La iluminación espiritual

¿Qué es la meditación?

POR: OSHO

Imagen; ¿Qué es la meditación?; Osho

LA MEDITACIÓN ES CALMA

La meditación... es recreación, es para vivir gozando, es atestiguar es silencio.

Si deseas vivir una vida más llena, lo primero que quieres conocer es tu potencial, quién eres de verdad. La meditación es el camino hacia ese saber. Es la metodología de la ciencia de la observación.

La belleza de la ciencia interior consiste en permitir a quien quiera explorar y experimentar con ella, que lo haga por su cuenta. Se elimina así la dependencia de una autoridad exterior, la necesidad de estar afiliado a cualquier organización, y la obligación de aceptar una cierta ideología. Una vez entiendes los pasos, haces el camino a tu única manera individual.

Muchas de las técnicas de meditación requieren que uno se siente quieto y en silencio. Pero el estrés que hemos acumulado la mayor parte de nosotros en nuestra mente-cuerpo lo hace difícil. Antes de aspirar a entrar en nuestra fuente interior de conciencia, tenemos que soltar nuestras tensiones.

Florecimiento

Recuerda, la meditación te dará cada vez más inteligencia, inteligencia infinita, inteligencia radiante. La meditación te hará más vivo y más sensitivo; tu vida se enriquecerá.

Fíjate en los ascetas: su vida es como si no fuera vida. Esa gente no son meditadores: podrían ser masoquistas, torturándose y disfrutando de la tortura. La mente es muy astuta, se pasa el tiempo haciendo cosas y luego racionalizándolas. Normalmente eres violento con los demás. Pero la mente es muy astuta: puede aprender no-violencia, puede predicar no-violencia, y entonces puedes llegar a ser violento contigo mismo. Y la violencia que tú te infringes a ti mismo es respetada por la gente, porque se cree que ser un asceta es ser religioso. Esto es una completa tontería. Dios no es un asceta, de otro modo no habría flores, no habría árboles verdes, solo desiertos. Dios no es un asceta, de otra manera no habría canciones en esta vida, ni baile en esta vida, solo cementerios y más cementerios. Dios no es un asceta, Dios disfruta de la vida, Dios es más epicúreo de lo que te puedas imaginar. Si piensas en Dios, piensa en los términos de Epicuro. Dios es una búsqueda constante de alegría, felicidad, éxtasis. Recuerda esto.

Pero la mente es muy astuta: puede racionalizar la parálisis como meditación, puede racionalizar la estupidez como trascendencia, puede racionalizar la falta de vitalidad como renunciación. ¡Ten cuidado! Recuerda siempre que, si estás yendo en la dirección correcta, seguirás floreciendo.

Vivir gozosamente

La vida no tiene sentido. No te asombres. Toda la idea de propósito está equivocada; proviene de la codicia.

La vida es pura alegría, juego, diversión, risa, sin ningún propósito. La vida tiene su propio fin, no tiene otro fin. Cuando lo entiendas, habrás entendido cuál es todo el propósito de la meditación. Consiste en vivir tu vida alegremente, jugando, totalmente y sin ningún propósito final, sin ningún propósito a la vista, ningún propósito en absoluto. Es algo así como cuando los niños pequeños juegan en la playa, recogiendo conchas y piedras de colores; ¿con qué propósito?

No hay ningún propósito.

Transformación

Si sientes tanta resistencia en contra de la meditación, esto simplemente muestra que en el fondo te has dado cuenta de que algo, que cambiará totalmente tu vida, va a suceder. Te da miedo renacer. Has invertido demasiado en tus viejos hábitos, en tu vieja personalidad, en tu vieja identidad.

La meditación no es otra cosa que tratar de limpiar tu ser, tratar de volverte nuevo y joven, tratar de volverte más vivo y más consciente. Si tienes miedo a la meditación significa que tienes miedo a la vida, tienes miedo a la consciencia, y la resistencia surge porque sabes que si entras en la meditación, inevitablemente, algo va a suceder. Si no tienes ninguna resistencia, puede ser que no estás tomando la meditación demasiado en serio, no estás siendo sincero. Entonces puedes jugar: ¿de qué tienes miedo?

Relajación

La meditación es descanso, descanso absoluto, un paro completo de toda actividad, física, mental, emocional. Cuando tú estás en tan profundo descanso que nada te mueve, cuando toda acción cesa - como si estuvieras dormido y al mismo tiempo despierto – aprendes a ver quién eres. De repente una ventana se abre. No se puede abrir con esfuerzo porque el esfuerzo crea tensión; la tensión es la causa de toda la miseria. Por lo tanto es muy fundamental entender que la meditación no es esfuerzo.

Uno tiene que ser juguetón respecto a la meditación, uno tiene que aprender a disfrutarla como diversión. Uno no tiene que ser serio con esto; si eres serio no lo vas a entender. Uno tiene que entrar muy alegremente. Y uno tiene que estar consciente que está llegando a un descanso más y más profundo. No es un concentrarse, al contrario, es relajación. Cuando estás totalmente relajado, por primera vez vas a comenzar a sentir la realidad, vas a ver de frente a tu ser. Cuando estás ocupado en la actividad, estás tan ocupado que no te puedes ver a ti mismo. La actividad crea mucho humo alrededor de ti, levanta mucho polvo alrededor de ti; por esta razón toda actividad debe dejarse, al menos por unas horas al día.

Este es solo el comienzo. Cuando has aprendido el arte de estar en descanso tú vas a poder estar activo y descansado al mismo tiempo, porque entonces sabes que el descanso es algo interno que no puedes perturbar con algo externo. La actividad está en la circunferencia; en el centro tú te mantienes relajado. Entonces es solo al comienzo que la actividad tiene que dejarse por una horas. Cuando uno ha aprendido este arte, entonces ya no importa: por veinticuatro horas al día se puede ser meditativo y uno puede continuar todas las actividades de la vida ordinaria.

Pero recuerda, la palabra clave es descanso, relajación. Nunca vayas en contra del descanso y la relajación. Acomoda tu vida de manera que puedas dejar las actividades inútiles porque el noventa por ciento es fútil; es solo para matar el tiempo y mantenerte ocupado. Haz solo lo esencial y dedica tus energías más y más a tu viaje interior. Entonces el milagro pasa cuando tú puedes mantenerte en descanso y en acción al mismo tiempo, simultáneamente. Ese es el encuentro de lo sagrado y lo mundano, el encuentro de este mundo y del otro, el encuentro del materialismo y el espiritualismo.

Divertida

La meditación no es un asunto de la mente, es algo más allá de la mente. El primer paso consiste en jugar. Si juegas con ello, la mente no puede destruir tu meditación. De otra manera se va a convertir en otra fantasía del ego, te va a volver muy serio. Vas a comenzar a pensar, ´Yo soy un gran meditador. Soy más santo que otros, y el mundo es simplemente mundano. Yo soy religioso, yo soy virtuoso'. Esto es lo que pasa a miles de los llamados santos, moralistas, puritanos. Ellos están jugando solo juegos del ego, juegos del ego imperceptibles.

De esta manera quiero cortar la raíz misma desde el propio comienzo. Juega con ello. Es una canción para cantar, un baile para bailar. Tómalo como diversión y te vas a sorprender: si tú puedes jugar con la meditación, la meditación va a crecer a pasos agigantados. Pero tú no estás anhelando alguna meta, simplemente estás disfrutando al sentarte en silencio, disfrutando simplemente del mismo acto de estar sentado silenciosamente, sin estar deseando tener poderes yógicos, siddhis, milagrosos. Todo eso son tonterías, las viejas tonterías de siempre, el mismo viejo juego, jugado con nuevas palabras, en un nuevo plano…

La vida vida como tal ha de ser tomada como una broma cósmica; y de pronto tú te relajas porque no hay por qué sentirse tenso. Y en esa misma relajación, algo comienza a cambiar en ti – hay un cambio radical, una transformación – y la cosas pequeñas de la vida comienzan a tener un nuevo sentido, nuevo significado. Entonces nada es pequeño, todo comienza a tener un nuevo sabor, una nueva aura, uno comienza a sentir una nueva clase de divinidad en todas partes. Uno no se convierte en un cristiano, no se convierte en un hinduísta, no se convierte en un mahometano; uno simplemente se convierte en un amante de la vida. Uno aprende solo una cosa: cómo alegrarse en la vida.

Pero alegrarse en la vida es el camino hacia Dios.

¡Baila en tu camino hacia Dios, ríe en tu camino hacia Dios, canta en tu camino hacia Dios!.


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