La iluminación espiritual

¿Qué pasa con la iglesia castellana?

POR: PATROCINIO NAVARRO

Imagen; ¿Qué pasa con la iglesia castellana?; Patrocinio Navarro

GOBIERNOS FASCISTAS

El Tribunal Constitucional, nada menos, dio por buen a la expulsión a una de las profesoras de religión a propuesta del obispado que la nombró. Los motivos: no dar buen ejemplo por el hecho de ser separada y vivir en pareja con otra persona. Nada de esto, que la Constitución defiende como derechos individuales, parece afectar a la Jerarquía católica, siempre exigiendo privilegios particulares. No es el primer caso en que la Iglesia despide a un profesor. También ha habido despidos de contratados por exigir derechos laborales que también recogen nuestras leyes.

Sus eminencias creen estar más allá del bien y del mal y con derecho a despreciar lo que un Parlamento democrático decide. No tengo, sin embargo, las mismas referencias sobre el desprecio de los príncipes de la Iglesia a leyes que dictan gobiernos fascistas o para fascistas, lo que cuando menos resulta curioso a primera vista. (A segunda, natural).

En los casos que se mencionan existe algo tan llamativo como esto: la increíble tolerancia y debilidad del gobierno español a permitir estos abusos y a refrendarlos con sentencias del más alto tribunal. Eso produce bochorno, y no por el cambio climático. Porque a todo esto, conviene mencionar que los contratados por la Iglesia para impartir clase de religión católica han carecido de títulos oficiales del Estado durante muchos años.

A las manifestaciones REPETIDAS de obispos contra el gobierno español (algo increíble en cualquier país hoy), y a los venenosos mensajes de su COPE (cadena de radio de extrema derecha pagada por los obispos de nuestros impuestos) hay que añadir el tema de los despidos de sus catequistas, que son personas a las que ellos no pagan: tan solo contratan, y quien paga es el Gobierno de nuevo con nuestros impuestos. Curiosa casuística laboral propia del marxismo, pero del marxismo de Groucho y familia, no de Marx el proscrito.

¿Qué pasa aquí con los obispos? ¿Por qué les cuesta tanto aceptar la democracia, las leyes laborales, la igualdad jurídica, los derechos constitucionales y la libertad de conciencia de la vida privada de la gente?

Si se aplicase su misma vara de medir a tantos curas, obispos y papas de la Iglesia que a menudo atentaron y atentan contra la moral, las buenas costumbres, los derechos humanos, la integridad física de menores, el matrimonio legal, la virginidad femenina y masculina y otras historias asaz graves y contra tantos clérigos pederastas que en el presente escandalizan a la opinión pública del mundo ¿qué tendrían que hacer, aplicando su propio criterio? ¿Cuántos curas y obispos se quedarían en paro? No vemos que eso suceda nunca, y eso que lo que se dice trabajar... no trabajan, vamos; y aquí tenemos otro episodio de los hermanos Marx.

Si la iglesia católica fuese cristiana (pues anda tan lejos de Cristo como del Sermón de la Montaña y de los Diez Mandamientos) otra sería su postura en el mundo, y los creyentes aumentarían en vez de perderse día a día.

¿Por qué tantos silencios culpables sobre la realidad en que viven sus pretendidos hijos bautizados?¿Por qué tantas riquezas cuando tantos pobres hay en este mundo a quien socorrer? ¿Por qué ocultan en el Vaticano tantos tesoros del conocimiento espiritual de la humanidad, que mantienen secuestrados para uso privado lo que es patrimonio universal? ¿Con qué derecho? ¿Es esto lo que haría Cristo? ¿Ocultar la verdad? Esto solo lo hacen los fariseos, sus eternos enemigos, disfrazados de jerarcas religiosos en las iglesias institucionales que se apellidan cristianas.

Y volviendo a España:

¿Por qué no se cambia de una vez ese fatídico Concordato que va contra nuestra Constitución y se deja al pairo a los obispos y a sus insaciables bolsillos? Pero si el despido que provocó este artículo nos parece inconstitucional,

¿nos parecerá, en cambio, acertado desde el punto de vista cristiano? Invito públicamente a los obispos a que muestren un solo texto del Evangelio donde Cristo se manifieste contra la unión libre de parejas o hable de la indisolubilidad del matrimonio, o tan siquiera hable de sacramentos. El sí dio ejemplo de libertad, respeto, amor y tolerancia. ¿Dónde están esas virtudes en los que dicen ser Sus representantes? No creo que reúnan los requisitos de idoneidad que en cambio exigen a los profesores de su religión. ¿Son idóneos para cargos espirituales los señores del clero y sus jefes?

Añadamos a esto las manifestaciones últimas del episcopado contra el Gobierno a causa de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, con el argumento (increíble) de que se opone a la doctrina de la Iglesia, y veremos nítidamente el claro perfil derechista retrógrado, y con un punto de nostalgia inquisitorial de la Jerarquía católica en España. Si el dictador Franco volviera, volveríamos a verle bajo palio rodeado de una doble fila de gorros episcopales manejando cruces con ese Cristo muerto que tanto define sus intenciones.

Queda eternamente pendiente en este país el debate público sobre si no es ya hora de que el Estado considere derroche social subvencionar a la Iglesia y favorecerla en tantos aspectos. Pero es que aquí la Iglesia tiene más poder del que parece y está apoyada por el Vaticano, cuyas jerarquías desde el Papa hacia abajo se parecen más a un estado mayor teocrático y fascista que a cualquier forma de gobierno tolerante y democrático. Y el Vaticano tiene mucho poder como inversora multinacional y como fuerza influyente en las conciencias de quienes mantiene atrapados sin permitirles conocer la verdad del cristianismo que no practican ellos mismos, los jerarcas católicos. Habría que decir que tampoco los protestantes ni los ortodoxos.

Creo que el gobierno de España -que tantos prelados desearían cambiar por el de los Reyes Católicos- está siendo demasiado blando con ellos. Para empezar, la enseñanza de la religión católica, como las demás, como la islámica o cualquier otra (que no tienen ni por asomo ninguno de esos privilegios), pertenece al ámbito privado. Pues, séase: que el que se bautice, pague, y que lo haga con dinero propio.

Andamos en España a la cola de Europa en gastos sociales. De no existir el parasitismo feudal de la Iglesia, ni hoy el parasitismo explotador bancario con los famosos planes de rescate, con miles de millones entre unos y otros, veríamos aumentar sustancialmente nuestros ingresos por cabeza. Tendríamos nuestro plan de rescate para parados y empobrecidos. Mientras, sería un buen paso para los señores mandamases de la iglesia el que dejen de manifestarse tanto contra la mano que les da de comer lo nuestro, y ojala que este gobierno, que tan poco les gusta, consiga erradicar la religión de los colegios. Una buena educación integral colectiva es lo que hace falta en los colegios, y luego el que quiera que vaya a sus iglesias a lo que le digan los curas.


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