía de la Negación: negación de la libertad, negación de la igualdad, negación de la justicia, negación de la fraternidad. Negación del amor, en una palabra.

Una relación verdadera, sin embargo, no está exenta de conflictos hijos de nuestros defectos, mientras las personas no hallamos superado los propios que perturban nuestra paz interior: nuestros defectos personales. Y es precisamente a través de la relación como se hace posible que esos defectos surjan a la luz desde el subconsciente para poder ser vistos, precisados y colocados en la lista de lo pendiente a superar.

La no existencia de sociedades justas a nivel mundial se debe precisamente a que no hemos sido todavía capaces de superar en la medida suficiente los obstáculos que la impiden en nosotros mismos.

La Sociedad Mundial del Ego, que es como debería ser llamado nuestro mundo, es el resultado de la aportación al colectivo mundial de los pequeños egos individuales que tantos problemas nos ocasionan a cada uno. Y es aquí donde las relaciones pueden ser nuestras aliadas.

Si no fuese por las relaciones, por muy lejos de la perfección que nos parezcan nuestras carencias, nunca tendríamos la posibilidad de hallar los obstáculos que impiden nuestro progreso espiritual. El rechazo hacia aquellos que nos "caen mal" (en realidad nuestro propio espejo) sugiere falta de preparación, orgullo o no deseo de uno para enfrentarse a sus propios fantasmas. Y puede ser inseguridad ante el conflicto, desinterés hacia el otro, o falta de confianza la propia relación y cosas por el estilo, pero ninguna de ellas favorables a nadie.

El eremita sobre la montaña alejada, conviviendo con los pájaros, las flores, los insectos, podrá creer que ha alcanzado la perfección porque una sensación de paz le invade llevando una vida ordenada en ese medio. Pero nunca sabrá quién es y si será capaz de sortear los obstáculos de la vida social, que hacen salir a la superficie los asuntos ocultos en el subconsciente.

Es el trabajo sobre uno mismo el que finalmente hará evolucionar a la humanidad, y no creamos que será posible solución alguna mientras persistan en cada uno de nosotros esas formas en que se manifiesta el primitivismo que define a nuestras sociedades, se llamen civilizadas o tercermundistas. El "espíritu de la caverna" platoniana muestra el estadio evolutivo de la conciencia mundial, que es la conciencia de la mayoría. Y la conciencia mundial en su mayoría tiende peligrosamente a la somnolencia, a la violencia, la resignación, al escapismo, al individualismo excluyente y al suicidio colectivo. Nunca se había llegado tan lejos como para dejarse llevar, como vemos, hacia la autodestrucción.

Pero tampoco había ocurrido, y esta esperanza nos alegra el corazón, que existiera tan gran número de pacifistas, ecologistas, defensores de los derechos humanos y de los derechos de los animales, cristianos libres, budistas y seguidores de diversas corrientes espirituales, escritores, músicos, científicos cuánticos, psicólogos transpersonales, buscadores espirituales, obreros antisistema, sanitarios vocacionales, técnicos de diversas disciplinas alternativas, profesores partidarios de la pedagogía del amor, poetas y artistas en general. En todos se manifiesta el amor desinteresado que lleva a la acción altruista. Y son tantos en todos lados que puede afirmarse que la semilla de la nueva humanidad está haciendo su trabajo, que el espíritu divino se manifiesta cada vez con más claridad en la gente de buena voluntad y que un nuevo mundo se alumbra. Esta es una fuerza potencial de energía que tiende a materializarse cada vez más para dar a luz un mundo verdaderamente libre, verdaderamente fraternal, verdaderamente justo y pacífico. En él no ha de tener cabida la explotación, el machismo, la sumisión, la guerra, ni ninguna de las aberraciones que tenemos que soportar a diario con tan solo mirar a nuestro alrededor. Sobre las ruinas de este mundo que se derrumba florecerán otras rosas: las tuyas, las mías, las de todos nosotros.


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