Macrobiótica purificadora

El mar limpia lo que entra en su contacto renovando lo que alcanza, da vida a la flora y fauna, como madre de toda la vida terrestre animal y vegetal.

GEORGE OHSAWA

SOBRE LA SAL

El mar y su sal purifican el planeta.

El mar que nos circunda acepta todas las cosas, acogiendo los restos de los ríos, transformándolos a su semejanza, límpida, bella y pura. La inmensidad del mar acoge todas las cosas peligrosas, tales como los múltiples parásitos, los innumerables microbios y virus considerados los estigmas del enemigo del hombre, el pus con olor asqueroso, la sangre envenenada, los residuos radioactivos letales, el excremento de millones de ciudades y billones de hombres. Transforma todos los detritos en relucientes cristales esmeraldinos.

Limpiando todo con lo que entra en contacto, renovando todo lo que alcanza, el mar da vida a toda la flora y fauna, como madre de toda la vida terrestre animal y vegetal. El hombre tiene su origen en el mar que lo rodea. Y ¿cuál es el secreto de este poder del mar, de limpiar, renovar y crear?

Es la sal marina

Sin la sal, el mar, con toda su inmensidad, no sería más que una cloaca enorme, un vivero de gérmenes y microbios. La sal del mar transforma todo el inaccesible microcosmos en un espectacular vivero de plantas y cosas vivas de belleza sin par. El mar modifica todo permaneciendo siempre igual. La sal es el secreto de su milagro.

La sal es lo mágico. Y la sal es Yang.

El origen marítimo del hombre le imprimió una marca para toda la eternidad, que es la sal de su sangre. Sin sal en las venas, el hombre igual que es pez fuera del agua, se fatiga y muere. La corriente sanguínea salada es una réplica en miniatura y un recuerdo de su origen acuático. Tal como la sal del mar, la sal de la sangre limpia, renueva y transforma todos los peligros en donaciones necesarias de vida, nutriendo nuestras células, alimentándolas con oxígeno. Si la sangre pierde su salinidad, la consecuencia es la enfermedad que lleva a la muerte.

Si el hombre carece de sal, el mal y el infortunio se multiplican. Si el mundo en que vivimos está impregnado de mal, miseria, crimen y conflictos es porque los seguidores de Cristo abandonaron su mandamiento: debéis ser como la sal de la tierra.

En vez de esto se saciaron con la esencia extraída del fruto prohibido

El hombre creó la civilización después del descubrimiento del fuego y de la sal. La sal ha sido considerada como la cosa más preciosa para nuestra vida diaria, desde los principios de la historia. Los primeros caminos y huellas a través de inmensas extensiones terrestres fueron hechos por los animales que buscaban y encontraban la fuente salina necesaria para su supervivencia. Hombres que resistieron a la tentación del oro vendieron sus mujeres e hijos como esclavos, a cambio de sal. La sal es el patrón internacional de salud, por encima y más allá del oro. Aún actualmente, exploradores que se aventuran por territorios prohibidos, cargaban sal para ofrecerla a los pueblos desconocidos e inamistosos. La palabra salario significa: paga en sal.

La función más importante y fundamental del cuerpo humano resulta de un balanceo y equilibrio entre el sodio y el potasio en la sangre, especialmente el cerebro –las siete pulgadas entre la raíz de la nariz y el occipital- nuestra más valiosa posesión.

Hace más de treinta años en la Sorbonade París, el profesor Quinton presentó la teoría de que todos los seres biológicos terrestres provienen del mar. Su trabajo fue el resultado de toda una vida de estudios. Su fascinante libro L´EAU DE MER, o agua de mar, fue leído y aceptado por escuelas científicas de todo el mundo. Su laboratorio en París y su clínica en el Atlántico, son mundialmente famosos. El creó la palabra talasoterapia, que significa el uso de sal en la terapia, y su plasma pasó a ser un elemento indispensable en la medicina occidental.

Para sorpresa mía, no obstante, como visitante que soy del Extremo Oriente, el miedo a la sal invadió la medicina sintomática occidental. Se volvieron moda las dietas sin sal. Fueron fabricados y creados alimentos sin sal para explotar esa fobia. No consigo descubrir ningún fundamento para tales ideas.

No hay peligro en ingerir una pequeña cantidad de sal no refinada, marina, o gomasio (sal mezclada con simiente tostada de sésamo) conjuntamente con una dieta macrobiótica. Experimente durante diez días o solamente uno. Verificará que no existe ningún peligro. Al contrario, sentirá una mejoría si fue ingerido en dosis razonables. No se deje sugestionar por las mudables supersticiones y modas de la medicina sintomática. Deje que su propio cuerpo le dé la respuesta.

SOBRE EL AZÚCAR

El azúcar es, indiscutiblemente, el asesino número uno de la historia de la humanidad.

Por otro lado, con relación al azúcar o sacarosa, la medicina y la ciencia occidental recién comenzaron a hacer sonar la señal de alarma al respecto del fantástico aumento per cápita de su consumo, especialmente en los Estados Unidos. Recelo que sus pesquisas hayan llegado con un atraso de varias décadas.

El azúcar blanco químicamente refinado, tuvo una difusión relativamente reciente en la civilización occidental. El azúcar natural, no refinado, el azúcar obtenido mediante la cristalización de la savia de caña, y el azúcar de la remolacha, fueron un lujo poco común en la historia del hombre, hasta épocas bien recientes. Era completamente desconocido en los tiempos de Buda, Lao Tsé y Jesús Cristo, pues no es mencionado en los anales de la época. Es completamente diferente de la frutosis natural del azúcar vegetal y de las frutas que contienen muchos minerales, proteínas, aceites y vitaminas necesarios para mantener nuestra vitalidad. El azúcar refinado industrialmente, carece por completo de estos elementos naturales y contiene muchos elementos químicos realmente perjudiciales para la salud humana.

Confío en que la medicina occidental admitirá, algún día, aquello que hace años es bien conocido en Oriente, o sea, que el azúcar es, indiscutiblemente, el asesino número uno de la historia de la humanidad, mucho más letal, que el opio o las emanaciones atómicas especialmente para aquellos pueblos que tienen el arroz como alimento básico. El azúcar es el mayor mal que la moderna civilización industrial envió a los países macrobióticos de Extremo Oriente y África. El azúcar se convierte en agua y CO2 en el cuerpo, debilita los elementos Yang de la sangre y aumenta la proporción de K y Na. Es el más Yin de todos los productos usados como alimento humano y es la causa directa de numerosas enfermedades fatales.

Cada año, los gigantescos carteles del azúcar engendran nuevos medios de descargar la enorme superproducción de azúcar industrial en los pueblos indefensos del mundo. Y, actualmente, el niño norteamericano medio, consume azúcar en una proporción desmedida comparado con los niños de cincuenta años atrás.

Será de admirarse si la leucemia y otros cánceres roban la vida de más niños inocentes por año, en los Estados Unidos, que cualquier otra enfermedad. La ciencia occidental admite la verdadera devastación provocada en los dientes de los niños, incluso pequeños, por las bebidas azucaradas, caramelos, helados y dulces. El resto del cuerpo difícilmente queda inmune. Así como el azúcar derramado atrae las hormiga y los insectos a nuestras cocinas, también atrae los microbios y los parásitos para nuestros cuerpos.

El cáncer es, sin duda, una enfermedad Yin caracterizada por la expansiva multiplicación de las células en uno u otro órgano del cuerpo. Su causa básica es siempre un exceso de Yin en la dieta diaria. El cáncer de la sangre aparece solamente en aquellos que se exceden tomando bebidas azucaradas, helados, leche, café y té azucarados. ¿No encuentran interesante que aquellos que son golosos por las cosas dulces, perezcan automáticamente?

Un niño, criado dentro de una dieta macrobiótica, escupirá automáticamente el azúcar que le sea dado, pues ésta le quemará la boca. Aquellas personas tontas, que dan o venden caramelos a los niños, tendrán un día que pasar por el horror de descubrir que son las responsables de consecuencias imprevisibles.

SOBRE LA LECHE

En la China, Japón, y aún en la India, el pueblo vivió durante millares de años sin beber leche animal. Hasta hoy, más de un billón de personas en Oriente bebe té sin agregar azúcar o leche.

¿Por qué en Occidente el hábito de beber leche se convirtió casi en religión? La leche de vaca es para nutrir becerros. No hay razón para que el hombre viva de la leche de un animal, especialmente de un animal inferior, biológicamente, intelectualmente.

Los pueblos de Oriente no evitan la leche por razones sentimentales, y sí porque respetan las leyes naturales biológicas del Orden del Universo. La leche es nutrición indispensable para los becerros sin dientes. Luego que las jóvenes crías de los animales adquieren los dientes y son apartados de las mamarias, dejan de beber leche. Las vacas y las perras nunca permiten que sus crías mamen después de tener los dientes. Ningún animal lo permite.

La leche para niños, como teoría de dietética, es una superstición sentimental moderna, concebida y propagada comercialmente. El índice de mortalidad entre los niños artificialmente alimentados con leche animal, comprobadamente, superior al de los niños alimentados con leche humana. Hay posibilidades de perfeccionar la calidad de la leche animal y, así, disminuir la mortalidad infantil pero nunca será posible convertir la leche animal en leche humana. Esta ley biológica natural no puede ser quebrada. Un niño alimentado con leche animal es, literalmente, fisiológica y biológicamente, un pariente del becerro. Se vuelve estúpido, carente de intelecto, delicadeza, sociabilidad y espiritualidad.

En Oriente hace millares de años, existe un régimen tradicional de educación biológica y embriológica a ser observado por las mujeres, desde el inicio de la gravidez hasta el día en que el niño abandona el pecho. La nutrición de un recién nacido es proveniente, exclusivamente, del seno materno. La vida diaria de la madre, todas sus actividades, su dieta, sus lecturas y sus pensamientos son severamente regulados de acuerdo con el Principio Único del Orden del Universo.

Si la madre no posee leche para su bebé, o si ella muere después del nacimiento, es un deber para el jefe de familia buscar un ama. En la selección del ama, debe ser conocido todo respecto a ella. Sus antecedentes –tanto como los de su familia, de su marido- su personalidad, sus actividades físicas e intelectuales, su belleza, su fidelidad y, sobre todo, sus características astrológicas. En Extremo Oriente, una madre que no pueda amamantar a su hijo, nunca pensará en contratar un ama que no posea todas esas cualidades. Las familias orientales saben que la educación embriológica y la primer alimentación de un niño son mucho más importantes que la elección de un colegio para su educación futura.

Ninguna familia oriental pensaría en transferir la nutrición de un niño a un ama escogida fortuitamente y, mucho menos, de lacticinios.

La calidad y cantidad de leche de la madre, controla el destino de su hijo. En los casos en que la leche materna falta, los bebés pueden ser alimentados con Kokoh, una leche macrobiótica de cereales, hecha de arroz tostado, arroz glutinoso, avena, soja y simientes de sésamo reducidos a la forma de un polvo.

SOBRE LOS LIQUIDOS

Tomar menos líquidos es muy difícil, especialmente en América donde la teoría simplista de beba cuanto pueda está de moda hace tantos años, y donde el consumo de grandes cantidades de bebidas dulces con azúcar químico se convirtió en un hábito nacional. Es mucho más difícil beber razonablemente que comer sabia y simplemente. Pero eso es extremadamente necesario para nuestra salud y felicidad.

En términos de cantidad, el agua es el componente más importante de nuestros cuerpos. Setenta y cinco por ciento del peso de nuestro cuerpo está constituido por agua. Pero un exceso de agua en el sistema puede reducir nuestra vitalidad, una vez que significa una proporción disminuida de la sangre, baja la temperatura del cuerpo y fuerza el corazón y los riñones a un exceso de trabajo.

El agua está evaporándose constantemente, pues es dominada por una fuerza centrífuga Yin. Generalmente, los que son muy activos físicamente, beben mucho más agua que aquellos que no lo son. Pierden agua del cuerpo por la actividad y la transpiración y quedan sedientos. Pero, cuando todos los demás elementos son iguales, aquello que contiene agua es más Yin que aquello que es seco. Los que beben grandes cantidades de líquidos y no son muy activos físicamente, quedan muy Yin; friolentos, inactivos, desalentados, débiles y perezosos.

El arroz cocido, por ejemplo, contiene de 60 a 70 por ciento de agua, y la mayoría de los vegetales contienen 80 a 90 por ciento. Inevitablemente, estamos, por lo tanto, consumiendo siempre líquidos Yin, aún cuando no estamos bebiendo. Agregándose agua a un grano de cereal, que ya contiene 13 por ciento de agua, él se dilata, se descompone (Yin) y empieza a germinar (Yin). Todas las actividades son expansivas y, por consiguiente, son Yin.

Las personas, generalmente, quedan más plácidas cuando llueve, pero son mucho más activas y felices cuando el tiempo está claro. Esto es especialmente comprobable cuando se sufre de reumatismo.

El reumatismo es una enfermedad Yin que puede ser curada tomándose poco agua y eliminando de la dieta todos los alimentos que son ricos en agua, especialmente el azúcar que se convierte en agua y CO2 en el cuerpo humano, cosas éstas que disminuyen la cantidad de los componentes Yang de la sangre y aumenta la proporción de K/Na. Para acelerar la cura macrobiótica, beba lo menos posible de manera que, siendo mujer orine solamente dos veces en 24 horas y, siendo hombre, tres veces durante el mismo período.

SOBRELA MASTICACIÓN

Mahatma Gandhi dijo: Debéis masticar los líquidos y beber los sólidos.

Se debe masticar cada bocado de alimento, por lo menos, 50 veces. Si pretendéis asimilar la filosofía macrobiótica más rápidamente y alcanzar un patrón más elevado de salud lo más rápidamente posible, masticad más veces. De100 a150 veces. Algunos alimentos, los granos especialmente, se vuelven más sabrosos cuando son bien masticados.

Por otro lado, cuanto más se mastica la carne tanto menos sabrosa es. El placer sensorial reside, en gran parte, en la memorización de su olor, del chirrido y del jugo.

La comida que es realmente buena y necesaria para el cuerpo, es tanto más sabrosa cuando se pierde el hábito de devorarla en pedazos y se adquiere el hábito natural de masticar bien. Usted encontrará en los más simples alimentos placeres que no abandonará hasta el fin de su vida.

La digestión de los cereales y otros almidones empieza en la boca. Masticar bien es un ejercicio excelente y muy importante, pues nos fuerza a prestar atención y tomar conciencia de aquello que se está haciendo; o sea, recordar que el acto de alimentación es vital y sagrado. Toda comida debe ser ingerida con gratitud, agradecimiento placentero y con el máximo de calma.

Durante millares de años el acto de la nutrición, en Oriente, fue considerado sagrado. En otros tiempos y en otros lugares, aún actualmente, los hombres todavía conservan esta actitud de gran respeto por su alimento. Algunos agricultores, que están más cerca de los elementos y del reino vegetal, sienten instintivamente la importancia del festín diario y dan al acto de alimentación la atención y respeto que merece.