La misteriosa vida de Jesús # 1
La misteriosa vida de Jesús 1 es un artículo de la vida de Jesús. Él fue un mesías que predicó el inminente Reino de Dios, y la liberación del yugo romano.
JORGE PALAZON
LA MISTERIOSA VIDA DE JESÚS
Es sin duda, la figura más conocida de la historia de la humanidad. Jesús fue un mesías político que predicó la inminente llegada del Reino de Dios, y la liberación del yugo romano… y fracasó. Esto llevó a sus discípulos a anunciar la parusía (segunda venida de Cristo a la Tierra). Pero, ¿sabemos realmente quién era Jesús de Nazaret?. Y sobre todo, ¿cómo murió?.
Si preguntáramos a muchos, creyente o no creyente, sobre la figura de Jesús, las respuestas que se obtendrían serían prácticamente iguales, aquello que ha ido pasando en las generaciones familiares y se ha asentado en la psique humana. Y gracias a esas tradiciones orales, se ha arraigado la idea del nacimiento de Jesús anunciado por una estrella, la visita de unos Reyes para adorarle, y de ahí, desde su más tierno nacimiento, se pasaría a su edad más adulta, casi a su final, cuando fue crucificado.
Y prácticamente no se duda nada de todo ello, simplemente se acepta como hechos ocurridos, sin reflexionar sobre ello de una manera racional o científica. En estos episodios, voy a analizar aquello que dicen los evangelios, de dónde surge todo realmente, cómo está manipulada, y nos introduciremos en la escena más impactante de todas, la muerte de Jesús, su calvario, visto desde una perspectiva científica, aportando todas las pruebas para saber cómo murió realmente, y si la famosa Sábana Santa, fue la tela que envolvió al Mesías cristiano.
Será un recorrido fascinante, para conocer la verdad sobre la historia de Jesús, sin interpretaciones, sin manipular la historia, sin ninguna intención religiosa, donde solo prevalecerá la búsqueda de saber qué ocurrió realmente. Creo sinceramente, que la mayoría de las personas permanecen ciegas, porque desconocen muchísimas cosas imprescindibles para conocer la verdad, porque se ha ocultado por la iglesia desde sus comienzos, desde el Concilio de Nicea, y porque no se enseña en ninguna escuela. Pero aquí, vamos a conocer aquello que no nos dicen, aquello que la iglesia no quiere que se sepa.
Los primeros cristianos, cuando traducían el Antiguo Testamento, solían incluir párrafos falsificados para convencer de la existencia de Jesús (siglo II – IV d.C.). La mayoría de las copias conservadas son del siglo V hasta el siglo X. Existen tantas variantes en el texto bíblico, como palabras hay en el Nuevo Testamento. Es decir, cuando se cogen distintas copias entre sí, los términos, las palabras que aparecen, llegan a haber 400.000 variaciones en el relato, versiones distintas de los evangelios.
Así que intentar dar con la Biblia original, y con los textos reales que se escribieron, es prácticamente imposible. Únicamente el evangelio de Lucas y Mateo, hacen referencia algo a la infancia de Jesús, y además, se contradicen entre ellos. Se cuestiona que naciera en Belén, y se eligió este lugar para así, hacer cumplir la profecía que aparece en el Antiguo Testamento (Miqueas 5:1). Juan, por ejemplo, dice que nació en Galilea. Así que, ¿dónde nació realmente?. ¿Galilea?, ¿Belén? o ¿Nazaret?.
Entre ellos, no solo se contradicen en el lugar dónde nació, sino que también se contradicen en la época que nació. Mateo dice que nació en la época de Herodes (año 750 de la fundación de Roma), que equivaldría al año 4 a.C. Lucas dice que nació durante el Censo de Quirino (que sería el 6 a.C.). Mateo describe la matanza de los niños, el cuál no aparece en ningún texto histórico, ni Flavio Josefo hace referencia a ello, y eso que es el historiador que más escribió sobre los crímenes y las matanzas de la época. ¿Cómo es posible que un suceso tan destacado como la matanzas de tantos niños, ordenada por el máximo responsable de Roma, no aparezca en los textos?.
Lo que parece evidente, es que si los rasgos de Jesús, no se ajustaban a las profecías sobre la llegada de un Mesías, la opción que queda, era amoldar la vida de Jesús a dichas profecías, para que coincidieran con el Mesías profetizado. Por ejemplo, lo llamaban el galileo, cuando a los primeros cristianos, se les llamaban nazarenos (Nazareth es una ciudad al norte de Galilea), pero la profecía decía que vendría de Belén.
Actualmente, los especialistas en el Nuevo Testamento, consideran que los pasajes a partir de Marcos 16:9, que hablan de las apariciones de Jesús tras la resurrección, y de la ascensión a los cielos, están falsificadas. Se trata de añadidos muy a posteriori. También se duda de la originalidad de Mateo 16:18, donde se dice: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia. ¿Cómo es posible, que una escena tan trascendental como esta, no aparezca en ninguno de los otros tres evangelios?. ¿Cómo es posible, que en los tres primeros siglos, este pasaje no tuviera influencia alguna?. Simplemente, porque se trata de un añadido que tuvo lugar en el siglo IV, para justificar el papel de la iglesia como heredera apostólica, y así poder tener un aval bíblico.
Para los cristianos, la muerte de Jesús en la cruz, les instó a reescribir y reelaborar toda su biografía, ya que su muerte es una paradoja de su mensaje. No estaba previsto en el judaísmo del siglo I, que el Mesías tuviera que morir. Se suponía, que venía a reinar, a sobreponerse a toda autoridad política y religiosa. Por este motivo, Pablo hace de la crucifixión y de la resurrección, el tema principal de su mensaje.
Fue en el Concilio de Nicea (año 325 d.C.), después de muchos sobornos, traiciones y disputas, cuando se llegó a determinar, que Jesús es consustancial Padre, unigénito, eterno, engendrado no creado, se hizo hombre por obra del Espíritu Santo, resucitó al tercer día, subió al cielo, y está sentado a la derecha de Dios Padre.
Esta idea tan arraigada, no tiene ninguna base bíblica. Realmente, fueron unos dogmas inventados por 300 obispos en el Concilio de Nicea (Concilio es la reunión de cargos eclesiásticos, donde se fundamentan todo lo que se cree saber de Jesús. Es decir, son fundamentos teológicos, no históricos). Existen 70 evangelios apócrifos, y solo han sido aceptados cuatro, elegidos por Ireneo de Lyon. Esto debería hacer recapacitar seriamente a los creyentes confesos.
Entre 30 y 40 años después de la muerte de Jesús, es cuando se empieza a pasar por escrito las historias verbalizadas, en distintos momentos y en distintas partes del mundo. En los Hechos de los Apóstoles, escrito por Lucas, se narra cómo estaban organizados los primeros grupos cristianos, el comienzo de la iglesia cristiana, donde ya existían dos grupos diferenciados.
- El grupo de Pablo.
- La familia de Jesús, que dirigían al grupo de cristianos en Jerusalén.
De estos dos grupos, no nos ha llegado ningún texto. Todo nos llega a través de los textos paulinos más enraizados en la fe judía, muy próximo a la ley y al fariseísmo. Pablo no conoció a Jesús, dice que éste le habla por revelación, considerándose igual o más legitimado que la propia familia de Jesús.
En el año 200 d.C., Tertualiano da el paso evolutivo en hacer del cristianismo, una forma de pensamiento dentro del judaísmo a hacerlo una religión. El judaísmo se asentaba en los zelotes, fariseos, saduceos y esenios, y dentro del Imperio, el cristianismo era considerado hasta entonces una superstición.
Los relatos evangélicos, son realmente una narración destinada a explicar una idea. De todos ellos, quien llevó al extremo el mito de Jesús, fue Juan. Mateo y Lucas beben de Marcos y de una serie de textos conocidos como Fuente Q (del alemán Quelle, que significa fuente). Mateo, Marcos y Lucas, forman lo que se conoce como evangelios sinópticos, debido a su afinidad y sus semejanzas de orden de narración y contenido.
Todos los textos que se iban escribiendo en cada comunidad, se pensaba formarían parte del verdadero evangelio. Pero esta idea, desapareció cuando se pensó en crear un canon de escritos, sobre los textos que sí deberían ser incluidos como evangélicos. ¿Por qué se excluyeron otros tantos textos, de igual o más importancia que los conocidos?.
En 1.945, cuando unos aldeanos estaban buscando nitratos naturales, estaban excavando en Nag Hammadi (a 11 km de Luxor), y encontraron una vasija que contenía 13 cuadernos escritos en copto, donde se trataban temas cosmológicos, filosóficos, teológicos, antropológicos y evangélicos. Esos escritos que hacen referencia a la época de Jesús, son realmente importantes, ya que cuentan mucho sobre sus actos, su vida diaria y de quienes le seguían.
Entre ellos, se encontraba el Evangelio de Tomás, de Felipe, de María, etc… donde se informa de que a Jesús, además de los 12 apóstoles, le seguían 7 mujeres, sus conversaciones con sus seguidores, sus enseñanzas que no siempre estaban de acuerdo con la iglesia… Se narra cómo María, nació de unos padres ya mayores, y cuando cumplió la edad de tres años, sus padres (Joaquín y Ana), la llevaron al templo para consagrarla con Dios.
Cuando cumplió los 12 años, los clérigos del templo empezaron a pensar a quién la darían en matrimonio, así que convocaron a los viudos del pueblo. Empezaron todos a rezar, y al finalizar la oración, en torno a la vara de José, volaba una paloma, para después posarse sobre su cabeza. Esto se consideró una señal inequívoca, y eligieron a José como esposo de María. José, rehusó este ofrecimiento, pues era mucho mayor que María, y tenía ya 6 hijos (6 hijos y 2 hijas).
Estos escritos no considerados canónicos, revelan que José, se entristeció bastante con la noticia del embarazo de María. En ese instante, quiso repudiar a María, pero un supuesto ángel que se le apareció en sus sueños, le disuadió de cumplir ese pensamiento, ya que el ser que llevaba en su interior era fruto del Espíritu Santo. José estaba convencido, que María tuvo una relación adúltera con un soldado romano llamado Ben Panthera. Se dice que Jesús, mantenía una relación muy buena con los otros hijos de José.
Se cuenta cómo Jesús, en su infancia, era un chico bastante difícil de educar, y ya se cuenta que hacía cosas extrañas, mágicas. María lo llevó a que lo instruyeran en la doctrina judía, pero Jesús no quería ingresar y ser sometido a esas leyes, así que lo llevaron ante Leví, el gran maestro. Leví, intentó que Jesús repitiera la primera letra del alefato (consonantes hebreas), a lo que Jesús no decía nada, callaba, así que Leví golpeó a Jesús en la cabeza con una vara. La reacción de Jesús, fue decirle a su maestro: Por qué me hieres?. Yo soy capaz de enseñarte a ti todas esas cosas que me vas diciendo, por lo que empezó a realizar una amplia disertación de conocimientos.
Algunas de la mujeres que acompañaban a Jesús, fueron María Magdalena, María, Salomé, Susana, la madre de los hijos de Zebedeo, Juana y Marta. Jesús trataba a las mujeres de la misma forma que se trataban a los hombres, sin hacer distinciones, algo nada común en esos tiempos. En el Pistis Sofia, se habla de la aversión que sentía Pedro hacia María, y se puede leer un texto, donde María dijo: Tengo miedo de Pedro, pues me amenaza y odia a nuestra raza. Y en el Evangelio de Felipe, se puede leer, que Pedro dijo: Que María salga de entre nosotros, porque las mujeres no son dignas de la vida.
Muchos teólogos y filósofos a lo largo de la historia, han intentado desmitificar la figura de Jesús, para poder descubrir al verdadero hombre que hay tras él. Por este motivo, empezaron a reunirse textos llamados perícopas, donde se extraía lo fundamental de los textos, ya que los evangelios son solo testimonios de fe y compilaciones de pequeñas historias que aquellas comunidades religiosas transmitieron. Los exégetas (personas que interpretan un texto bíblico), empezaron a buscar los verdaderos dichos de Jesús, el verdadero rastro de su vida.
Para ello, utilizaron el principio de disimilaridad, donde todo aquello que se confronte a lo que serían las creencias de la comunidad de esa época, tiene todos los indicios de ser cierto. Por ejemplo, Jesús, el hijo de Dios, nació sin pecado, y aún así fue bautizado por Juan. Esta increíble contradicción no se habría reflejado en los evangelios, y aprobado por la iglesia, si no hubiera sucedido de verdad.
Estas investigaciones, han llegado a la conclusión que Jesús nunca predicó el fin del mundo ni la llegada del Reino de Dios. Jesús era un crítico social que quería una mejora en la vida de la gente en ese instante, es decir, en vida, y no tras la muerte. Esto contradice muchos de los ideales de la iglesia, que predica una vida más allá de la muerte. A Jesús le mataron por el mensaje que daba, por alterar el orden público, que los romanos temían y atajaban sin concesiones.
En el siglo I, hubo un rabino judío llamado Jesús, que no fue aceptado por su propio pueblo, y que murió ajusticiado por decreto de Poncio Pilato, gobernador de Judea en la época del emperador Tiberio. Estos hechos son históricos y reales. Los grandes historiadores de la época, Flavio Josefo, Tácito, Suetonio y Plinio, apenas hacen referencia a Jesús. En cambio, sí lo hacen de profetas mediocres.
Jesús nació realmente en Nazaret. Cuando se creyó que era el mesías, se cambió la historia para que coincidiera con las profecías que le anunciaban, pero estas profecías hacían referencia a Belén, según la profecía de Miqueas (profeta de finales del siglo VIII a.C.). En los evangelios de Mateo y Lucas, se dice que Jesús nació en la época del Rey Herodes el Grande, poco antes de la muerte de éste, ocurrida en el año 4 a.C.
Esto significa que Jesús nació entre los años 7 y 5 a.C. (lo que significa que ahora estaríamos en el año 2.018 o 2.020). Este error fue cometido por Dionisio el Exiguo en el siglo IV. En el año 525, el Papa Juan I, le encargó que cambiase el calendario, para medir las fechas en base al nacimiento de Cristo, y eliminar el calendario que había actualmente, que se regía por la fundación de Roma. Después de una serie de cálculos, Dionisio llegó a la conclusión que Jesús, había nacido en el año 753 AUC (ab urbe condita, desde la fundación de Roma), que pasó a ser el año 1 de la Era Cristiana.
Los romanos desconocían el número cero, número que se introdujo en Europa de la mano del Islam en el siglo IX. Por eso, el primer año de nuestra Era es el primero (número 1), y el anterior es el 1 a.C. Mucho tiempo después, se descubrió que el sistema de Dionisio no era exacto, ya que estableció el año inicial de la era D.C. entre 4 y 6 años después del que debió haber sido.
El sistema de Dionisio funcionaba, pero no tuvo en cuenta que Augusto César gobernó con su verdadero nombre, Octavio, durante cuatro años. Así que, según el sistema de Dionisio, la fecha de la Natividad sería el 749 AUC. Esta hipótesis es corroborada por algunos investigadores, entre los que se encuentra Mark Kidger, del Instituto de Astrofísica de Canarias, que tomando como base la aparición de una nova, (la estrella de Belén), el año 749 AUC (5 a.C.), creen segura esta fecha como el año en que nació Jesús. Esto significa, que Jesús murió realmente a los 37 – 38 años de edad.
El año juliano, era 11 minutos y 14 segundos más largo que el año solar. Esta diferencia se fue acumulando, hasta que en el año 1.582, el equinoccio de primavera se produjo 10 días antes de lo previsto, y las fiestas de la iglesia no podían tener lugar en una estación inapropiada. Para conseguir que el equinoccio de primavera se produjera el 21 de marzo, como ocurrió en el año 325 d.C. (año del primer Concilio de Nicea), el Papa Gregorio XIII promulgó un decreto, eliminando 10 días del calendario.
Para prevenir nuevos desplazamientos en el calendario, instituyó el calendario gregoriano, que estipulaba que los años centenarios divisibles por 400 debían ser años bisiestos, y todos los demás años centenarios debían ser años normales. Por ejemplo, 1.600 y 2.000 fueron años bisiestos, pero 1.700, 1.800 y 1.900 no lo fueron. El calendario gregoriano recibe también el nombre de cristiano, porque emplea el nacimiento de Cristo como punto de partida.
En la época de Jesús, estaba prohibido a todo rabino ser célibe (persona que no ha contraído matrimonio), así que Jesús debía estar casado obligatoriamente. Los evangelios apócrifos (libros que la Iglesia no reconoció como parte de las Sagradas Escrituras) de Felipe, María y Tomás, hablan de una esposa de Jesús a la que llaman María o Salomé. La naturaleza sexual de su relación, queda explícita en muchos de los textos gnósticos que la Iglesia no permitió fuesen incluidos en el Nuevo Testamento. Así que, se podría afirmar que Jesús sí estaba casado, y esta mujer posiblemente era María Magdalena.
Los cuatro evangelios canónicos (los sí aceptados por la iglesia), son los de Marcos, Lucas, Mateo y Juan. Sus verdaderos autores en realidad son anónimos, y estos nombres son meramente simbólicos. Fueron escritos en griego. El más antiguo es el de Marcos (año 71 d.C.), después de la destrucción de Jerusalén por las tropas romanas de Vespasiano y su hijo Tito. Mateo y Lucas, tienen influencias de Marcos y la denominada Fuente Q. Seguramente, esta fuente no contenía más que dichos de Jesús, sin narraciones ni milagros, ni referencias a la pasión ni la resurrección.
El texto de Juan, fue compuesto hacia el año 100 d.C. En él se trata más lo que significó la vida de Jesús, su figura y su misión. Juan interpreta a su manera a los anteriores evangelistas. Las palabras que se ponen en boca de Jesús, no reproducen las palabras auténticas de él, sino la teología que Juan quiere transmitir. Los primeros cristianos, cuando traducían el Antiguo Testamento, solían incluir párrafos falsificados, lo que se conoce como interpolaciones (añadidos a posteriori), para convencer de los milagros y la divinidad de Jesús.
La mayoría de las copias conservadas son del siglo V al X. Hay tantas variantes en los textos bíblicos como palabras en el Nuevo Testamento. Es decir, cuando se cogen distintas copias entre sí, los términos, las palabras que aparecen, llegan a haber 400.000 variaciones en el relato, versiones distintas de los evangelios. ¿Esto qué significa?. Significa que intentar dar con el escrito original, con la Biblia verdadera, es imposible.
El islam cree que Dios, se reveló a Jesús, pero no creen que Jesús sea hijo de Dios, aunque sí lo reconocen como profeta, al igual que Abraham, Jacob, Ismael, Moisés e Isaac. Los judíos, no creen en Jesús ni como profeta ni como Mesías. En el Talmud, es considerado un bastardo y acusado de practicar la brujería, y llevar al pueblo de Israel por el camino equivocado. Cuando los hebreos hablan de Jesús, se refieren a él, diciendo que no fue un cristiano, sino un judío que se transformó en cristiano. En el Talmud, hay pasajes donde a Jesús se le denomina hijo de Pantera, en referencia al soldado, que supuestamente, mantuvo relaciones sexuales con María, cuyo resultado fue el nacimiento de Jesús. En griego, la palabra parthenos, significa virgen, doncella. ¿Casualidad?.
Son muchos quienes le consideran un falso profeta. La Torá, establece que los mitzvot (mandamientos que el judío está obligado a cumplir), deben permanecer inalterables, y quien intente cambiarlos o modificarlos, será considerado un falso profeta. El verdadero Mesías, debería hacer cumplir la ley judía, respetar el Libro y el concepto de shemá, que dice Dios es uno, aserción que aprenden todos los niños judíos, siendo las primeras palabras religiosas que se les enseñan, las primeras que deben aprender a decir, y las últimas que deben pronunciar antes de morir.
Oponerse a la shemá, y admitir la Trinidad, supone uno de los peores pecados capitales, ya que implica la aceptación de la idolatría y el politeísmo. Para los judíos, el tauhid (la unicidad de Dios), contradice la idea de que Jesús fuera Dios o hijo de Dios. Jesús encarnado es humano, por lo que no podría formar parte de la Trinidad. La humanidad de Jesús y su nacimiento, no le permiten ser Dios. Según el Corán, María en hija de Inram, descendiente del profeta Harum y hermano de Moisés. Según los hadices (dichos y hechos de Mahoma), Jesús y María no fueron tocados por Satán al nacer, motivo por el que no lloraron, y motivo por lo que el resto sí lo hacen.
Jesús, regresará antes del final de los tiempos para destruir al Anticristo, quien habrá colapsado el mundo, donde lo malo será bueno y nada será lo que realmente debe ser.
Sobre la muerte y crucifixión de Jesús, se han dicho muchas cosas. Una de ellas, es que hubo un sosías, una persona de apariencia física igual a Jesús, y que le sustituyó en la cruz. El islam asegura que los judíos no llegaron a matar a Jesús, y que éste bajó vivo de la cruz. La más conocida, es que a los tres días de sus crucifixión, Jesús resucitó. ¿Qué fue lo que ocurrió realmente?. Lo que parece evidente, es que Jesús sobrevivió de alguna manera u otra.
Los primeros en argüir estas teorías, fueron los qaidianos, más conocidos como Ahmadiyya del Islam. Según ellos, Jesús fue clavado en la cruz, pero cuando lo bajaron, solo estaba en estado de desmayo. La pregunta es, ¿cómo es posible que alguien pudiera sobrevivir a aquellas heridas mortales?. Existe un ungüento conocido como marham-al-‘Isa (ungüento de Jesús), o marham-al-Rasul (ungüento del profeta), que fue el bálsamo utilizado para curar sus heridas. ¿Qué era realmente ese ungüento?. Tras sanarse, dicen que Jesús viajó a Cachemira (india), en busca de las 10 Tribus de Israel. Fue en este país, donde presumiblemente murió, y enterrado en Srinagar, cuya sepultura es lugar de peregrinaje en la actualidad.
Sobre Jesús, no hay más que opiniones, no existen certezas. Cada cual, ve en él aquello que le interesa ver. En aquellos tiempos, no existía la imprenta, por lo que la transmisión de los textos se hacía a través de copias de textos. Y en cada copia, algo se añadía, o se obviaba, o se interpretaba. Copia tras copia, llegó un momento, que mucho es añadido, mucho fue eliminado y mucho tergiversado.
Se podía encargar a un esclavo ilustrado o a determinados scriptorium, libertos, etc… Había muchas diferencias de calidades de los escribanos. Llegó un momento, que los copitas tomaban partido y se posicionaban. esto mismo ocurre con las leyes, donde no se transcribe la ley, sino que se intenta por parte de muchos, extraer la esencia de esa ley, interpretándola.
También podemos comprobar cómo una noticia, se cuenta desde una perspectiva diferente, llegando a parecer noticias diferentes, dependiendo de quién las cuente. Si una noticia, que solo tienen horas, días de antigüedad, ya nos llega deformada, tergiversada, ¿cómo no pensar que después de 40 años desde la muerte de Jesús, y con los intereses creados religiosos, no se modificara el escrito original y los hechos reales?.
Se compara a Jesús con Apolonio de Tiana (una especie de Jesucristo de origen pagano), capaz de difundir una determinada moral, hacer milagros, hacer exorcismos, vivió más de cien años (al igual que aquellos que afirman que Jesús murió en la India a la edad de 120 años), tenía discípulos, etc… Cuando la figura de Jesús, fue asimilada por el mundo pagano y romano, es cuando se empieza a producir el sincretismo (sistema en que se concilian doctrinas diferentes).
De los 89 capítulos de los 4 evangelios, 80 están plagiados de la vida y enseñanzas de Krishna y Buda. Krishna (India), era uno de los cultos religiosos en Roma, y su historia se fusionó con la de Apolonio de Tiana.
La función de los cuatro evangelios, es servir de propaganda religiosa, cuyo interés principal es la difusión de la fe, de unos ideales muy estudiados por la iglesia, para hacer de ello un vínculo inseparable entre ellos y Dios, y perpetuar así su poder. Los evangelios no se empezaron a escribir hasta pasados 40 años de la muerte de Jesús (se escribieron entre los 40 años y los 100 años desde su muerte), donde la iglesia, eliminó muchos de esos evangelios, que iban en contra de sus intereses, admitiendo únicamente cuatro como los verdaderos.
El Evangelio de Pedro, Felipe, María Magdalena, Judas, el Papiro Egerton, el Papiro Oxirrinco 840, Papiro Magdalen, etc… fueron ninguneados, eliminados. Y todo ello, bajo el consentimiento de la iglesia cuatro siglos después de la muerte de Jesús, ocultando la verdad para su propio beneficio, que aún perdura en nuestros días.