La iluminación espiritual

Homosexuales y heterosexuales

PATROCINIO NAVARRO

Imagen; Homosexuales y heterosexuales; Patrocinio Navarro

EL SEXUALMENTE DIFERENTE

Han sido noticia reciente en Francia las manifestaciones contra las uniones legales de parejas homosexuales por parte de un sector de franceses próximo tanto a la Iglesia católica como a la ideología extremista conservadora, siempre tan próximas entre sí. Casi al mismo tiempo se ha producido la dimisión del vicepresidente del gobierno inglés, que se declaró homosexual, acusado de un delito relacionado con el sexo, lo que muestra que el asunto de la homosexualidad no es un asunto menor, y salir del armario tiene el riesgo de ser mirado con lupa.

La práctica de la homosexualidad es algo que pertenece a todas las épocas de la historia humana, al igual – parece- que la bisexualidad, aunque ambas siempre en menor grado que la relación heterosexual.

La homosexualidad nunca fue – ni es- exclusiva de una clase social, sino que en todas –desde las más pobres hasta las más ricas, desde esclavos a señores, desde soldados a generales, desde sacristanes a las más altas jerarquías religiosas, desde novicios o novicias a regidores de conventos, desde analfabetos a ilustres intelectuales y filósofos, desde rudos en sensibilidad a refinados artistas, la historia del género humano ha abundado en la relación homosexual, pero siempre se ha escondido como vergonzosa de cara a la galería, adoctrinada por sus detractores.

Los detractores de la relación sexual entre personas del mismo sexo no han ahorrado ningún calificativo despectivo para referirse a ellas; y cuando han tenido ocasión, a más de la injuria o la calumnia han practicado el desprecio público y el vacío social, como si estuviesen quejados de alguna enfermedad. Y esto en los países más tolerantes, pues la pena de muerte se aplicó y se sigue aplicando por fanáticos religiosos en este Planeta. Hay que reconocer, pese a todo, que nada de eso ha servido para eliminar la homosexualidad en el mundo, porque existe un poderoso trasfondo que lo impide.

Si nos ocupáramos del trasfondo ideológico, tendríamos que hacer referencia no solo al machismo sociológico imperante en la humanidad desde que el patriarcado se impuso al matriarcado en la evolución de las sociedades primitivas. Hay más.

El machismo aparece históricamente como uno de los fenómenos que a un elevado número de personas de todo el mundo provocarían a nivel emocional la aparición de una reacción opuesta al autoritarismo que acompaña al machismo patriarcal; una conducta reactiva frente al comportamiento burdo del macho por parte de ciertas personas de una determinada sensibilidad que desde la niñez han abominado de la rudeza y el primitivismo con que suele actuar el padre machista o el patriarca intolerante, reclamando para sí otros modos de relación afectiva menos agresivos, más abiertos y tolerantes con las emociones. Muchos homosexuales se refugian en la madre como modelo, pues la madre representa no solo la sensibilidad, el afecto, la ternura, sino el acogimiento, el refugio. En psicología se estudian, especialmente en el campo del psicoanálisis los complejos de Edipo o de Electra, que mal superados en su momento, han podido conducir a muchos hacia la homosexualidad. Mas yo no la quiero enfocar como una patología, como muchos pretenden, sino como una actitud emocional en su origen prescindiendo sobre si su génesis se encuentra en un cromosoma, en una secreción anormal de hormonas del sexo contrario de origen hipofisario o cualquier otra explicación puramente física, pues es sabido que lo físico, incluidos los genes, son una consecuencia de un modo de sentir y pensar largamente practicados.

Igualmente prescindo de cuestiones que desconozco relacionadas con el karma de encarnaciones anteriores, lo cual vendría a añadir una explicación a las alteraciones genéticas heredadas. Todo ello formaría parte de un análisis distinto del que me propongo ahora.

EL MACHISMO MATA, LAS HORMONAS, NO

Debemos partir siempre del hecho de que en ambos sexos existe una parte hormonal del otro. Los cromosomas son así de caprichosos. Por lo que se refiere a los hombres tenemos nuestro lado femenino relacionado con la sensibilidad, la delicadeza y otras cualidades más sutiles que la del lado masculino más rudo que normalmente se presenta como modelo educativo para los jóvenes varones dentro de la pedagogía popular de masas que nos transmiten en especial los films y las religiones, tanto de Oriente como de Occidente. Ese modelo no puede ser ajeno a los abundantes casos de maltratos y asesinatos a la mujer en todo el mundo. Es verdad lo que se dice tan a menudo: el machismo mata.

Inversamente podemos decir de la mujer y su masculinidad en algunos casos. Soy consciente de lo polémico del tema, pues de entre los que defendemos en privado el derecho de todo el mundo a tener, si quiere, relaciones homosexuales y a unirse cada cual con quien le parezca, públicamente manifestamos con poca frecuencia y claridad nuestra postura al respecto, tal vez por miedo a ser criticados o puesta en entredicho socialmente nuestra tendencia sexual, y por ello nos solemos ceñir únicamente a la defensa del lado social y reivindicativo, como es el tema tan polémico de si las parejas del mismo sexo pueden o no casarse, o adoptar. Por mi parte, creo que todo el mundo tiene derecho a unirse con quien quiera sin tener que pasar por la censura estatal o social, pues ambas están condicionadas por la Iglesia y el Estado y por el machismo generalizado al que no es ajeno la influencia de ninguno de ambos, ni incluso la de tantas mujeres como educadoras de su prole que otorgan a los niños varones una categoría superior a la de sus hermanas. El hogar familiar es así la primera fuente de aprendizaje del machismo.

La intolerancia sexual no viene sola, pues se acompaña de una tradición de intolerancia tan fanática como ignorante o hipócrita hacia el diferente, tanto en lo que respecta al sexo como en cualquier otro aspecto de la vida, ya sean las ideas espirituales, políticas, estéticas y un largo etc. El diferente- y este es el caso del sexualmente diferente- suele verse a menudo como una amenaza por el largo número de sonámbulos con quienes compartimos el vasto mundo, da igual la época o el lugar. En esto vemos qué poco se avanza hacia la tolerancia, pese a que unos pocos países occidentales celebren bodas gay o se toleren sus manifestaciones de afirmación sexual con las que pretenden que se les respete por sus vecinos y sus gobiernos.


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