La iluminación espiritual

Libres o condicionados

POR: PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Libres o condicionados; Patrocinio Navarro

LA UNIDAD CONTIENE LA HERMANDAD

Para muchos de nosotros la vida es una oportunidad para alcanzar un mayor grado de libertad, que se puede definir como soberanía personal. Cuando una persona toma conciencia de su soberanía sabe que su libertad no la tiene que mendigar a nadie, pues la posee del mismo modo que posee sus brazos o sus piernas, y es tan celoso de conservarla como de conservar sus propios miembros. Entre tanto quien ha sido condicionado mentalmente por el sistema de dominación no se siente libre, sino que sus juicios y el valor de sus actos los supedita a la opinión de su acondicionador, que ha conseguido construir en él una auténtica jaula mental de la que no se atreve a salir, hasta el punto que las opiniones libres le escandalizan, le asustan, o las considera una amenaza para las que considera como propias, a las que suele aferrarse como náufrago a madero.

Cuando hablamos de mayorías silenciosas nos referimos a este sinnúmero de seres humanos cuyo libre pensar ha sido cercenado y acomodado a las necesidades de unas minorías encumbradas con distintos nombres y títulos dentro del ramo del Poder. Ellos y sus servidores son los encargados de conseguir que esas mayorías sean inmovilistas y no tengan otra opinión que la que se les señala como la verdad y como se ha dicho, ésta se convierte en una verdadera losa que obstaculiza el desarrollo de una persona igual que una piedra en el campo aplastando una plantita.

El precio de la soberanía personal

La soberanía personal en este mundo no es algo que se nos regale.

Se dice a menudo que las dos cosas más caras son comodidad y libertad. La primera exige dispendios desproporcionados a su disfrute, mientras que la libertad tiene que habérselas con entornos hostiles y con el propio ego que tampoco quiere renunciar a sus demandas. Como esta última batalla se da a nivel de la consciencia, se precisa mucha energía, que a diferencia de la energía material en forma de dinero que se precisa para conseguir comodidades, esta otra viene a ser de índole energética espiritual, y por tanto es sutil.

En El camino del olvido (*) Gabriele nos dice lo siguiente: La verdadera libertad proporciona igualdad y paz; verdadera paz trae unidad, y la unidad contiene la hermandad, igual a fraternidad. La fraternidad, igual a hermandad, comprende también la justicia, porque ante la faz de Dios todos Sus hijos son iguales. Este es el camino al Reino de Dios, y no hay otro camino.

Las personas conscientes del valor de su libertad sufren a menudo la incomprensión y persecución del poder dominante y de las personas programadas por el sistema dominante, no solo en los lugares de trabajo y en las relaciones sociales, sino hasta en sus propias familias. Por ello puede concluirse que quien consigue su soberanía sorteando tantos obstáculos puede ser considerado un héroe de nuestro tiempo y un modelo para generaciones.


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