La iluminación espiritual

La técnica Bowen

AKASHICOS

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THOMAS AMBROSE BOWEN

La técnica Bowen es un método manual holístico que propone puestas en tensión muy suaves de los músculos y de los tejidos blandos; consigue resultados sorprendentes proporcionalmente a la intensidad del trabajo realizado por el profesional. Su eslogan less is more (menos es mas) la define perfectamente.

La técnica Bowen es un método terapéutico manual propuesto a profesionales de diferentes escuelas: kinesiólogos, osteópatas, fisioterapeutas, quiroprácticos, y también masajistas, enfermeras, psicólogos, homeópatas y naturópatas. En resumen, todos los terapeutas del sector sanitario tanto con enfoque tradicional o alternativo. Es necesario que todos los terapeutas tengan una formación básica en anatomía y en fisiología.

La terapia Bowen es una terapia holística : la palabra holística viene de la palabra griega Holos que significa Todo. Si una terapia es holística tiene que tomar a la persona como un todo. Esto incluye toda la anatomía y la fisiología. Sería injusto explicar que es solamente una terapia energética.

Origen y filosofía

Thomas Ambrose Bowen nació en Australia, en 1916 y se casó con Jessie McLan en 1941. Al inicio de los años 50, se dio cuenta de que las crisis de asma que sufría su esposa y que provocaron varias hospitalizaciones, variaban fuertemente según su alimentación. Después de algunos años con una mejor dieta alimentaria y con manipulaciones de los tejidos blandos que había elaborado él mismo para aliviarla, Jessie no necesito más medicinas ni hospitalizaciones. En ese periodo, su encuentro con Ernie Saunders, terapeuta manual reconocido, marcó un giro decisivo en su vida.

Fue a continuación de numerosas entrevistas con este hombre que empezó a elaborar la técnica que iba a llevar su nombre. Como autodidacta, Tom Bowen estudió la anatomía, poco a poco y experimentando continuamente; desarrolló un método único que le permitía tratar con eficacia los dolores de espalda de sus compañeros de trabajo. Hacia el final de los años 50, frente a una demanda creciente de sus tratamientos, Tom Bowen decidió abrir su propia clínica donde trabajaría solo por las noches. Más tarde, dejó su trabajo habitual para dedicarse a tiempo completo a su práctica. Utilizó primero el título de osteópata, ya que consideraba que era lo que hacía; más tarde cuando la designación de osteópata se delimitó, se nombró sencillamente terapeuta manual.

Tom Bowen se inspiró en el principio de que el cuerpo debe conseguir auto-regularse. Bajo su punto de vista, una técnica terapéutica de calidad sería la que estimule al organismo para que regule por si mismo las disfunciones resultantes de perturbaciones en los tejidos. El principio subyacente quiere que la estructura gobierne la función. Así pues, una perturbación de la estructura de cualquier tejido perturbaría el funcionamiento de dicha estructura y por consiguiente el funcionamiento de todo el organismo.

El Sr. Bowen se puso como objetivo restablecer la integridad estructural del cuerpo de manera que permitiera un funcionamiento óptimo del organismo. Creía también en la energía vital (o Chi). Según la medicina tradicional china, esta energía debe circular libremente en todo el cuerpo para poder garantizar una buena salud. La genialidad de Tom Bowen fue descubrir un sistema de movilizaciones (moves) que devuelve la corriente natural a esta energía.

El move Bowen

El move Bowen es en sí muy sutil. Se identifica con el pulgar, o con los dedos, la estructura a tratar (por ejemplo una vaina muscular, tendinosa o nerviosa). La piel que la cubre tiene holgura, se la pone en tensión con una tracción suave en la dirección opuesta a la de la movilización deseada. Después, el músculo es estimulado aplicándole una presión transversal suave en dirección al move deseado. El move finaliza movilizando la piel por encima de la estructura tratada.

La pausa terapéutica

Tanto la puesta en tensión del músculo, su duración como su intensidad resultan esenciales para obtener resultados; de la misma manera la pausa entre las series de moves es esencial. Es el secreto, la clave de la técnica Bowen. Ninguna terapia manual integra los momentos de silencio, que permiten al organismo reaccionar a nuestras estimulaciones por un proceso de retroacción. Este proceso no debe ser interrumpido por otras estimulaciones. Queremos que solo el impulso dado sea percibido por el sistema nervioso central y que solo reaccione a éste durante un cierto espacio de tiempo.

En el cerebro, es el sistema reticulado activador ascendente (SRAA) quien pasa la corriente continua del impulso nervioso dirigido hacia el córtex cerebral con el fin de mantenerle en estado de vigilia. Los influjos procedentes de todos los grandes tractos sensitivos ascendentes llegan a las neuronas de este sistema, conservándoles en actividad y aumentando su efecto excitante sobre el córtex cerebral. Disminuyendo las estimulaciones del entorno exterior (como el ruido, las palabras, la luz, los olores, las sensaciones táctiles, la música), disminuimos este efecto excitante.

El SRAA parece también servir de filtro a esta afluencia de información sensorial. Amortiza las señales repetitivas, familiares o las débiles y deja llegar a la consciencia las señales inusuales, importantes o intensas. El SRAA y el córtex cerebral desestiman seguramente el 99% de los estímulos sensoriales registrados por nuestros receptores.

Por ejemplo, si está andando por la calle, es muy probable que su cerebro perciba primero el ruido de los coches procedentes de detrás de usted y no el color del chándal de la persona que está al otro lado de la calle. Este filtro sirve para seleccionar por orden de prioridad las informaciones.

Los moves Bowen son generalmente muy suaves. Se perderían seguramente en una masa de otras informaciones si no se tomara la precaución de aislarlos. De este modo, si solo se perciben los moves Bowen, pasarán el filtro del SRAA y serán registrados por el córtex cerebral.

La pausa dura al menos dos minutos y, muy a menudo, es después de 30 a 60 segundos cuando el cliente empieza a sentir el calor o los picores descritos. Esta pausa se prolongará tanto como la persona siga sintiendo algo, signo de que el sistema nervioso está activado.

Los beneficios de la técnica Bowen

La técnica Bowen es beneficiosa para todo el mundo. Contribuye al mantenimiento de una buena salud y es preventiva. Ayuda al sistema nervioso central a detectar cuando está en estado parasimpático (lo contrario del estado de estrés), los desequilibrios aún siendo asintomáticos y a normalizar estas funciones antes de que la enfermedad se instale.

Las funciones que más frecuentemente mejoran son la respiración, la digestión, el sueño, la circulación sanguínea así como la tensión arterial y el pulso, la circulación linfática, el sistema endocrino y el sistema inmunitario. Así pues, no es necesario esperar a estar enfermo para recibir los tratamientos de la técnica Bowen.

Frente a algunas afecciones, la técnica Bowen resulta a menudo un arma eficaz. No busca el tratar las condiciones específicas, si no que se ayuda al organismo a establecer sus propios mecanismos de curación. Como ya lo hemos indicado, los terapeutas Bowen no están en ningún caso autorizados a establecer un diagnóstico y el cliente debe consultar a un médico para que evalúe su estado de salud. El terapeuta Bowen no debe intervenir en los tratamientos ni en las prescripciones médicas.

La lista siguiente ha sido elaborada a partir de testimonios de clientes aliviados por la técnica Bowen e indica los diferentes tipos de problemas diagnosticados por sus médicos.

Las contra-indicaciones

Con la experiencia acumulada de unos miles de terapeutas, sin contar la de Tom Bowen que recibía anualmente en su clínica una cantidad impresionante de clientes, podemos concluir que esta técnica es muy segura, tanto con los más pequeños como en personas mayores o inválidas, y por supuesto con los atletas.

No hay contraindicaciones a esta terapia, salvo en casos graves que no son de nuestra competencia y que redirigimos hacia los médicos, como afecciones, fuertes fiebres, fracturas o heridas, hemorragias, problemas cutáneos graves, enfermedades contagiosas, problemas respiratorios graves, dolores torácicos, cervicales y abdominales no diagnosticados, así como cualquier situación urgente.


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